China acaba de aprobar la puesta en marcha de la conexión entre las bolsas de Hong Kong y Shenzhen, un mecanismo que estaba previsto que empezase a operar a principios de año y que se retrasó a la espera de que los mercados diesen más garantías de estabilidad.
El plan permitirá a los accionistas internacionales la compraventa de un número limitado de títulos en el parqué de Shenzhen a través del de Hong Kong y viceversa.
Según informaciones de las agencias de noticias españolas, el programa Shenzhen-Hong Kong, es una réplica del puesto en marcha entre las bolsas de Shanghái y Hong Kong en 2014, con el objetivo de ampliar la apertura de los mercados financieros chinos. Ese programa, llamado «Shanghai-Hong Kong Stock Connect», ya supuso entonces un hito importante en la liberalización del mercado chino y la internacionalización del renminbi.
“La aprobación de este plan refleja que la reforma del mercado de capital va por buen camino en China. Al eliminar la cuota agregada de vínculos comerciales –si no la diaria- de tanto el Shenzhen como el Shanghai con Hong Kong, sospechamos que Pekín tenía en mente la inclusión de los índices MSCI, ya que el acceso restringido era una preocupación clave”, comenta Nicholas Yeo, director de Renta Variable de Aberdeen AM para China y Hong Kong.
Pero la inclusión de MSCI es una consideración secundaria, dice. “Lo más importante es que este plan refleja que China está abierta a inversores extranjeros que realizan apuestas más amplias por las compañías que cotizan en la región continental, que a su vez podría ver una reducción de su dependencia de inversores minoristas. Para los gestores de activos como nosotros que participamos en compañías de gobierno corporativo, es también otro paso en la dirección correcta”, añade.
Con todo, como consecuencia de este paso no esperan la entrada repentina de capital extranjero en valores del Shenzhen, pues además, las valoraciones son más altas que en Hong Kong. “La desaceleración de China es también un elemento disuasorio. Es más probable que los fondos se encaminen en la otra dirección. Los inversores de China continental siguen dispuestos a diversificar sus activos en el extranjero. Una consecuencia de cualquier volatilidad es que podemos entonces explotar la depreciación en Hong Kong con participaciones a largo plazo”, apostilla.