El cambio climático está obligando a los inversores a evaluar dos nuevos tipos de riesgo: el riesgo de transición, que es el coste de pasar a operar con bajas emisiones de carbono, y el riesgo físico, es decir, el coste del aumento de las sequías, las inundaciones, los fenómenos meteorológicos y la subida del nivel del mar. Desde Capital Group, los expertos en ESG Emma Doner, Matt Lanstone y Matthieu Chateau destacan que uno de los principales riesgos físicos provocados por el cambio climático que los inversores han de considerar es el estrés hídrico.
Las sequías y la escasez de agua constituyen situaciones idiosincráticas que pueden interrumpir o reducir la producción rápidamente, provocar la cancelación de proyectos que se encuentran ya en sus últimas etapas e incluso llegar a alterar la cuota de mercado del sector. En aquellos sectores que hacen un uso intensivo del agua, el análisis de la gestión de los suministros de agua por parte de una compañía determinada puede ser un factor determinante a la hora de anticipar su rendimiento a largo plazo.
El sector de los semiconductores es un buen ejemplo: se encuentra entre los que más agua consumen en términos relativos, y algunos de los centros de producción de chips se han visto expuestos a graves sequías a largo plazo en el pasado. Para responder a estas sequías, algunas de las principales compañías han encontrado nuevos enfoques de gestión del agua, que les permiten reciclar más del 90% del agua utilizada y reforzar la sostenibilidad a largo plazo de sus operaciones.
Grandes dificultades en algunos sectores
El éxito de estas compañías de semiconductores podría servir de ejemplo a otros sectores con gran consumo de agua, pero ciertas industrias, como la de los suministros públicos o las compañías de alimentación y bebidas, podrían enfrentarse a ciertas dificultades.
Por ejemplo, el sector de los suministros públicos, que es el que más agua consume de todo el universo de inversión de Capital Group, no puede ampliar sus programas de reciclaje de agua para mitigar el riesgo.
Las compañías del sector utilizan agua para dos fines principales: 1. energía hidroeléctrica y 2. refrigeración de energía termoeléctrica y nuclear. Es obvio que la energía hidroeléctrica necesita agua, pero la cantidad de agua que se necesita para refrigerar las plantas de energía térmica y nuclear es también enorme en relación con otros usos de agua del sector. Tres de las cinco compañías con mayor consumo de agua del universo de inversión de Capital Group no realizan operaciones significativas de generación de energía hidroeléctrica. Y, para protegerse frente al riesgo de sequía, estas compañías podrían verse obligadas a trasladar sus centros de producción o, si no fuera posible, a dejar de utilizar la energía hidro y termoeléctrica.
Los riesgos a los que se enfrenta el sector se pusieron especialmente de manifiesto el año pasado en Brasil, donde la situación de sequía extrema provocó un aumento de los precios de la electricidad. Brasil, que recibe en torno al 65% de su energía de la hidroelectricidad, ya se había diversificado previamente hacia fuentes de electricidad térmica (lo que le había permitido reducir el porcentaje anterior de la energía hidroeléctrica en el suministro total de energía, que era del 90%), tras sufrir una sequía extrema en 2001 y 2002 que provocó apagones y escasez de energía. Sin embargo, ante la gravedad de la sequía que registró en 2021, los precios de los suministros públicos continuaron aumentando con fuerza en el país. Se prevé que los mayores impactos financieros procedan del aumento de los costes de la energía para aquellas compañías que presentan un gran volumen de activos y un importante consumo energético, pero que no son autosuficientes en la producción de electricidad.
El problema al que se enfrentan las compañías de alimentación y bebidas es diferente. Estas compañías extraen y consumen enormes cantidades de agua, básicamente revendiendo en sus productos el agua dulce extraída cerca de sus fábricas, por lo que podrían tener que hacer frente a la normativa o a una relación complicada con las comunidades que viven en regiones con problemas de agua. Y mientras las compañías de otros sectores han podido solucionar los problemas relacionados con los recortes de agua, los cierres, los obstáculos normativos y las protestas de las comunidades acudiendo a una alternativa al agua dulce, normalmente mediante el tratamiento del agua y el reciclaje o la desalinización, esta no suele ser una opción para las compañías de alimentos y bebidas.
Consecuencias para los inversores
A medida que el cambio climático va transformando el planeta, los inversores necesitan nuevos enfoques que les permitan entender los riesgos y oportunidades esenciales que presentan las compañías y los sectores que hacen un uso intensivo de los recursos. En el marco de nuestro proceso de análisis fundamental, en Capital Group evaluan el grado de eficiencia en la gestión del uso de agua en aquellas compañías que hacen un uso intensivo de ella.
Su marco de análisis incluye los seis factores que utilizamos para evaluar la exposición de una compañía al riesgo del agua:
La puntuación de las compañías en cada uno de estos factores ayuda a determinar su capacidad para operar de forma efectiva y de ofrecer resultados (o no) en el futuro. Es posible que los inversores también deban replantearse el atractivo a corto plazo de ciertos sectores que hacen un uso intensivo de los recursos, teniendo en cuenta la posibilidad de que la necesidad de garantizar un importante suministro de agua dulce podría limitar su crecimiento futuro.
Al integrar Capital Group este tipo de marcos en sus procesos de análisis, sus expertos tratan de identificar cuáles son las compañías que se están adaptando con éxito a estos nuevos retos, y cuáles podrían tener problemas para continuar ofreciendo valor cuando cambien las condiciones. Este nuevo tipo de análisis fundamental puede ofrecer un filtro crucial para diferenciar a las compañías que podrían salir ganando o perdiendo en este nuevo contexto, permitiendo ofrecer mejores resultados a los inversores en el futuro.
Gestión del estrés hídrico: la innovación ofrece capacidad de resistencia a largo plazo
Los sectores con mayor exposición al estrés hídrico son los de suministros públicos, energía, productos químicos, alimentación, bebidas, hoteles, envases y embalajes, semiconductores y materiales de construcción. Las compañías de muchos de estos sectores pueden mitigar (y, en algunos casos, eliminar) el riesgo de estrés hídrico mediante la selección de centros de producción más seguros, la inversión en reciclaje y el establecimiento de alternativas locales de agua dulce.