El año comenzaba con unas expectativas que han ido evolucionando hasta darse la vuelta por completo. Los inversores estaban entusiasmados con la renta variable americana, a la espera de que Trump pusiera en marcha algunas de sus promesas electorales, como la reforma fiscal y la inversión en infraestructuras, mientras que miraban a Europa con recelo ante la inestabilidad política y las citas electorales. “En estos primeros meses del año ha pasado lo opuesto”, señala Wei Li, responsable de Estrategias de Inversión de iShares (BlackRock) para la región EMEA.
De hecho, el apetito por la bolsa europea frente a la americana se ha notado en los flujos. En este contexto, la preferencia a la hora de invertir de la firma pasa por la renta variable, con los mercados europeos y japonés como favoritos, y también los mercados emergentes. “Nuestra expectativa de mayores rendimientos subraya nuestra preferencia general por las acciones sobre los bonos. Históricamente, las acciones han tenido un mejor desempeño en entornos de reflación porque, según nuestra opinión, están orientadas al crecimiento global y ofrecen beneficio manteniendo la diversificación”, apunta.
En la firma creen que los rendimientos mundiales aumentarán más, pero encontrarán ciertos frenos, como por ejemplo el efecto de las políticas monetarias. “Por eso creemos que los inversores necesitan ir más allá de las exposiciones tradicionales en renta variable y en bonos para diversificar carteras en este entorno, e incluir asignaciones basadas en factores y activos alternativos”, añade Li.
Además, la experta considera que el comercio es clave en este entorno y que hay mucho margen de maniobra para invertir en activos vinculados con ello. Li defiende que la mejor opción es utilizar la diversificación como estrategia, así como centrarse en los fundamentales de las empresas, “en particular en aquellas regiones que pueden beneficiarse más del comercio, como son Japón, Europa y los países emergentes”, añade. También ve lógica una vuelta a las estrategias value ante la previsible subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales: “Esperamos que comience a haber más value y que pese más en las estrategias el factor momentum”, afirma.
Reflación global
Desde la firma apuntan que estamos en un punto de inflexión dentro del crecimiento económico global, sobre el que Li matiza que “es un ciclo extraordinariamente largo y lento”. Es decir, no hay una aceleración rápida de la recuperación económica, sino que es algo constante, y que se ve, según indica Li, en el comportamiento, por ejemplo, tan paralelo que han llevado divisas como el dólar y el euro.
En general, dos han sido las principales tendencias en estos primeros meses, cuyas consecuencias aún se pueden ver. Por un lado, la “extraordinaria baja volatilidad”, afirma, en parte por el papel que han estado desempeñando los bancos centrales; y, por otro, la reflación. “La reflación va a ser global. Vemos signos que así nos lo indican como un repunte en las expectativas de inflación y una mejora de los indicadores de actividad económica y de las estimaciones empresariales”, señala. Y es que la inflación que menciona Li es otra de las dinámicas que ya es una realidad y que continuará durante los próximos meses. Según explica, “este repunte vendrá sobre todo por la energía y se reflejará en los costes, por ejemplo, del transporte”.
Primer trimestre
Según la visión de BlackRock del pasado primer trimestre del año, se ha producido un fuerte movimiento de flujos de inversión que han pasado de la renta variable americana a la europea. “El motivo ha sido la desilusión ante las políticas de Trump, que tiene dificultades para pasar el trámite del Congreso, y los buenos resultados empresariales en Europa, donde continúa la recuperación de forma lenta pero constante”, explica Li.
Para Li, después de las elecciones francesas y la victoria de Macron, el sentimiento sobre Europa cambió radicalmente, lo que ha sido fundamental para la inversión en el Viejo Continente. “Ya no se ve tanto peligro en la política europea y se interpreta que los populismos pierden fuerza. Este optimismo se refuerza con los indicadores macro de los países, que muestran cómo la recuperación es general y no es uno o dos países los que tiran de ella en solitario”, argumenta.
Otro de los aspectos relevantes de estos tres primeros meses ha sido el comportamiento positivo de los mercados emergentes. “Vemos que, en general, se han estabilizado y están creando oportunidades de inversión. Incluida China, donde han sido muy efectivos los estímulos fiscales anunciados el año pasado”, resume Li.