Comentamos la pasada semana en este foro qué implicaciones tendría para los gestores de bolsa una victoria sin paliativos del partido demócrata, y merece la pena que analicemos que sucedería desde la óptica del inversor en renta fija.
Como observamos en la gráfica (según datos de PredicIt), el mercado de bonos del Tesoro se está mostrando especialmente sensible ante un escenario que combine la presidencia de Biden con el control del Senado por parte de la formación azul.
Esta preocupación está justificada si tenemos en cuenta que -de acuerdo con el Comité para un Presupuesto Federal Responsable (CRFB)- este resultado incrementaría el gasto publico en $11 Trill haciendo palidecer el desembolso que llevaría a cabo Trump de ser reelegido ($5.6 Trill). Al respecto es importante aclarar, como matiza Capital Group, que con independencia de quién acabe ocupando el Despacho Oval no es recomendable mantener una posición larga en duración; según los cálculos del CRFB, la agenda económica tanto de azules como de rojos inflará el déficit en $5 – $6 Trl (y según el Financial Times, los europeos seguirán el mismo camino disparando su endeudamiento hasta 10x en 2020).
El resultado de lo comicios influirá también en las dinámicas de desglobalización (si convalida Trump, aunque como escribe NN Investments su oponente mantendrá la presión sobre China) y de fiscalidad (Biden subirá impuestos en + $4Trll), acentuando el riesgo de una recuperación en índices de precios y enervando a los bonistas. De hecho, las expectativas de inflación en EE.UU. se están desligando del comportamiento del bono del Tesoro y anticipan más volatilidad en el activo.
Aunque en base al crecimiento potencial de la economía (tanto en EE.UU. como en Europa) el repunte en tasas largas no será dramático, el sentimiento inversor no descuenta un escenario como el que sugerimos y por lo tanto se expone a un ajuste rápido si finalmente cristaliza la victoria demócrata. La curva swap no anticipa que la Fed vaya a subir tipos hasta fin de 2023, y si renacen las presiones inflacionistas pillará a muchos con el pie cambiado. Asimismo, sorprende (según la encuesta publicada esta semana en Barron’s) que solo un 54% de los gestores que participaron en el sondeo apuesten por Biden y que un 74% no vean cambio en el control del Senado.
En este entorno, además de acudir a los steepeners y reducir la exposición a riesgo de tasas EE.UU., tiene sentido aún mantener sobreponderados los bonos ligados a la inflacion (o TIPs); aunque aquí el “dinero fácil” ya se ha ganado, la normalización en el IPC podría aupar a los breakevens al 2,5% (desde el 1,7%) favoreciéndolos como alternativa a los bonos nominales. Adicionalmente, como vemos en la gráfica de Topdown Charts, la mayor inercia en actividad manufacturera históricamente se ha correspondido con un entorno de precios más al alza; además no olvidemos la demanda diferida por el efecto COVID-19.
Los soberanos europeos (España, Italia) pintan mejor en relativo al TBond; Powell ha recortado la dotación de su programa de compra de activos y lo reducirá aun más en la medida en que la recuperación se consolide mientras que Lagarde pondrá toda la carne en el asador; por otro lado los diferenciales y un euro mas pujante (como apunta Bank of America) estimularán la salida de flujos desde la orbita USD.
Gestoras como Tabula se posicionan ofreciendo nuevos productos para beneficiarse de una curva con más pendiente.