Estados Unidos tiene a las FAANG, las principales marcas tecnológicas mundiales que controlan el mercado, mientras que Asia tiene a las BATT. No obstante, Europa cuenta con un número significativamente más reducido de gigantes tecnológicos. Philip Dicken, director de renta variable Europa en Columbia Threadneedle, analiza cómo los inversores pueden adquirir exposición en el Viejo Continente.
El mercado estadounidense de renta variable marcó un nuevo máximo a finales de agosto, celebrando así su trayectoria alcista más larga jamás registrada. Esto se debió, en parte, a los cinco gigantes tecnológicos del mundo: Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google (agrupadas bajo el acrónimo de las FAANG). Por sí solos, estos mastodontes de la tecnología representan en torno al 15% del valor del índice estadounidense S&P 500
A finales de julio, las FAANG acumulaban alrededor de una cuarta parte de la rentabilidad total del S&P 500 desde principios de año. En efecto, las acciones han sido las locomotoras de la rentabilidad del mercado estadounidense en los últimos años.
Una tendencia similar ha empezado a manifestarse en Asia, donde las BATT (a saber, Baidu, Alibaba, Tencent, Taiwan Semiconductor y Samsung) también han propulsado los mercados bursátiles.
Sin embargo, los mercados europeos de renta variable no disponen de campeones tecnológicos parecidos, y esto podría explicar en parte por qué no han rendido tan bien como sus homólogos estadounidenses y asiáticos en años recientes.
Líderes mundiales de Europa
Aun así, pese a la escasez de firmas europeas, los inversores en el Viejo Continente pueden acceder a compañías tecnológicas de renombre internacional. Entre las más grandes se encuentran SAP, el gigante alemán de software; ASML, proveedor neerlandés de máquinas para la fabricación de chips informáticos; el fabricante suizo de chips STMicroelectronics; y el fabricante alemán de chips Infineon Technologies.
“Ciertos observadores del mercado creen que algunas de estas compañías gozan de una buena posición conforme la adopción tecnológica pasa de una fase de consumo a una fase industrial. Por ejemplo, el crecimiento previsto de los vehículos eléctricos debería favorecer a los fabricantes europeos de semiconductores, dado que los chips revisten una importancia vital en el proceso de fabricación de los coches eléctricos.
Sin embargo, resulta evidente que en Europa no se han engendrado firmas tecnológicas que se aproximan, ni por asomo, a la escala de los gigantes de Asia o EE. UU., lo que algunos inversores atribuyen a un mercado de inversión de capital riesgo mucho menos vigoroso en el Viejo Continente. Por esta razón, el sector tecnológico europeo se valora en torno a un 10% (o menos) de su homólogo estadounidense”, explica Dicken.
“No obstante, el sector tecnológico no se limita, ni mucho menos, a esos meros pesos pesados. Si se amplía el análisis hasta abarcar un mayor número de compañías cotizadas, encontramos el índice STOXX Europe 600 Technology, compuesto por valores tecnológicos de pequeña a gran capitalización de 17 países europeos con capitalizaciones de mercado desde alrededor de 1.000 millones de euros hasta más de 100.000 millones de euros.
Además de SAP, ASML y STM, el índice también incluye otras grandes firmas como los fabricantes de infraestructuras de telecomunicaciones Nokia y Ericsson, y la compañía francesa de software Dassault Systèmes”, añade.
Generación de rentabilidades superiores
En el periodo de cinco años hasta finales de junio, el índice del sector tecnológico europeo ha registrado una rentabilidad superior a la del mercado en general, al ofrecer una rentabilidad anualizada del 16,2% frente al 9,6% del índice de base más amplia STOXX Europe 600. Sin embargo, los resultados de este índice tecnológico quedan todavía a la zaga del índice Dow Jones US Technology.
«En los cuatro próximos años, la firma de servicios profesionales PwC prevé que la tecnología, los medios de comunicación y las telecomunicaciones («TMT») conformarán el sector de más rápido crecimiento en el Viejo Continente y, dentro de este segmento, el software exhibirá el comportamiento más enérgico. Sobre esta base, los ratios de precio/beneficios estimados del STOXX Europe 600 Technology de 23 veces (frente al dato de 14 veces aproximadamente del índice más amplio STOXX Europe 600) podrían no ser tan caros.
La tecnología constituye un sector donde la innovación fomenta un raudo crecimiento; la suerte cambia rápidamente. Algunas de las pequeñas firmas del sector tecnológico podrían convertirse en los gigantes del mañana —y algunas de estas pequeñas empresas podrían estar en Europa”, concluye el gestor.