El verano toca a su fin, pero no lo hace la escalada de tensiones hacia una posible guerra comercial, el riesgo que ha acaparado las miradas durante toda la temporada estival. ¿En qué punto de la partida estamos de cara a los últimos cuatro meses del año?
Desde luego el mes de agosto deja la partida con listas y listas de productos publicados, tanto por parte de China como de Estados Unidos, anunciando nuevos aranceles. Uno de los movimientos más relevantes fue que China anunció aranceles, como represalia, del 25% por valor de 16.000 millones de dólares a bienes estadounidense, que entraron en vigencia el pasado 23 de agosto, justo a la vez que las medidas anunciadas por Trump.
Según explican desde ING Bank, “la decisión de China de incluir automóviles en la lista de aranceles de represalias es un movimiento más agresivo de lo que esperábamos, pero por ahora la verdadera preocupación es qué medidas cualitativas se darán si los Estados Unidos imponen aranceles del 25% sobre 200.000 millones de bienes chinos”.
Esas “medidas cualitativas” a las que la entidad se refiere suponen medidas administrativas a las compañías estadounidenses que operan en China o, directamente, aprovechar el discurso de la seguridad nacional para evitar o limitar que las empresas norteamericanas operen en el país. Si esto llega a suceder, supondría un importante paso en la escalada de tensiones.
Los efectos de una medida de este tipo, golpearían a toda la economía. “Somos conscientes de que podría haber algún efecto de sustitución, pero en general, es probable que los fabricantes estadounidenses y chinos se enfrenten un crecimiento más lento en las actividades relacionadas con la fabricación y el comercio, o incluso que registren una caída. Y esta caída no se limita solo a los dos países. La cadena de suministro global enfrentará perspectivas similares”, apuntan desde ING Bank.
En opinión de Kim Catechis, responsable de mercados emergentes de Martin Currie (Legg Mason) y gestor del fondo Legg Mason Martin Currie Global Emerging Markets, en este conflicto, la retórica parece estar recrudeciéndose prácticamente todos los días, pero lo más importante es tener en mente que si bien existe una gran asimetría en términos de volúmenes comerciales entre ambos países.
“Estados Unidos importa mucho más de China que China de Estados Unidos y, por tanto, en el efecto económico directo de los aranceles, el gigante asiático está lejos de ser una parte indefensa. Que nadie se olvide de que China sigue siendo el acreedor extranjero más importante para Estados Unidos. Es más, ha tenido tiempo de prepararse para una posible intensificación de la guerra comercial, con políticas favorables al crecimiento orientadas a impulsar la economía interna y una estrategia claramente definida sobre las respuestas, tanto arancelarias como no, a todas las medidas de escalada del conflicto por parte de Estados Unidos”, explicaCatechis.
Lastre global
La mayoría de las gestoras y expertos coinciden en afirmar que una guerra comercial entre Estados Unidos y China tendrá efecto en la economía global. Desde Schroders, según el último informe elaborado por su equipo de economistas, señalan que el crecimiento de la zona del euro no logró recuperarse en el segundo trimestre, ya que la guerra comercial lastró el comercio mundial, lo que mermó el componente externo de la unión monetaria.
“Dado que creemos que es probable que la guerra comercial se intensifique, hemos revisado a la baja las previsiones de crecimiento para este año y el próximo. Hemos revisado al alza la inflación en vista de los precios de la energía y la depreciación del euro”, apunta.
De cara a analizar cómo puede ir evolucionando las tensiones comerciales, desde Renta 4 Banco, vigila la evolución de Estados Unidos con Canadá y la Unión Europea. “Estaremos atentos a si finalmente Canadá se adhiere hoy al acuerdo comercial firmado por Estados Unidos y México. En caso de que no sea así, Trump amenaza con imponer aranceles a los automóviles canadienses”, advierte.
Además destaca que, de cara a las próximas semanas, habrá que seguir de cerca las negociaciones entre Estados Unidos y China, en las que por el momento no parecen haberse producido avances, y también en las negociaciones con la Unión Europea, ya que Trump no acepta la propuesta de eliminar los aranceles recíprocos a las importaciones de automóviles, al considerarla insuficiente). “Seguimos confiando en un acuerdo antes de las elecciones mid-term americanas, el 6 de noviembre”, concluyen desde Renta 4 Banco.