Threadneedle maneja 5.600 millones de dólares en su estrategia de renta variable paneuropea, equipo al que pertenece Ann Steele, portfolio manager y analista que lleva en el mundo de la inversión desde los años ochenta, y en Threadneedle desde 2010. En conversación con Funds Society en Miami, Steele señala cómo “se está materializando un interés renovado por la renta variable europea, y en particular por Reino Unido, por lo que tanto inversionistas institucionales procedentes de fondos soberanos y fondos de pensiones, como los profesionales de la banca privada, demandan ahora producto paneuropeo”.
En particular, los fondos soberanos asiáticos y los inversores profesionales de Estados Unidos se han percatado, con el recorte del mercado del mes de enero que tuvo su origen en algunos mercados emergentes, de su acusada infraponderación al mercado paneuropeo. “Europa está recuperando el crecimiento del PIB y las valoraciones están en niveles razonables; su ratio PER es inferior al estadounidense y su rentabilidad por dividendo más alta. Por esta razón, en el recorte de enero Europa aguantó mejor que EE.UU. y los inversionistas que llevan infraponderados en Europa varios años, desde la crisis de la moneda única, están empezando a regresar a esta clase de activos”.
En general, los flujos de caja de las sociedades europeas son fuertes, y los balances están saneados. “Ahora tenemos que ver una consolidación en el incremento de los beneficios así como un regreso de la actividad corporativa, que está empezando a renacer en el sector de las telecomunicaciones”.
Sin embargo, para el inversionista americano Europa todavía provoca ciertas reticencias. La crisis de los periféricos está aún muy presente y por otro lado hay que atender a las consecuencias de la crisis en Crimea. Para Steele, la mejor prueba de que la crisis periférica se ha superado son los rendimientos de los bonos soberanos periféricos, “que se han reducido un 80% desde máximos”. Por su parte, para el problema ucraniano vaticina una solución larga, pero al margen del efecto que producirá sobre la deuda ucraniana y sobre un par de bancos europeos que están bastante expuestos a ese mercado –cita al francés Société Générale y al banco austriaco Raiffeisen-, no espera mayores consecuencias.
Hace unos meses, en el equipo de renta variable europea comenzaron a posicionar sus portafolios para ir ganando más exposición a la economía doméstica, y no tanto al crecimiento que provenía de mercados internacionales y emergentes. “En el caso de España e Italia, hemos construido posiciones en Banco Popular y en Intesa, entidades con mucha exposición a sus mercados domésticos que se verán beneficiados del rebote de la actividad”.
Una excepción a este panorama más benigno es Francia. “Nuestro equipo realiza 1.200 visitas a compañías cada año. Estamos viendo mejoría en muchas, pero no en las francesas. Parece como si el Presidente Hollande estuviera centrando su esfuerzo en asuntos distintos a la economía”.
La estrategia paneuropea combina la selección de valores con el posicionamiento táctico sectorial, cuyo peso relativo al índice se maneja de forma muy activa (ver gráfico).
“Nuestro cometido es encontrar de 50 a 70 ideas atractivas en el universo paneuropeo, sin importarnos si son grandes o pequeñas, o si pertenecen al estilo growth o value”.
El equipo de renta variable europea de Threadneedle cuenta con 23 profesionales, con una experiencia media en inversiones de 16 años. Todos los portfolio managers son también analistas, organizándose por sectores. “Así, los portfolio managers no pierden el contacto directo con la realidad empresarial”, concluye Ann Steele. En conjunto, Threadneedle maneja cerca de 59.000 millones de dólares en renta variable europea.