Después de la histórica victoria que dejó a Gustavo Petro como el primer presidente electo de tendencia de izquierda en la historia de Colombia, la clasificadora de riesgo S&P Global Ratings ha recibido muchas preguntas sobre cómo impactará el resultado la calificación del país.
El futuro de las finanzas públicas, los principales desafíos de la nueva administración y el devenir de la industria energética concentran las preocupaciones, según delineó la firma estadounidense, que contestó en un informe las preocupaciones más frecuentes.
¿Qué podría cambiar la calificación soberana de Colombia?
En el próximo par de años podría haber un recorte de clasificación para el país, señala la firma, si es que el equipo de Petro “no logra mantener el consenso político sobre las políticas para sostener las expectativas de crecimiento o si el crecimiento del PIB está por debajo de nuestras expectativas, lo que podría indicar una menor resiliencia económica en el contexto de un crecimiento global más lento y tasas de interés más altas”.
En esa línea, la agencia calificadora señala que se podría reducir si es que los “grandes déficits” de la cuenta corriente colombiana aumentan, y eso deriva en un incremento en la deuda externa y un “deterioro inesperado” en las condiciones de financiamiento externo.
En la otra cara de la moneda, la clasificación podría mejorar si es que “el crecimiento del PIB es consistente y significativamente más rápido de lo esperado y el país implementa medidas estructurales que reduzcan el déficit fiscal, disminuyan la carga de la deuda del gobierno y fortalezcan las finanzas públicas”.
En ese sentido, la firma asegura que un sector exportador más amplio y diverso, que ayude a reducir la vulnerabilidad externa y fortalecer la resiliencia económica, también podría llevar a una mejora en el perfil crediticio del país.
¿Cuál es el principal desafío que enfrenta Petro?
Para S&P Global Ratings, una de las principales complejidades para la nueva administración es que deben implementar reformas sociales y económicas mientras mantienen la estabilidad macroeconómica y el crecimiento continuo del PIB.
“Tanto (Rodolfo) Hernández como Petro prometieron combatir la corrupción y mejorar las condiciones sociales, pero puede ser difícil para la nueva administración cumplir con las elevadas expectativas públicas”, destaca la firma.
A esto se suma un panorama legislativo complejo, con un Congreso dominado por partidos que apoyaron cartas que no prosperaron en las elecciones, lo que puede limitar la capacidad del presidente electo para implementar su agenda. Eso sí, destacan desde la agencia calificadora, “las crecientes críticas públicas a la clase política tradicional, probablemente harán que al próximo presidente le resulte más costoso utilizar tales prácticas, que muchos votantes ven negativamente”.
¿Esperan estabilidad en las políticas económicas?
“Esperamos continuidad en los pilares clave de la política, como las metas de inflación, la política monetaria y un tipo de cambio flexible. El marco institucional del país, que incluye un banco central independiente y una contraloría fiscal fuerte, limita las acciones discrecionales del presidente”, señaló S&P Global Ratings en su reporte.
Además, agregaron, el gobierno colombiano contiene una estructura de pesos y contrapesos que darán forma a las políticas de la nueva administración y el fuerte poder judicial tiene un historial de resistencia a la presión política de los presidentes.
¿Cuáles son los desafíos económicos de Petro?
Para la firma estadounidense, pese a unas proyecciones de crecimientos que superan a algunos de sus pares regionales, la nueva administración afronta el desafío de garantizar que los frutos del crecimiento se distribuyan más ampliamente en toda la sociedad.
“Es probable que la implementación acelerada del ambicioso programa de infraestructura de Colombia detone más inversión privada, lo que respaldaría las expectativas de crecimiento a largo plazo”, destacó S&P Global Ratings.
En ese sentido, la diversificación de la economía se ve como fundamental. En un contexto en que los ingresos del Estado todavía dependen bastante del petróleo y el carbón, las medidas para diversificar podrían fortalecer la posición externa del país en el largo plazo, además de hacerlo menos vulnerable a cambios repentinos en los precios de las materias primas.
A esto se suma los problemas del déficit de cuenta corriente y el aumento de la deuda externa. “El debilitamiento de la posición externa de Colombia, medida por la deuda externa neta en sentido estricto como porcentaje de los ingresos de la cuenta corriente, contribuyó a la erosión de la calidad crediticia del soberano en los últimos años”, señaló S&P Global Ratings.
¿Cuáles son los desafíos por el frente fiscal?
Si bien la administración saliente –liderada por Iván Duque– logró estabilizar las finanzas públicas tras la pandemia, de todos modos, la clasificadora de riesgo asegura que las finanzas públicas podrían verse presionadas en los próximos años por las demandas políticas de más servicios básicos, pensiones más generosas y límites al aumento de los precios de los combustibles.
“Consideramos que la nueva administración tendrá una capacidad limitada en el corto plazo para aumentar permanentemente los ingresos fiscales”, indicó la firma en su reporte, aunque existe un descontento generalizado con los planes de pensiones, que podría impulsar el gasto público a través de una reforma.
“Un desafío fiscal temprano para la nueva administración será la gestión del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (diseñado para contener la volatilidad de los precios de los combustibles),” donde el gobierno planea transferir 3.700 millones de dólares para cubrir su déficit, aunque podría no ser suficiente, según S&P Global Ratings.
“La capacidad de Colombia para recaudar ingresos fiscales adicionales ha sido limitada en los últimos años. Los ingresos fiscales son bajos en comparación con la mayoría de los países con un nivel de desarrollo similar”, advierte la clasificadora de riesgo.
¿Qué cambios ven para el sector energético?
El debate electoral ha sacado a la luz inquietudes sobre la transición energética en Colombia, ya que Petro tiene propuestas ambiciosas para reducir la dependencia económica y exportadora de hidrocarburos del país.
¿Cuál es la visión de la clasificadora de riesgo al respecto? “Consideramos que la administración seguirá un enfoque pragmático. Detener las licitaciones de exploración de campos petroleros probablemente reduciría la inversión privada en el sector de hidrocarburos (todavía un componente importante de la inversión) y podría debilitar gradualmente las finanzas de la empresa energética estatal Ecopetrol”, señalaron en su reporte.
La firma sostiene que las reservas de crudo de Colombia tienen actualmente ocho a nueve años de producción, pero probablemente disminuyan si hay una menor inversión.
Eso sí, también hay que considerar que “promover la diversificación económica mediante el fortalecimiento de otros sectores de exportación (como el turismo, la agricultura y la industria) requerirá políticas económicas bien diseñadas”. Además, va a tomar un tiempo impulsar las exportaciones no tradicionales para compensar las menores exportaciones de petróleo y carbón.