En un nuevo Virtual Investment Summit, Funds Society contó con la presencia de Santiago Queirolo, socio y director ejecutivo de DAVINCI Trusted Partner, como moderador del evento online, con Pablo Sciarra, director y jefe de Inversiones de Advise Wealth Management, y Alejandro Lara, Product Manager- Advisory en Insigneo Financial Services, como panelistas del debate, y con Brinton Johns, cofundador y gestor de inversiones en NZS Capital (socio estratégico de Jupiter Asset Management), quién presentó la filosofía de inversión de la estrategia NZS Global Growth, que próximamente estará disponible para los inversores en formato UCITS.
NZS Capital nace a finales de 2019. Antes de lanzar la firma, Brad Slingerlend y Brinton Johns ya habían trabajado juntos durante casi dos décadas como cogestores de la estrategia Global Technology and Innovation de Janus Henderson Investors. A lo largo de 2020, se incorporan al equipo Jon Bathgate y Joe Furmanski, como gestores de inversiones, Jim Goff, como asesor sénior y Adam Schor, como presidente y director de riesgos. Todos ellos formaban parte de su anterior equipo, por lo que la integración al nuevo equipo fue rápida.
Desde los comienzos establecieron una asociación estratégica con Jupiter Asset Management. La gestora de origen británico se hará cargo de la distribución de sus estrategias a nivel global, facilitando que los gestores se enfoquen en lo que mejor saben hacer: construir carteras basadas en la idea de la inversión en complejidad y desarrollar una cultura de inversión que elimine los posibles sesgos de los gestores e incluya nuevas ideas en la cartera.
Lejos de centrarse en las métricas económicas tradicionales, sus carteras se centran en sistemas complejos de adaptación. En la naturaleza es frecuente observar estos sistemas que no se preocupan por predecir el futuro, sino que se centran en adaptarse al cambio. Esa lección aprendida se traslada al proceso de construcción de las carteras de NZS Capital con un enfoque en la resiliencia y la opcionalidad.
En sus carteras, aproximadamente la mitad de sus activos están asignados a una cesta de acciones resilientes, con unos 15 nombres. En la que cada acción suele tener una ponderación del 3% o superior en la estrategia. En las acciones resilientes el foco reside en limitar el riesgo a la baja a partir de la adaptabilidad de estas empresas al cambio o a eventos imprevisibles, como la irrupción del COVID-19 el año pasado. Ejemplos de acciones resiliente serían Amphenol o Texas Instruments. Se espera que conforme la electrónica tome un mayor peso en la sociedad estas acciones se vean beneficiadas.
La otra mitad de la cartera está dedicada a las acciones con opcionalidad. Unos 40 nombres en los que la máxima ponderación asignada a cada una de las acciones de esta parte de la cartera será un 1,5%. Un ejemplo de la cartera dedicada a la opcionalidad es Tesla, con un perfil de riesgo muy asimétrico, en el que la posibilidad de que se convierta en el líder dentro del mercado de vehículos eléctricos es una predicción mucho más estrecha. Durante 2020, Tesla tuvo un desempeño espectacular, pero nunca dejaron que la posición aumentara más de un 1,5%.
La cartera reduce o incrementa aquellas posiciones que se encuentren entre el 1,5% y el 3%. Después de décadas gestionando carteras, en NZS Capital se dieron cuenta que estos nombres que se encontraban entre los dos polos de la cartera (resiliencia y opcionalidad) solían tener un rendimiento similar al del mercado. En consecuencia, al eliminar estas posiciones intermedias solían conseguir incrementar el rendimiento total de la cartera.
En el entorno actual estamos atravesando de la era industrial a la era de la información, y todavía estamos en las primeras etapas. Por eso, en NZS Capital consideran que es importante que los inversores tengan un marco para invertir en el cambio y ese marco es el proceso de “inversión en la complejidad”. Un proceso de inversión para el cambio implica analizar qué partes de la economía pueden verse afectadas por la disrupción, y qué movimientos pueden darse entre las acciones resilientes que pueden llegar a convertirse en trampas de valor, o nuevas ideas que pueden llegar a ser parte de la cartera de opcionalidad y finalmente ser acciones resilientes.
El panel de discusión
Alejandro Lara comenzó el panel de discusión preguntando sobre el proceso de selección de las acciones en la cesta de la opcionalidad de la cartera, que tiene un estilo de gestión similar al modelo de negocio de las firmas de Venture Capital, en el que una entre 16 acciones tiene éxito dentro de la cartera. A lo que Brinton contestó que su enfoque se centra más en acciones que ya han conseguido salir a bolsa, por lo que su tasa de supervivencia es más elevada. Brinton mencionó el error que muchos gestores suelen realizar es incrementar la posición de algunas de estas acciones que pertenecen a la cesta de opcionalidad hasta un 5%, a pesar de que la predicción sobre su éxito potencial sea muy difícil de determinar. Si al analizar una empresa perciben que su acción deja de pertenecer a la cesta de la opcionalidad para pasar a ser parte de la cesta resiliente, entonces añadirán capital a esa acción, moviendo su ponderación de la parte final de la cartera a los primeros puestos.
Pablo Sciarra indagó sobre los criterios de calidad que aplican a las empresas dentro de la cesta de opcionalidad, teniendo en cuenta que en NZS Capital dan prioridad a los criterios de adaptabilidad en el largo plazo. En NZS Capital se centran en conocer a los equipos directivos, incluso antes de que la empresa esté cotizando públicamente, pues los consideran uno de los factores más importantes a la hora de obtener una visión a largo plazo de la empresa. Por eso, prefieren los negocios que están dirigidos por sus socios fundadores. En los inicios de una empresa, los gestores tienen que ser extremadamente buenos a la hora de ser capaces de responder al cambio para poder sobrevivir. Aquellos equipos que tienen una visión a largo plazo tienen más posibilidades, y demuestran una mayor calidad en la gestión. Esta calidad es un concepto intangible y difícil de definir, pero que es más fácil de reconocer cuando se examina el ecosistema de la empresa y las personas que la gestionan.
De nuevo Alejandro Lara, preguntó sobre la orientación hacia el sector tecnológico de la cartera y el foco en las acciones estadounidenses de la cartera. Mientras que Brinton respondió que, si bien sus orígenes son tecnológicos y una gran parte de la cartera tiene sus raíces en Estados Unidos, la expansión que se ha producido del sector tecnológico hacia otros muchos ámbitos les ha hecho ampliar sus horizontes. Cada vez encuentran más empresas innovadoras que abrazan el cambio fuera del ámbito de la tecnología. Por ejemplo, recientemente han incluido en la cartera acciones de Ball Aluminum, un fabricante de aluminio de origen estadounidense. La inclusión de este acción en la cartera se debe al alto índice de reciclaje que ostenta el aluminio, con una tasa del 75% frente al 10% del plástico. En NZS Capital perciben que esta empresa crea más valor del que toma de la sociedad y además está introducción un elemento de disrupción en el mercado con la fabricación de vasos de aluminio que son altamente reciclables.
Cuando Santiago Queirolo preguntó al gestor sobre la incorporación de factores ESG en su proceso de inversión. Brinton respondió que en NZS Capital creen que la inclusión de métricas ESG no es suficiente. En su opinión, es mejor considerar el ecosistema alrededor de la empresa y examinar si está creando más valor del que toma de la sociedad: para sus accionistas, para sus empleados, para sus consumidores, para el medioambiente. Esto implica un mayor esfuerzo en research, pero es algo que es muy importante para la firma. Por eso suelen acudir a ferias comerciales y hablar con los competidores, para ser participantes activos de estos ecosistemas.
Puede acceder a la grabación del evento en el siguiente link (contraseña: NZSCapital_2004)