El área de Mercado de Capitales de Caja de Ingenieros y Caja Ingenieros Gestión han presentado el informe sobre las perspectivas económicas y financieras previstas para el segundo semestre del año, en el que analizan aspectos de política económica y mercados financieros. En él afirman que nos encontramos ante un momento único de transformación sin precedentes, un cambio trascendental marcado especialmente a nivel europeo por la emisión de deuda de Europa y la creación de un proyecto como las ayudas Next Generation EU desde una posición geoestratégica.
Durante el primer y segundo trimestre se ha visto una recuperación de la economía mundial gracias al efecto de las medidas monetarias y fiscales, al incremento del consumo debido al ahorro privado en 2020 y, sobre todo, por el inicio de la vacunación en muchos países. «Si hace un año nos hubieran dicho que estaríamos donde estamos hoy, en términos económicos y financieros, no lo hubiéramos creído. Esta enorme crisis sin precedentes, a su vez, está creando respuestas globales sin precedentes y con planteamientos de políticas económicas totalmente nuevos», afirma Joan Cavallé, director general de Caja de ingenieros.
Por su parte, Xavier Fàbregas, director general de Caja Ingenieros Gestión, explica que «los medios de pago han evolucionado y el uso del efectivo prácticamente ha desaparecido. Eso implica un cambio de paradigma y las ganadoras serán aquellas empresas resilientes que se adapten a este nuevo entorno. Por otro lado, las compañías han acelerado la transición hacia servicios más digitalizados. Y, por último, los riesgos ambientales y sociales, que pasan de ser riesgos extrafinancieros a estar incorporados en el balance de cualquier empresa cotizada».
En cuanto a las economías desarrolladas, la entidad espera un crecimiento del PIB del 5,1% en función de la evolución del COVID-19 y del impacto de las medidas fiscales y monetarias. Para las economías emergentes se prevé un menor impacto económico en los países asiáticos y debilidad en los países latinoamericanos, por su estructura económica y dificultad en el control de contagio. Además, se contempla la continuación de tensiones inflacionistas a corto plazo por la combinación de fuerte recuperación de la demanda y determinados shocks de oferta. A medio y largo plazo el riesgo inflacionista se considera moderado, aunque más elevado que los últimos años.
Desde una perspectiva financiera, en cuanto a la deuda pública, se espera un repunte de los rendimientos limitado por las medidas de los bancos centrales. Esto se debe a la estimación de una recuperación parcial del crecimiento mundial a partir del segundo semestre y al fuerte incremento del endeudamiento resultante de las políticas fiscales expansivas. A nivel de deuda corporativa, se espera cierta estabilidad en los diferenciales con grado de inversión debido al apoyo del programa de compra del BCE y al entorno de búsqueda de rentabilidad. Por último, se prevé que los activos de renta variable continúen recuperándose paulatinamente.
Más allá de la capacidad de adaptación, esta fase de consolidación conlleva nuevos factores de incertidumbre. Entre ellos, la recuperación desigual de la economía entre las diferentes zonas geográficas, el riesgo de impactos negativos estructurales en economías como la española, que se caracterizan por un elevado peso de los sectores muy afectados y el riesgo de una crisis de solvencia financiera en algunos sectores empresariales.
«La política fiscal y monetaria sigue siendo muy expansiva y las empresas lanzan nuevos planes de inversión. A medio y largo plazo, partimos de una situación con economías dañadas por la pandemia. Esto puede provocar un mayor factor de incertidumbre cuando los estímulos monetarios se reduzcan», detalla Bas Fransen, director de Mercado de Capitales de Caja de Ingenieros.
La campaña de vacunación: el principal factor de impulso para la economía
Como ya adelantaron los expertos de la entidad, el conjunto de las medidas fiscales y monetarias que se han llevado a cabo a nivel global, han permitido aliviar la situación económica de muchas empresas, familias y estados y además han permitido una recuperación paulatina de la actividad. No obstante, el inicio de la campaña de vacunación y, sobre todo, su gran eficacia, que ha superado las expectativas en muchas zonas geográficas -actualmente varios países ya están cerca de conseguir la inmunidad del grupo-, ha significado el principal factor de impulso para la economía, permitiendo una reducción de las restricciones sociales, una reapertura de las economías y un fuerte incremento de los indicadores de confianza.
Nos encontramos ante una recuperación desigual
El impacto de la pandemia y el ritmo de la recuperación posterior han sido desiguales entre las diferentes zonas geográficas, ya que es un proceso en el que inciden diferentes factores según distintas economías. Por su parte, China es el mejor ejemplo de una economía que ha entrado ya en una ralentización del ritmo de crecimiento, seguido por Estados Unidos, donde estamos viendo el inicio de una tendencia similar tras varios meses de fuerte recuperación de los indicadores. La Eurozona le sigue el camino con un retraso de unos tres meses, provocado por problemas logísticos iniciales en la vacunación. Por su parte, los países emergentes, especialmente América Latina, también prevén experimentar un rápido avance del dinamismo económico, aunque de una forma más débil.
¿Cuáles son las consecuencias negativas estructurales de la pandemia?
El confinamiento, la desaceleración económica y la incertidumbre están causando un gran impacto en los sectores más vinculados con el ciclo económico, siendo las industrias relacionadas con el turismo y la restauración las más perjudicadas. Los expertos de Caja de Ingenieros destacan que en las economías con un elevado peso del PIB dependiente de estos sectores pueden entrever una reducción de su tejido empresarial, con consecuencias negativas para el empleo, la demanda interna y las perspectivas de crecimiento a medio y largo plazo. En paralelo, también existe un rápido incremento del endeudamiento público y privado que puede ser un freno para el crecimiento potencial a largo plazo.
Se abre el debate sobre los impulsos fiscales y monetarios
Tras el incremento de los déficits públicos, que ha causado un fuerte aumento de la deuda pública y el PIB a nivel global, distintos países se verán obligados a iniciar una reducción del impulso fiscal. Los estados no pueden mantener estos elevados déficits para siempre. Y los bancos centrales de forma paulatina empiezan a verse presionados por el alza de las expectativas de inflación que en algún momento causarán el inicio de la normalización de la política monetaria.
Según las proyecciones, las distintas autoridades son conscientes de los factores de incertidumbre actuales y manifiestan estar preparados para continuar ofreciendo apoyo a la economía. En la Unión Europea, en los próximos meses se verán los primeros flujos de inversión por las ayudas Next Generation EU, y en Estados Unidos se está́ preparando y negociando el nuevo America ‘s Job Plan, del presidente Biden. Por su parte, los Bancos Centrales se muestran permisivos con el repunte de la inflación indicando que continuarán con su política monetaria expansiva.
¿Ante un nuevo Green Deal?
Uno de los principales focos de la reconstrucción de la economía europea, financiada con los fondos Next Generation EU, es la transición hacia una economía sostenible. Concretamente, en el acuerdo del Fondo de Recuperación Europeo se detalla que, como mínimo, el 37 % de la asignación debe emplearse para apoyar la transición hacia una economía baja en carbono.