En todo el mundo el consumo está evolucionando hacia transacciones sin efectivo, digitales y móviles. Pero posiblemente el país más avanzado en este sentido es China, donde una nueva generación de millennials habituados al uso de apps está dando forma al futuro de la segunda mayor economía del mundo.
Esta evolución se observó plenamente el pasado 11 de noviembre, conocido en China como el “Día de los solteros” o 11.11, una promoción anual de compras en internet que no tiene parangón en el resto del mundo. El gigante del comercio electrónico Alibaba Holdings ha informado de que los consumidores gastaron más de 25.000 millones de dólares (alrededor de un 40% más que el año pasado) en casi 100.000 tiendas on line durante las 24 horas que duró la promoción, casi cuatro veces más que la suma de las ventas del Cyber Monday en Estados Unidos.
Dale Nicholls, gestor de fondos de renta variable asiática de Fidelity, cree que “la transición general hacia una economía orientada al consumo y el auge de las clases medias están creando oportunidades para aumentar la penetración y ‘premiumización’ de los productos y servicios”.
Al mismo tiempo, la renta disponible per cápita de China ha aumentado más del doble en la última década y las ventas minoristas siguen creciendo a tasas de dos dígitos, explica Dale, que cita varias empresas chinas que están experimentando con nuevos y lucrativos modelos de negocio basados en la tecnología, como el streaming en vivo, donde los espectadores ven vídeos en tiempo real y pueden comprar regalos virtuales para los presentadores a los que siguen.
Más allá de la copia
No se limitan a copiar modelos de negocio de Occidente, sino que están desarrollando sus propios ecosistemas digitales con servicios como WeChat de Tencent, que integra noticias y mensajes, redes sociales, pagos móviles, productos de inversión e incluso permite concertar una cita con el médico. Otras empresas como Didi están innovando en servicios como el transporte compartido, mientras que empresas de reciente creación como Mobike han crecido y extendido a todo el país su modelo de negocio de bicicletas compartidas y ahora están trabajando para trasladarlo a otros mercados en el extranjero, como Londres.
Hyomi Jie, gestora de fondos de renta variable de Gran China de Fidelity, menciona la enorme ventaja en pagos que poseen AliPay, la plataforma de pagos electrónicos de Ant Financial, filial de Alibaba, y TenPay, la plataforma homóloga de Tencent, muy utilizada para pagar compras convencionales de bienes y servicios usando WeChat.
“Este dominio de las transacciones digitales da a estas empresas un valioso tesoro en forma de datos de los consumidores que les permitirá hacer algo más que crear publicidad mejor segmentada”, señala Hyomi.
Por ejemplo, semejante volumen de datos detallados puede usarse para tomar decisiones automatizadas sobre la solvencia del solicitante de un préstamo al consumo; de hecho, tanto Ant como Tencent ya han entrado en áreas como la financiación digital, la evaluación crediticia de clientes y los productos de inversión on line.
En un reciente viaje a Shenzhen, Hyomi vio claramente cómo China ha adelantado a otros países en la transición hacia una sociedad sin dinero en efectivo, ya que el móvil está convirtiéndose rápidamente en el medio de pago de facto para las empresas de todos los tamaños y niveles de sofisticación.
Usuarios de dispositivos móviles
Esta transformación ha sido posible gracias a la rápida adopción de unos smartphones cada vez más asequibles y potentes en todo el país.
De hecho, cuenta Hyomi, lo que está ocurriendo es que los consumidores chinos no están pasando por el comercio electrónico tradicional desde el ordenador, que es como la mayoría de los usuarios occidentales entraron en contacto con las compras on line. En lugar de eso, están saltando directamente a lo móvil, y el efecto es dramático. China contaba con 751 millones de usuarios de banda ancha convencional en junio, según las estadísticas del gobierno, pero contaba con más de 900 millones de abonados a telefonía 4G y un total de casi 1.400 millones de cuentas de usuarios móviles en agosto, según datos de los tres principales operadores móviles de China.
El 52% de los consumidores chinos ya afirma usar dispositivos móviles para hacer compras en Internet de forma diaria o semanal, según una encuesta de PwC. En todo el mundo, esta frecuencia de uso de los dispositivos móviles para comprar on line cae hasta el 14% de los consumidores. Entender en qué se diferencian las compras y el gasto en China del resto del mundo es cada vez más importante, tanto para los inversores en empresas y mercados de China como para aquellos que tratan de entender los motores futuros del crecimiento económico del gigante asiático.
Lo que diferencia a China puede dividirse en tres grandes áreas: el nuevo grupo de consumidores que está alimentando la transición del país, las empresas de origen chino que dominan el comercio digital y los modelos de negocio pioneros que están impulsando dichas empresas.