A pesar de las dificultades, 2020 no ha sido un mal año para la industria de gestión de activos. Lo explica Stephen Cohen, responsable del ETF e Inversiones Indexadas y de Wealth para EMEA de BlackRock: “A medida que los inversores han ido desechando ideas gastadas como gestión indexada vs activa, tomando mayor control sobre sus objetivos de inversión, hemos visto que más de nuestros clientes en Europa han empezado a mezclar ambos tipos de gestión en sus carteras; está previsto que los flujos hacia ETPs globales vayan a marcar su nivel más alto en tres años, al entrar 670.600 millones de dólares en el año, mientras que los flujos hacia fondos activos han alcanzado los 737.000 millones de dólares, un 4% más en términos interanuales”, dice.
El punto de vista de la firma es que, aunque 2020 no ha salido como esperaba nadie, “ha acelerado un futuro que veíamos venir desde hacía mucho”. Para BlackRock, la pandemia ha actuado como un gran acelerador de cambios a un nivel profundo en el funcionamiento de sociedades y economías que van a dar lugar a un nuevo orden de inversión, en el que han identificado tres temas clave que desarrollan en el Global Outlook para 2021 del BlackRock Investment Institute y que sintetizamos a continuación.
Tema 1: El ‘new nominal’
BlackRock prevé que la inflación repunte en los próximos cinco años, aunque estima que los efectos de esta subida a medio plazo serán distintos a los de otros repuntes de la inflación vistos en el pasado, en el sentido de que tendrá un impacto más benévolo sobre los activos de riesgo. Este escenario, que han llamado “New Nominal”, prevé un crecimiento más fuerte en el corto plazo que dé paso eventualmente a una mayor inflación, pero que no irá acompañada por la típica subida en los rendimientos de los bonos nominales.
Esta visión se fundamenta en el mensaje de los bancos centrales, que ahora parecen más dispuestos a dejar que las economías se sobrecalienten si la inflación supera su objetivo, al haber cambiado su marco de política monetaria. A esto añaden el impacto de los estímulos fiscales aplicados por los gobiernos en respuesta a la crisis de la COVID-19: si bien desde la gestora creen que ha sido un movimiento necesario, al mismo tiempo advierten de que esta acción va a poner más limitaciones al margen de maniobra de los bancos centrales para controlar la inflación.
El escenario base de BlackRock es que la inflación alcance el 2,5%- 3% anual, una estimación que consideran moderada, pero que aun así podría sorprender a los mercados, después de una década en la que el coste de la vida se ha mantenido muy bajo.
En este contexto, desde la firma creen que la deuda soberana de países desarrollados ya no aportan tanta diversificación en las carteras; en cambio, favorecen la inclusión de bonos ligados a la inflación en la parte de renta fija, al tiempo que recomiendan adoptar una posición tácticamente más favorable al riesgo, incrementando la asignación a renta variable (particularmente acciones estadounidenses y sectores cíclicos de manera selectiva) y apostando por la deuda high yield como fuente de generación de rentas.
Tema 2: Redefinición de la globalización
El segundo gran tema para 2021 es la rivalidad estratégica entre EE.UU. y China, particularmente en el sector tecnológico. “Es probable que veamos un incremento del énfasis que van a poner ambos países en la búsqueda de la autosuficiencia en sectores críticos para el futuro”, advierten desde BlackRock. La firma recomienda a los inversores conseguir exposición a ambas regiones, y anticipan: “Puede que veamos un cambio en el enfoque que da EE.UU. a su relación con China, centrándose más en el clima y los derechos humanos y menos en el déficit comercial bilateral”.
Sin embargo, los expertos llaman a fijarse especialmente en las maniobras de China. Por un lado, anticipan que impulse industrias clave en las que tradicionalmente ha ido con retraso respecto a EE.UU., como los semiconductores; también anticipan que se recupere la tasa de crecimiento del país a niveles pre-virus. Por otro lado, destacan que China está abriendo su mercado de capitales a inversores globales, y dado el incremento de la cuota que tiene el país del crecimiento mundial, anticipan que aquellos activos que estén expuestos al crecimiento chino se conviertan en posiciones estratégicas core para las carteras, diferenciadas de las asignaciones a mercados emergentes. Esta asignación ayudará a los inversores a mejorar su diversificación y perfil de retornos, en opinión de BlackRock.
De acuerdo con este escenario, desde la gestora favorecen la diversificación por países y superior al peso de China en el índice, y tácticamente les gustan los mercados emergentes, especialmente en Asia.
Tema 3: Aceleración de las transformaciones
La pandemia ha ayudado a centrar la atención sobre factores relacionados con la sostenibilidad que habían sido subestimados y sobre la resiliencia de la cadena de suministro. Por ejemplo, la UE ha decidido poner en el centro de sus esfuerzos para la reconstrucción post COVID la inversión en digitalización e infraestructuras verdes, para impulsar la transición a una economía con baja huella de carbono.
Al mismo tiempo, la pandemia ha exacerbado las desigualdades entre países debido a la distinta calidad de las infraestructuras de salud pública – particularmente en países emergentes- y el acceso a la sanidad. También ha impulsado la dominancia del comercio electrónico, en detrimento de los comercios minoristas. En resumen, explican desde BlackRock, “la pandemia ha acelerado las dinámicas del ‘ganador se lo lleva todo’, lo que ha llevado a un puñado de gigantes tecnológicos a dominar la rentabilidad del índice de mercado en los últimos años”. A pesar de que las valoraciones han seguido al alza durante 2020, desde la firma siguen pensando que la exposición a tecnología tiene implicaciones estructurales para el largo plazo, y que la manera de ganar exposición a las mismas es a través del factor calidad, acciones estadounidenses y acciones de Asia sin Japón.
La aceleración de tendencias también lleva a la firma a reafirmarse en su preferencia estratégica por activos sostenibles, como bloques estructurales que deben estar presentes en cartera: “Vemos flujos persistentes hacia activos sostenibles en la larga transición hacia un mundo menos intensivo en carbono”.
Finalmente, la aceleración de los cambios estructurales está replanteando la manera de diversificar carteras, hasta el punto de que desde la firma consideran que “la diversificación por sí misma no va a ser suficiente: va a ser crucial realizar un análisis granular a nivel país, sector y acción”.