La pandemia del COVID-19 ha paralizado de forma casi total la movilidad mundial. En este contexto, el impacto del virus en los viajes alrededor del mundo es ya patente. Según los últimos datos del Índice de Pasaportes de Henley, las estrictas restricciones de viaje impuestas ante la pandemia han bloqueado todo transporte no esencial.
Desde su creación en 2006, el índice compone una clasificación anual de los pasaportes más fuertes del mundo. Esto es, aquellos que permiten a sus ciudadanos moverse con mayor libertad. Además, durante el periodo estudiado, la libertad de viaje ha aumentado exponencialmente. En 2006, se podía viajar a una media de 58 países sin la necesidad de tener una visa del país anfitrión. Ahora, 14 años después, este número ha aumentado hasta los 107.
En enero de este año, los datos de Henley apuntaban a que la movilidad alrededor del planeta se encontraba en su punto álgido, con Japón a la cabeza de la lista. Los ciudadanos japoneses podían acceder a 191 destinos sin requerir una visa por adelantado. Sin embargo, “solo tres meses después, vemos un escenario muy diferente”, subrayan desde la asesora.
Si bien el pasaporte japonés continúa siendo el más fuerte según el índice, la realidad es que las estrictas restricciones de viaje bloquean todo viaje no esencial para sus ciudadanos. “Se trata de una escena que vemos repetida en multitud de países, ya que, a diario, se implementan nuevas restricciones a la vez que los gobiernos imponen regulaciones de bloqueo para frenar el coronavirus cada vez más estrictas”, advierten desde Henley.
Con 3.500 millones de personas, casi la mitad de la población mundial viviendo en confinamiento voluntario, los últimos resultados del índice, basados en datos exclusivos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), desde Henley subrayan que “plantean preguntas importantes sobre qué significan la libertad de viaje y movilidad, tanto en la actualidad como en un futuro pospandémico incierto”.
Christian H. Kaelin, presidente de Henley & Partners e inventor del concepto de índice de pasaporte, señala que, en una emergencia de salud global sin precedentes como esta, la fuerza relativa del pasaporte se vuelve temporalmente sin sentido. “Un ciudadano suizo puede, en teoría, viajar a 185 destinos en todo el mundo sin necesidad de una visa por adelantado, pero las últimas semanas han hecho evidente que la libertad de viaje depende de factores que ocasionalmente pueden estar fuera de nuestro control”, añade Kaelin.
Esto es algo con lo que los ciudadanos de países con pasaportes débiles están familiarizados. No obstante, Kaelin destaca que, como las preocupaciones de salud pública tienen prioridad sobre todo lo demás ahora, incluso dentro de la UE sin fronteras, esta es una oportunidad para “reflexionar sobre lo que significa la libertad de movimiento y ciudadanía para aquellos que quizás lo hemos dado por sentado en el pasado”.
El futuro de la movilidad internacional tras el COVID-19
El efecto combinado de la pandemia en la salud pública, la economía global y el comportamiento social podría conducir a cambios muy profundos en la geografía y distribución humana en el futuro. Tal y como señala Parag Khanna, escritor y fundador y socio gerente de FutureMap: “Esto puede parecer irónico dado el cierre generalizado de las fronteras y el estancamiento en el transporte mundial, pero a medida que se levanta el telón, la gente buscará pasar de ‘zonas rojas’ mal gobernadas y preparadas a ‘zonas verdes’ o lugares con mejor atención médica”.
Del mismo modo, Khanna advierte que podríamos ver cómo la gente pasa a reubicarse en zonas donde la cuarentena sea menos estricta. En los Estados Unidos, por ejemplo, tanto la migración nacional como internacional aumentaron antes de la pandemia, a medida que los jóvenes se mudaban a ciudades más baratas o al extranjero (América Latina y Asia) en busca de una vida más asequible. “Una vez que termine la cuarentena y los precios de las aerolíneas se mantengan bajos, esperamos que la población se desplace a países lo suficientemente asequibles para empezar de cero”, añade Khanna.
Según los datos de investigaciones emergentes recogidos por Henley & Partners, pese que las actuales restricciones de movimiento sean medidas temporales, aún existe el riesgo de que afecten negativamente a la movilidad internacional a largo plazo. “Históricamente, las amenazas a la salud pública se han utilizado como justificante para las restricciones de movilidad”, tal y como subrayan Uğur Altundal y Ömer Zarpli, de las universidades de Siracusa y Pittsburgh, respectivamente. No obstante, las medidas aplicadas hasta hora responden a las necesidades sanitarias a corto plazo.
Hasta ahora, la seguridad sanitaria no ha sido determinante a la hora de negociar exenciones de visa, pero Altundal y Zarpli advierten que “el aumento de las preocupaciones sanitarias debido al brote de COVID-19 puede cambiar esto. La calidad y el nivel de salud de un país podría pasar a convertirse en una consideración importante de cara al futuro”. Esto podría cambiar la movilidad global para siempre.
Por otro lado, Simone Bertoli, profesor de Economía en CERDI, Universidad Clermont Auvergne en Francia, asegura que la colaboración internacional en la lucha contar el coronavirus podría reducir las barreras existentes en la movilidad global. “La humanidad se enfrenta a un desafío global ante el que ningún país, independientemente de sus ingresos, puede protegerse. Esta pandemia podría, por lo tanto, desencadenar una nueva y más intensa cooperación internacional, algo que no ha pasado hasta ahora con ningún otro desafío al que el mundo se haya enfrentado hasta ahora como, por ejemplo, el cambio climático”, asegura Bertoli.
Brexit, prohibiciones y cambios en la cronología
“El caos causado por el coronavirus ha puesto en duda la cronología de implementación del sistema de inmigración en el Reino Unido post-Brexit”, destaca Madeleine Sumption, directora del Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford. El Reino Unido ocupa, actualmente, la séptima posición en el índice de Pasaportes de Henley y sus ciudadanos pueden acceder a 185 destinos sin la necesidad de obtener una visa previa. No obstante, estaba previsto que la libertad de movimiento en la Unión Europea terminase en enero de 2021.
“El Reino Unido solo puede implementar su nuevo sistema de inmigración cuando el periodo de transición posterior al Brexit haya terminado, y si este se extiende ya que los negociadores necesitan más tiempo para discutir temas comerciales, es posible que no veamos el fin de la libre circulación con la UE aún”, afirma Sumption.
En los Estados Unidos, que también ocupan el séptimo lugar en el índice, el impacto de las prohibiciones de viaje implementadas a principios de año parece haberse agravado por la pandemia. “Para los jóvenes de clase media global en ascenso con más y más opciones, esta pandemia puede ser el punto de inflexión en términos de elegir destinos educativos. A medida que el mundo se recupere, con China, Corea del Sur y Singapur habiendo controlado ya el brote a través de cuarentenas efectivas, no sería sorprendente si los estudiantes tienen en cuenta las respuestas ante el virus para elegir sus opciones de cara al futuro”, asegura Greg Lindsay, director de investigación aplicada de NewCities.
Una cobertura única contra la volatilidad de un futuro incierto
En lo referente al crecimiento y popularidad ascendente de la industria de la inversión migratoria, Juerg Steffen, CEO de Henley & Partens asegura creer que, en un entorno posterior al COVID-19, las inversiones migratorias adquirirán una mayor importancia, tanto para los estados soberanos como para los inversores individuales. “La adquisición de una residencia o ciudadanía alternativa actuará como protección contra la importante volatilidad macroeconómica que se predice, creando aún más valor soberano y social en el mundo”, añade Steffen.