La inversión relacionada con la transición energética y la temática medioambiental se ha visto afectada en los primeros meses de este año debido a reestructuraciones en los mercados, pero mantiene todo su potencial de cara a los próximos 12 a 18 meses, de acuerdo con un análisis de BNP Paribas AM, gestora que avanzó además el lanzamiento de un nuevo fondo sobre restauración de los ecosistemas.
La llegada del nuevo fondo, señaló Ramón Esteruelas, especialista senior en inversiones en renta variable global y temática, se prevé para junio. Estará especializado en la restauración de los ecosistemas, en línea con el anuncio de la ONU de que la próxima década estará marcada por la recuperación del capital natural que hemos destruido por nuestra industrialización y por el aumento de la población.
Naciones Unidas calcula que se destinarán alrededor de 22.000 millones de dólares en los próximos 10 años con este objetivo. El fondo de BNP Paribas AM pretende invertir en compañías que den respuesta a este desafío, que cuenten con buenos fundamentales pero que, además, «ofrezcan soluciones difíciles de replicar, que tengan ciertas ventajas competitivas», explicó Esteruelas en una conferencia online.
La mayor parte de las inversiones estarán dedicadas a soluciones en torno a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los edificios, que representan en la actualidad un 30% del total de emisiones.
Una situación única
Respecto de la actual situación de mercado, el experto analizó los motivos del retroceso en la rentabilidad del fondo BNP Paribas Energy Transition, caracterizado por posiciones largas y que tras haber tenido un rendimiento excepcionalmente positivo en 2020 mostraba a principios de mayo una rentabilidad negativa de casi un 8%.
La situación se debe «principalmente a la selección de valores», señaló, que se vieron afectados por el cambio de posicionamiento en algunas carteras del estilo crecimiento -directamente relacionado con las compañías tecnológicas en las que invierte el BNP Paribas Energy Transition-, hacia un estilo más valor, en industrias más maduras.
Además hay preocupación por la subida de tipos de interés a largo plazo, si bien en el equipo de la gestora creen que esta tendencia no será permanente, entre otras cosas porque con la gran cantidad de deuda que se está generando para financiar la recuperación económica hay interés en mantener los tipos contenidos.
Finalmente mencionó la reestructuración en la cartera del ETF iShares Clean Energy de BlackRock, que estaba muy concentrado y que a mediados de marzo decidió aumentar el número de posiciones, lo que hizo que muchos inversores reequilibraran sus carteras y vendieran algunas de las posiciones de mayor convicción en la estrategia de BNP Paribas AM.
La respuesta de la gestora ha sido reforzar sus posiciones en el fondo, que gestiona unos 3.000 millones de euros, ante la confianza de que los inversores volverán a entrar al ver su verdadero valor. «Seguimos confiando mucho en la temática y no hay más que noticias que apoyan el viento de cola», dijo Esteruelas, tanto desde la regulación como desde las políticas públicas.
En el fondo BNP Paribas EARTH -que es long-short y por tanto se cubre de ciertos factores de riesgo como pueden ser estilo, mercado, capitalizaciones bursátiles y otros- también ha habido una rentabilidad negativa. Esteruelas subrayó que se debe a que el mercado ha vivido una situación única en la que los inversores han castigado a las empresas de crecimiento en la temática medioambiental, pero a la vez han subido algunos índices de crecimiento que reflejan el desarrollo de este tipo de empresas, como el Nasdaq, en las que el fondo tiene posiciones cortas.
Pese a ello, comparando las rentabilidades del fondo –que gestiona unos 430 millones de dólares- con otras estrategias, su respuesta ha sido mejor. Y de cara a los próximos meses el gestor se mostró confiado en que los motivos detrás de estas reestructuraciones ya se han corregido y se espera un renovado apoyo.
En este sentido destacó la política del actual presidente estadounidense, Joe Biden, con su plan de infraestructuras y su objetivo de transformar el sistema energético, en particular con el plan de instalar una red de 500.000 estaciones de recarga de vehículos eléctricos por todo el país.
Una revolución
La transición energética implica una auténtica revolución porque por primera vez en la historia la humanidad pasa de los combustibles fósiles a combustibles renovables, indicó Esteruelas. Pero, también se enfrenta a riesgos: al encontrarnos en un momento de dificultades económicas y necesidad de crear empleo y recuperar las pérdidas de PIB, «muchos gobiernos podrían tener un enfoque cortoplacista que podría hacer que se desacelere esta transición», dijo.
Existen numerosas oportunidades en sectores como la energía solar residencial en EE.UU., el hidrógeno, la eficiencia energética y nuevos materiales, así como el almacenamiento de energía por ejemplo con nuevos tipos de batería. Pero se trata de una transformación que se prolongará durante años, por lo que el inversor debe planteársela a largo plazo y estar preparado para asimilar cierto nivel volatilidad. O también optar por cubrirse de los riesgos a través de estrategias más amplias como la del BNP Paribas EARTH, consideró, que añade a los temas de BNP Paribas Energy Transition otros de restauración de los ecosistemas (como edificios y ciudades sostenibles y protección de la tierra y el agua).
La transición energética y la temática medioambiental constituyen un cambio «incipiente pero que crece exponencialmente», sentenció, proceso que se ha visto intensificado por la pandemia y por la oportunidad que los gobiernos están utilizando para relanzar la economía con proyectos de descarbonización.