Dado que es muy probable que la Fed suba los tipos de interés en diciembre, pese a la contracción en la creación de empleo vista en los datos de octubre, David Lafferty, estratega jefe de mercados de Natixis Global Asset Management, cree que es el momento de analizar la tendencia cambiante de los flujos monetarios a cargo de los bancos centrales y su efecto potencial en los portafolios de los inversores.
En su análisis, Lafferty recuerda que todo parece indicar que la presidente de la Reserva Federal, Janet Yellen, ha trazado una ruta para el endurecimiento de la política monetaria. Si bien aún se encuentra en etapas tempranas, la Fed ha estipulado claramente ya que su camino es el de la normalización de la política.
Al otro lado del Atlántico, el Banco de Inglaterra también da de que hablar. El Gobernador Joseph Carney está preparando a los mercados para su primer incremento de tipos en diez años. Carney podría estar minimizando la presión inflacionista derivada de la oleada de ventas de la libra esterlina, pero los futuros ya están considerando casi un 80% de probabilidades de un alza en los tipos de interés a finales del año.
“Claramente, los mercados no están preocupados todavía, y quizá por una buena razón. La caída del balance de la Fed está siendo seguida muy cerca, por lo que no deberá haber sorpresas. El margen de maniobra es gradual y suponen menos de una reducción del 10% en el balance de la Fed en el primer año. Visto en el contexto más amplio de las compras continuas de activos por el Banco Central Europeo y el Banco de Japón, los activos globales del banco central no van a reducirse hasta el tercer o cuarto trimestre de 2018”, explica el estratega jefe de Natixis GAM.
La primera razón que da Lafferty es que nadie puede asegurar que incluso una modesta restricción cuantitativa y el alza de las tasas no precipitarán una crisis, ya que no existe ningún antecedente histórico. La segunda, es que este panorama asume que la inflación sigue en modo pausa. “Esta teoría podría ponerse a prueba en Estados Unidos si el desempleo continua a la baja y/o si los recortes fiscales de Trump y su ampliación del déficit llegan a ser realidad. Si la inflación se eleva más allá de lo esperado, los bancos centrales aumentarán las restricciones y los rendimientos se elevarán más dramáticamente”, añade el gestor.
“A corto plazo, desde Natixis GAM esperamos que la demanda orgánica se eleve más allá de cualquier desaceleración generada por la restricción cuantitativa. Todavía nos agradan los sectores corporativos y estructurados del mercado de bonos, pero los niveles del diferencial actual no garantizan asumir un excesivo riesgo crediticio”, afirma.
En este sentido, el equipo de la gestora prefiere la deuda con calificaciones BBBs y créditos bancarios al alto rendimiento, y los ABS/CMBS a los MBS de agencias.
“Independientemente de la asignación por sectores, los rendimientos a la baja, y presiones modestas al alza en las tasas de interés y diferenciales crediticios estrechos derivarán en retornos por debajo del promedio en todo el espectro de renta fija”, concluye.