Aunque los inversores han asignado consistentemente más dinero a las acciones europeas durante los últimos meses –los fondos europeos registraron sólo en la primera semana de mayo 7.000 millones de dólares en entradas–, los flujos acumulados en un año siguen siendo negativos, con un 4% menos de activos bajo gestión.
En cuanto a los fundamentos, es cierto que el crecimiento de las ganancias de las empresas europeas y los indicadores macroeconómicos del Viejo Continente son muy positivos en términos absolutos, pero también comparados con otras regiones.
Sin embargo, para Mark Denham, responsable de renta variable europea de Carmignac, existe riesgo de que aunque estos factores respalden el flujo continuo hacia este activo, si las sorpresas macroeconómicas vuelven de estos niveles muy altos, las entradas europeas podrían atascarse.
“En estos meses, el reto para nosotros ha sido mantener la integridad de nuestro enfoque, buscando una alta rentabilidad sostenible en el tiempo, en lugar de acciones y sectores cíclicos más volátiles. En nuestra cartera las inversiones más sensibles, desde el punto de vista económico, se han equilibrado con empresas que se benefician de una previsibilidad superior de sus ganancias y un crecimiento estable durante todo el ciclo económico, como Unilever o Nestlé”, afirma el gestor.
Porque lo que si tiene claro es que si invertir en sectores cíclicos podría haber sido una estrategia ganadora en la segunda parte de 2016, la rentabilidad de las acciones europeas es ahora más dispersa y es más necesario que nunca una selección prudente. En este contexto, dice, está justificado un enfoque bottom-upactivo basado en un sólido análisis fundamental de las renta variable.
Por eso, los fondos que dirige, el Carmignac Grande Europey el Carmignac Euro-Patrimoine, rastrean el universo de acciones para encontrar empresas que suelen demostrar una rentabilidad alta y sostenible, idealmente combinada con la reinversión interna o externa de los flujos de efectivo de nuevo en el negocio.
“Encontramos algunas oportunidades interesantes en el segmento de servicios empresariales, donde empresas como SPIE, Applus +, Teleperformance y Elis, sensibles al ciclo económico, cumplen también con nuestros criterios específicos de rentabilidad y reinversión sostenibles. Después de su pobre desarrollo en 2016 también encontramos algunos nombres del sector salud en acciones como Shire o Fresenius SE”, dice Denham.
Nombres a evitar
Por otro lado, explica, Carmignac apenas encuentra nombres en la industria de petróleo y gas o en el sector de materiales que coincidan con sus criterios de inversión. “De hecho, la volatilidad de su rentabilidad significa que se clasifican mal en nuestra selección. Además, creemos que la valoración de esos sectores parece cara después del rally que registraron el año pasado. Nuestros fondos evitan grandes valores cíclicos industriales, como Siemens y Schneider, y los nombres nórdicos como Atlas Copco, donde la fuerte evolución de los últimos 18 meses ya adelantó una recuperación de los ingresos en sus respectivos mercados”.
En lo que respecta al universo de las small caps europeas, Denham recuerda que no sólo no han superado a las de gran capitalización, como habrían sugerido las sorpresas macro de la zona del euro, sino que el impulso de las ganancias es más positivo para las medianas empresas que para las grandes. “Esto tendería a favorecer una mayor rentabilidad para las pequeñas y medianas en los próximos meses”, concluye.