Brasil vive momentos convulsos. Como era de esperar, una gran mayoría del Senado voto la semana pasada a favor del ‘impeachment’ contra Dilma Rousseff, dejando al vicepresidente Michel Temer como nuevo presidente del país.
“Dado el historial del Gobierno anterior para hacer frente a los problemas del país, este cambio de presidente es, en nuestra opinión, positivo. Sin embargo, el gobierno de Temer se enfrenta a muchos desafíos. Además, tenemos dudas sobre su capacidad para impulsar las reformas que se necesitan con urgencia (especialmente la de desvincular las pensiones y el salario mínimo)”, explica Xavier Hovasse, gestor de fondos de renta variable emergente de Carmignac.
Hovasse también recuerda que el Congreso podría hacer ahora lo mismo que le hicieron a Dilma: bloquear algunas de las reformas y de las investigaciones por corrupción, haciendo que el contexto se torne extremadamente frágil.
“A corto plazo, probablemente tendremos titulares positivos respecto a algunos nombres del nuevo ejecutivo que tienen una postura favorable hacia los mercados, así como la puesta en marcha de algunas de las reformas más fáciles. En combinación con la desinflación y los tipos más bajos, esto podría dar continuidad a un sentimiento positivo a corto plazo”, explica el especialista de Carmignac.
Sin embargo, el gestor avisa: “Tenemos que tener cuidado en el sentido de que el riesgo-recompensa en los niveles de precios actuales ya no es tan atractivo e interesante como lo fue hace 5-6 meses”.
Aumento de la asignación
Dicho esto, aunque el show político continúe, la mayor parte de los indicadores económicos del país han mostrado los primeros signos de mejora. El saldo por cuenta corriente se está recuperando gracias a la debilidad del real y el déficit ha disminuido ahora a menos del 3% del PIB. “Esta bienvenida disminución ha llegado junto con un flujo creciente de inversión extranjera directa, lo que sugiere que la confianza de los inversores se está recuperando. La inflación también parece estar moviéndose en una dirección favorable y, aunque todavía está en niveles de dos dígitos, el punto de inflexión parece haber quedado atrás. Todo esto nos llevó a principio de año a aumentar nuestra asignación a Brasil”, apunta Hovasse.