En su último análisis de mercado Compass Group e Investec repasan la situación de los principales países emergentes de Latinoamérica y los desafíos a los que se enfrenta.
Argentina
Hace un poco más de seis meses, el nuevo gobierno en Argentina cambió radicalmente la política económica, mejorando significativamente las perspectivas para el país. Había mucho que hacer en términos de política fiscal y monetaria, y en relación a la independencia de las instituciones gubernamentales, entre otras cosas. El punto de partida para el nuevo gobierno era tan bajo, que ya se ha conseguido avanzar bastante, algo que se ve reflejado en la confianza de consumidores y empresas.
El Banco Central de Argentina se ha convertido en una entidad independiente, lo mismo que el instituto responsable de las estadísticas y la rama judicial. El gobierno de Macri solucionó el problema de la deuda con los fondos buitre, lo que hizo posible que el país recuperara el acceso a los mercados internacionales de capital. Los controles a los precios se han levantaron, los subsidios eliminados, y aunque la inflación sigue siendo alta, ha caído ligeramente y ahora permite recortes marginales en los tipos de referencia. Los ajustes que quedan serán dolorosas a corto plazo, por lo que el camino sigue siendo un reto para la Argentina.
Brasil
La economía brasileña está en recesión y atrapada en el medio de turbulentos cambios políticos que ha llevado a destituir a la presidenta Dilma Rouseff por su anterior aliado político y vicepresidente Michel Temer. El gobierno ha dado señales de un cambio de tendencia hacia políticas económicas más responsables y razonables. Los datos sigue mostrando una situación económica deteriorada, pero por primera vez en años, los indicadores de actividad económica fueron mejor de lo esperado. El gobierno ha fijado un cómodo límite máximo de déficit para el próximo año, con razonables y creíbles medidas destinadas a aumentar los ingresos fiscales y a reducir los gastos del gobierno.
Tras haber alcanzado un máximo del 11% en enero pasado, la inflación ha caído en picado. En la actualidad se sitúa en una cifra por debajo del 10% gracias a la mejora de las expectativas y el efecto de la estabilización de la moneda. A pesar de los avances iniciales, el banco central no se ha apresurado a bajar los tipos de interés.
Chile
Chile aún no ha recuperado su brillo, pero no hay señales de un deterioro alarmante y no se esperan cambios a corto plazo. Los indicadores económicos apuntan a una tasa de crecimiento anual de entre el 1,5% y el 2%. Hasta ahora, el componente que más ha lastrado el crecimiento ha sido la inversión, que está en línea con el mínimo de 10 años registrado en la confianza de consumidores e inversores.
El consumo no ha sido tan negativo, aunque las últimas cifras de desempleo sugieren debilidad de cara al futuro. Los sectores de la construcción e inmobiliario pueden estar bajo presión ahora que se acaba la exención del IVA, que en el último año impulsó fuertemente estos sectores.
México
La economía mexicana ha tenido éxito en mantener sus tasas de crecimiento estable, gracias al creciente consumo, que registra un ritmo anualizado de casi el 10%. De cara al futuro, el factor clave será la volatilidad de la moneda (peso mexicano). Una mayor depreciación de la divisa podría conducir a una mayor subida de los tipos de referencia que tendrían efectos negativos sobre el crecimiento. Hasta el momento, la debilidad del peso ha sido favorable, pues ha impulsado el consumo.
Hay que tener en cuenta también la importancia de las remesas de dólares para la economía mexicana. Las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos – su mayor socio comercial – también plantea riesgos o al menos ruido para el mercado mexicano.