Fernando Honorato, economista jefe de Bradesco, fue invitado por BCI Asset Management en el marco de su ciclo Investment Meeting Latam a un evento organizado para clientes institucionales en Santiago de Chile con el fin de presentar su visión sobre la situación actual de la economía brasileña.
Para Honorato, la transformación de la economía brasileña comenzó en el 2016 con el establecimiento del techo de gasto por parte de la administración del presidente Temer. “Este es muy significativo en cuanto a que representa un cambio en el reparto del gasto entre sector público y el privado. Es lo que conocemos como crowding in, el sector público salió y lo que tenemos que esperar es que el sector privado sea el protagonista de Brasil en los próximos años”, comenta el economista.
A nivel macro, las consecuencias de este techo han sido principalmente una inflación controlada y una bajada de los tipos de interés hasta niveles que Honorato considera decentes (7-8%) pero que cree que pueden bajar aún más.
Sin embargo, el experto afirma que “la transición no ha sido completada. No estamos listos”. Asegura que la economía no crece y que el efecto colateral es el aumento del desempleo que ha llegado hasta el 13% y que puede llegar hasta el 25% si se añade la gente que ha desistido en la búsqueda de empleo. Por lo tanto, el economista concluye que la agenda de Bolsonaro, la más ambiciosa de los últimos 20 años es fundamental a la hora de devolver la confianza en la economía brasileña.
Importancia de la relación entre Bolsonaro y el congreso
Hay tres aspectos claves dentro de la agenda de Bolsonaro: la reducción del gasto fiscal mediante la reforma de la seguridad social, la simplificación y reducción del nivel impositivo y la apertura de la economía brasileña.
En este sentido Honorato matiza que debe existir una secuencia: “Primero se tiene que abordar la reforma de las pensiones que se traduzca en una reducción de los tipos de interés y que las compañías se acostumbren a vivir con tasas bajas. Segundo, se debe mejorar el entorno empresarial y aplicar una bajada de impuestos para que las compañías puedan competir en este entorno antes de finalmente abrir la economía”.
La reforma del sistema de pensiones es, en opinión del experto, la más importante de todas y su eje central gira en torno a la fijación de una edad mínima de jubilación y en la reducción de privilegios. Los ahorros esperados por el gobierno son de 1.300 millones de reales en 10 años a lo que Honorato añade “ esperamos que haya dilución de esta cifra pero al menos se consigan 800 millones de reales, cifra que nos parece suficiente”.
En cuanto a las posibilidades de ser aprobada, al ser un cambio constitucional, la reforma necesita la aprobación por al menos 308 congresistas. Según las últimas encuestas ha habido un aumento importante de los congresistas parcialmente a favor o indecisos y para Honorato la probabilidad de aprobación es del 80%. “Creo que esto va a ocurrir, pero tiene que ocurrir rápido porque lo ratios de popularidad de Bolsonaro están bajando. Hay una curva de aprendizaje para el gobierno de Bolsonaro. Hay mucho ruido con Bolsonaro y su familia que usan las redes sociales y esto es algo nuevo en Brasil.”
Además, añade “hay un empeoramiento de la relación de Bolsonaro con el congreso. Bolsonaro tiene que entender que no todos los congresistas son corruptos y que quieren que se aprueba la reforma de la seguridad social, porque con ella Brasil despegará. Pero no puede pretender que le ayuden a aprobar todas medidas impopulares, recibir él todo el beneficio y amenazarles con meterles en la cárcel al final de su mandato. Tiene que negociar con ellos”
Se espera que la reforma sea aprobada los primeros 15 días de agosto, pero de no ser así y si se produce un retraso, “la economía no crecerá, aumentará el paro y se podrá generar una crisis política”, augura el experto.
Escenarios posibles
Si la reforma no solo se retrasa, sino que no se aprueba el experto muestra un paralelismo con la crisis de deuda europea del 2011 para estimar las consecuencias en Brasil. “Si los CDS (Credit default swaps) de Brasil se situaran en el rango entre 500-600 pb, el real se irá a 5,8 reales por dólar lo que implica una devaluación de la moneda cercana al 50%, los tipos de interés se irán al 10%, la economía no crecerá y la deuda no será sostenible. Aunque no cree que esto no ocurra porque “la forma que tiene un país emergente que emite su propia moneda no vinculada al dólar para solucionar el problema de sostenibilidad de su deuda es a través de la inflación. Las tasas de interés serán negativas, el ipc subirá, y la deuda no será un problema. El problema entonces será el valor real de los activos”, concluye el experto.
Pero el Honorato asegura que de aprobarse toda la agenda económica se abre un mundo de posibilidades de inversión en Brasil. De hecho, afirma que Brasil puede recuperar la calificación de grado de inversión y explica: “Cuando miro los datos macro de Brasil estamos mejor que nuestros peers. Los motivos por los que Brasil no es grado de inversión son la situación política y la deuda externa. Cuando llevemos a cabo la reforma de pensiones, las tasas nominales bajen y la dinámica de la deuda mejore, espero que el rating se revise al alza en un escalón a finales de este año y un escalón a finales del siguiente para a lo mejor volver a ser grado de inversión al final del mandato de Bolsonaro. Está al alcance de la mano.”
En esta línea el economista concluye que la economía brasileña esta lista para crecer y solo necesita confianza. Sus estimaciones, gracias a una política fiscal más estricta y una política monetaria más relajada, es de un crecimiento cercano al 2,3%, que “si bien puede parecer bajo para Brasil está por encima de nuestra media histórica”.