La política está volviendo a dominar el sentimiento del mercado en Latinoamérica. En sus perspectivas de inversión de mitad de año, Fidelity pone como ejemplo el escándalo de corrupción que salpica al presidente brasileño, Michel Temer, por el caso Lava Jato. El tribunal electoral decidió absolverle de la acusación de exigir donaciones ilegales para campañas electorales. Y aunque se ha eliminado una amenaza, todavía tiene que superar varias mociones de imputación.
“Incluso si consigue completar su mandato, su posición es débil, como lo es su capacidad para sacar adelante las reformas más necesarias, como la de las pensiones”, creen los especialistas de la gestora.
En el caso de Sudáfrica, Jacob Zuma sigue enfrentándose a las críticas vertidas desde su propio partido. Sin embargo, consiguió superar un voto de censura en un congreso de la ANC celebrado en mayo. En este sentido, Fidelity estima que existen buenas oportunidades en valores individuales
“Aunque el panorama político y macroeconómico de Sudáfrica es sombrío, el panorama empresarial es más favorable. Nos gustan las empresas con vocación internacional y un buen marco de gobierno corporativo. Afortunadamente, existen muchas empresas así en la bolsa sudafricana”, dice el análisis de la firma, que pone como ejemplo a Steinho, un fabricante y distribuidor de mobiliario que vende sus productos en Europa y Estados Unidos, además de África.
Por su parte, la economía mexicana ha dado señales de dificultades, pero en opinión de Fidelity se pueden encontrar algunos ganadores ahora que el foco de atención se ha alejado de Trump y vuelve a posarse en la política nacional.
“Asistimos a una ajustada victoria del partido en el gobierno, el PRI, en las elecciones estatales del mes pasado. El miedo a Trump se ha disipado y el presidente estadounidense parece tener cosas más importantes por las que preocuparse, al menos por ahora”, explica.
La confianza de los consumidores y el consumo se han recuperado, impulsados por los volúmenes récord de remesas enviadas por los mexicanos que trabajan en Estados Unidos y que se benefician del favorable tipo de cambio después de la depreciación del peso. A pesar del impulso al consumo, la economía sigue siendo frágil.
“Seguimos apostando por empresas que tienen costes en pesos pero pueden generar beneficios en divisas, como Grupo México”, dice Fidelity.