Aron Pataki, gestor de Newton, parte de BNY Mellon, habla de la constatación de que las políticas de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) sirven más para impulsar el crecimiento de la riqueza «virtual» que para una recuperación económica sostenible. Esta verificación podría derivar en una revisión del valor de los activos de riesgo y su recalificación a la baja.
El principal problema que ha encontrado el equipo de Real Return, de la gestora especializada Newton, es que, al parecer, hemos estado viviendo la ilusión de una máquina de dinero perpetua donde el gasto continúa creciendo financiado por deuda. Los tipos de interés ultra bajos han animado a los participantes del mercado a acumular más deuda, lo que probablemente haga insostenible el crecimiento económico generado, afirma Pataki. El dinero barato ha mermado la volatilidad de los precios y ha animado a los inversores a reducir la liquidez de las carteras. También ha empujado a los inversores hacia activos de mayor riesgo, con la esperanza de que, al asumir más riesgo, pueda ser posible conseguir una rentabilidad aún mayor.
La «carga de la deuda» es uno de los temas de inversión a través de los que Newton analiza los principales cambios que afectan a la economía mundial, según observa Pataki. Otros temas que recalcan los retos estructurales del momento presente son la «dinámica poblacional” y “la influencia china«, mientras que el cambio tecnológico aparece recogido dentro del tema «impacto de Internet«.
¿Buenas o malas noticias?
Los mercados bursátiles registraron fuertes subidas a pesar de una reducción de las ganancias y una decepción permanente en lo que respecta al crecimiento económico mundial. Síntoma de ello es que el informe estadounidense de empleo del mes de septiembre (empleo asalariado no agrario) y la revisión a la baja de las cifras anteriores de empleo apuntan a que el crecimiento económico de EE.UU. podría no ser tan sólido como en un principio creían los inversores. La reacción de los participantes del mercado fue la de interpretar esto como una buena noticia, lo que significa que se pospondrá la subida de los tipos de interés estadounidenses. El valor de muchos activos se incrementó con esta aparente buena noticia y por los nuevos estímulos indicados por el Banco Central Europeo (BCE), volviendo a fluir el capital en el mercado emergente y en las materias primas.
«En nuestra opinión, las malas noticias económicas no pueden continuar siendo permanentemente buenas noticias para los inversores en activos de crecimiento, incluso si esto trae consigo más políticas de estímulo», afirma Pataki. «Creemos que los inversores acabarán perdiendo la confianza en los gobernantes al constatar que las políticas de flexibilización cuantitativa, mayormente, impulsan el crecimiento de la riqueza que se puede definir como «virtual» y no conducen a una recuperación económica sostenible. Creemos que esto podría provocar una revisión importante del valor de los activos de riesgo y su recalificación a la baja«.
«El fracaso de la Reserva Federal de EE.UU. a la hora de normalizar la política monetaria tras siete años de tipos nulos podría ser el detonante obvio que hiciera que los inversores se cuestionen la eficacia de la QE y, por tanto, la credibilidad de los bancos centrales. Los datos empíricos sugieren que, en la práctica, la política monetaria heterodoxa tiene un efecto deflacionista, no inflacionista, como se refleja en la disminución continuada de la velocidad de circulación del dinero y del poder de fijación de precios de las empresas. En otras palabras; lo contrario de lo pretendido«, comenta Pataki. «También es importante advertir que estas políticas no están exentas de costes; las consecuencias negativas inesperadas a menudo pesan más que los beneficios a corto plazo«.
«Es difícil saber cuáles serán las consecuencias últimas de los tipos de interés bajos, pero es muy probable que su impacto se vea amplificado por un incremento en el apalancamiento y por el peligroso desajuste existente entre los activos de riesgo y los titulares de estos activos de riesgo«, afirma Pataki. «Esto causará volatilidad en lugares inesperados. Si la actividad económica continúa cayendo, los impagos probablemente vuelvan a subir. Y en un entorno desvirtuado por la política de los bancos centrales, en el que los bancos de inversión almacenan menos riesgo, la liquidez podría ser el factor clave por encima de la solvencia bancaria (como fue el caso en 2008), defiende.