El euro se desploma y, por primera vez en 20 años, su valor se equipara al del dólar, en un contexto económico de incertidumbre que, cada vez más, hace temer una posible recesión. Los expertos consideran incluso que el dólar superará a la moneda única europea en algún momento, debido a la actitud agresiva por parte de la Fed y al impacto de la guerra en Europa, y advierten de consecuencias como la importación de una mayor inflación en el Viejo Continente.
Para Miguel Uceda, director de Inversiones de Welzia Management, “sin duda” el euro podría verse superado en breve por el billete verde. “Hay varios argumentos para la fortaleza del dólar. No solo está en máximos de 20 años contra el euro, sino contra la mayoría de divisas en general”, recuerda. El experto habla de “la disposición tan agresiva de la Reserva Federal, que en los últimos meses ha sorprendido a todos con la dureza de su mensaje y con un ritmo de subidas de tipos no visto en décadas (la última vez que subió 75 puntos básicos fue en 1994), con la expectativa de llevarlos al 3,50% en los próximos meses”. Al otro lado, ve a un Banco Central Europeo mucho más tímido en su mensaje, con una Lagarde que apenas dejará los tipos en positivo en septiembre. Otro factor que podría apoyar la debilidad del euro son las dudas sobre cómo salpicará la guerra de Ucrania y Rusia al suministro de gas hacia Alemania, añade.
“No tenemos ni idea de lo que pasará, intentar adivinar el movimiento del tipo de cambio es como jugar a la ruleta”, dice Miguel Camiña, CEO y cofundador de Micappital. “Lo que sí que hacemos es estar preparados para adaptarnos a cualquier situación que ocurra y tomar decisiones para aprovecharnos de esos movimientos impredecibles, tanto en el tipo de cambio como en los mercados. Es cierto que la situación actual del euro-dólar no se veía desde 2002, así que debemos estar preparados para un rebote o para que el dólar supere al euro”, comenta.
Una mayor inflación
El impacto de la debilidad del euro en la economía europea puede ser positivo por el lado de las exportaciones y el turismo, pero también negativo, por las importaciones y la capacidad de atraer más inflación. “Un euro débil, con unas economías orientadas a la exportación, puede dinamizar el sector exterior europeo, muy importante en países como Alemania. Y la campaña de turismo europea, en el verano de 2022, puede ser receptora de mayor número de turistas americanos, haciendo que tengamos un impulso mayor al esperado”, analiza Uceda, en positivo. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que una moneda débil importa inflación y debilita las compras de activos energéticos cotizados en dólares, que cada vez pesan más en la balanza comercial, analiza el experto.
En la misma línea opina Camiña, que hace hincapié en la importación de inflación que traerá un euro débil: “A priori para Europa no será la mejor noticia: un dólar fuerte hace que nos cuesten mucho más las importaciones de productos en dólares, cercanas al 50% de todas las importaciones que hacemos. Pero por otro lado, también hace más atractiva la exportación de productos en euros a Estados Unidos, aunque estas exportaciones son más reducidas. Lo que está claro es que no será positivo para el control de la inflación, ya de por sí disparada. Al pagar más por todos los productos que importamos en dólares, esto se ve reflejado en los precios, incrementando aún más la subida de los mismos que ya estamos viendo”.
Diversificar e invertir a nivel global: las claves
En este entorno, ¿qué se puede hacer para proteger el patrimonio? Para Welzia Management, lo mejor es seguir apostando por sus productos flexibles y fondos conservadores, que han tenido un perfil muy bajo en cuanto a duración y exposición a riesgo de crédito, y donde, en estos niveles del cruce euro/dólar, están tomando beneficio de sus posiciones en dólares.
“De cara al futuro, podemos ver cómo la Fed se vuelve menos agresiva, si la inflación se modera, y un posible armisticio en Europa daría un impulso a los activos europeos y a la divisa en particular. Y seguimos pensando que el billete verde sigue sobrevalorado si tenemos en cuenta las teorías de paridad del poder adquisitivo, los déficit gemelos por cuenta corriente y fiscal, etc. Por lo que, en general, y con visión de largo plazo, recomendamos ir deshaciendo posiciones en dólares”, explica Uceda.
Por otra parte, defiende que los bonos volverán a jugar un papel determinante en los portfolios: “Después de los mayores caídas en los índices de renta fija de la historia en un semestre, se presentan cada vez más oportunidades para los inversores. La clave para la compra de activos de renta fija será el momento en el que la inflación comience a doblegarse y veamos cómo los efectos base y la temporalidad de algunas partidas comienza a moderar las cifras en Estados Unidos”.
Para la fintech de asesoramiento Micappital, en este entorno, es una buena oportunidad estar invertido a nivel mundial, incluso hacer aportaciones periódicas aprovechando la volatilidad que estamos viendo en 2022. “Es verdad que el dólar ha cogido poder frente al euro, pero por eso es fundamental no olvidar la importancia de la diversificación en este entorno inestable. No vemos que haya que salir corriendo de Europa: es verdad que nuestras importaciones se encarecen bastante, pero también somos más atractivos para que nos compren productos y servicios desde Estados Unidos”, recuerda.
“Una buena cartera de fondos internacionales, que se complementen entre sí, con distintas estrategias, y que invierta en diferentes zonas geográficas, es una forma de estar tranquilo”, argumentan en Micappital. En opinión de Camiña, la labor del inversor en este entorno es mantener la rutina de inversiones periódicas, estar pendiente y controlando que esa diversificación sea la adecuada y estar siempre invertido en productos de máxima calidad. Lo más importante en estos momentos es no dejar que nuestras emociones tomen las decisiones de inversión, aplicar el sentido común y mirar a largo plazo”, apostilla.
Para Adrián Amorín, country manager para España en la plataforma de inversión digital Scalable Capital, los indicadores pueden mostrar momentos positivos en el futuro. “A largo plazo (10 años) las valoraciones bursátiles pueden ser un indicador de los futuros rendimientos de las inversiones. Dados los recientes descensos de las cotizaciones bursátiles en muchos mercados, los indicadores de valoración se han vuelto más favorables en el pasado reciente, indicando así rendimientos más prometedores en el futuro”, comenta.
“Nuestros inversores minoristas invierten mayoritariamente con un horizonte a largo plazo en ETFs ampliamente diversificados. Hay muchos factores que influyen en la cartera, como estas oscilaciones de los tipos de cambio, pero se amortiguan gracias a una amplia diversificación, y algunos valores (por ejemplo, las empresas europeas fuertes en la exportación) pueden beneficiarse y amortiguar las caídas”, explica.