Mezcla de sentimientos en la presentación de las perspectivas para 2021 entre los grandes bancos. El último en mostrar cuál es su previsión para el próximo año ha sido Bank of America, cuyos expertos consideran que “la incertidumbre va a dominar el panorama económico a corto plazo, pero se espera que la distribución de las vacunas impulse el crecimiento a nivel global”.
Según explican Ethan S. Harris y Aditya Bhave, economistas globales de Bank of America, “después de un año de grandes sorpresas, aún no estamos fuera de peligro. Con el aumento de los casos de COVID-19 y una política fiscal incierta, el panorama a corto plazo es débil e incierto. Sin embargo, una vez que pasemos por esa garganta, esperamos que el despliegue de múltiples vacunas impulse el crecimiento mundial, en particular en las economías de mercado desarrolladas con los mayores problemas de contención del coronavirus, pero con el mejor acceso a las vacunas”.
Entre las conclusiones de su último informe, prevé que el PIB de EE.UU. crezca un 4,5% en 2021, ya que la recuperación ha sido rápida a medida que muchos negocios se han adaptado al mundo virtual. En la Eurozona, espera que el crecimiento alcance el 3,9% y el 2,7% para 2021 y 2022, respectivamente. Y para América Latina espera que la recuperación de su PIB llegue hasta el 3,8% el próximo año, después de un descenso del 7,4% en 2020. En este sentido matiza que es probable que los déficits fiscales de América Latina mejoren en 2021, pero “muchos países aún estarán lejos de estabilizar sus coeficientes de endeudamiento y tendrán que desarrollar estrategias de recuperación creíbles”.
A corto plazo, Bank of America considera que los riesgos más importantes son la incertidumbre política que aún está sobre EE.UU., el control de la curva de la pandemia, lo incierto de las políticas fiscales y el estancamiento político de ciertas medidas y estímulos. “La velocidad a la que despliegue la vacuna será crítica. Lo importante no es sólo la oferta de vacunas que haya sino también la demanda, es decir, el grado en que el escepticismo sobre la vacuna frenará el progreso hacia la inmunidad de manada. Si los retrasos en el despliegue de las vacunas en los mercados emergentes son aún mayores de lo previsto, los inversores deberían buscar en los mercados desarrollados un rendimiento superior el próximo año”, señala el informe.
Catalizadores del crecimiento
De este informe también es relevante que la entidad identifica cuatro tendencias que estarán presentes en todas las economías del mundo y que serán determinantes para el impulsar el crecimiento: la evolución de la pandemia, la disponibilidad de vacunas, la política fiscal y la “guerra comercial”.
Sobre la evolución de la pandemia, los expertos de Bank of America apuntan que las perspectivas son bastantes estables para la mayoría de los países que han “hecho un buen trabajo” de contención del virus a través de pruebas eficaces, rastreos y cuarentenas. “Al cierre de esta edición, la mayoría de las economías desarrolladas se enfrentan a un aumento de los casos de COVID-19”, advierte y apunta que “el recuento de casos diarios está disminuyendo en Europa, mientras que el crecimiento se está desacelerando en los Estados Unidos y América Latina. Japón y Corea también han visto un aumento de las infecciones, aunque los casos per cápita siguen siendo órdenes de magnitud por debajo de los niveles observados en Occidente”.
Por ello, la disponibilidad de una vacuna eficiente será, junto al frenazo de la expansión de la pandemia, el gran catalizador del crecimiento mundial el próximo año. “Una parte clave de nuestra previsión es que esperamos cierto nacionalismo de la vacuna, ya que los países que fabrican vacunas primero inmunizan a gran parte de sus propias poblaciones antes de exportarlas al resto del mundo. Por lo tanto, es probable que los EE.UU. obtengan la mayoría o todas las dosis iniciales de la vacuna Moderna. Y en general, las economías desarrolladas tenderán a obtener la vacuna más rápido que las economías en vías de desarrollo. Entre las economías emergentes, China será probablemente la primera en obtener inmunidad de grupo, ya que está desarrollando varias de sus propias vacunas”, explican.
En tercer lugar, la entidad apuesta por una importante política fiscal en las principales regiones del mundo y en particular en Estados Unidos. “Esperamos otra ronda de estímulo fiscal para el año nuevo. Para los EE.UU., se prevé unos 750.000 millones de dólares fiscales justo después de la inauguración presidencial del 20 de enero” apunta. Y advierte que la Eurozona no conseguirá recuperarse de la crisis por la pandemia en los próximos dos años, ante una política fiscal insuficiente que deja a la región en un escenario muy frágil.
El último factor es la guerra comercial entre Estados Unidos y China que, tras el relevo en la Casa Blanca, espera que sea “más pequeña y más organizada”. La entidad espera que con Biden como presidente haya un “trabajo con los aliados” de EE.UU para presentar un frente unido en el ámbito comercial internacional. “Eso incluiría un continuo retroceso contra las violaciones chinas de los derechos de propiedad intelectual, las preocupaciones de seguridad nacional y las cuestiones de derechos humanos. Esperamos que reduzca las tensiones entre Europa, Canadá, México y los aliados de Asia, y que al mismo tiempo trate de reformar las organizaciones internacionales en lugar de dejarlas de lado. Esto significa un clima mucho menos incierto para las empresas multinacionales”, apuntan.
Inflación, deflación
Por último, Bank of America aporta su visión sobre el debate de la inflación: “La inflación se negó a crecer antes de la pandemia, a pesar de la larga recuperación económica y el aparente pleno empleo en gran parte del mundo. En nuestra opinión, se debió principalmente al hecho de que muchos años de baja inflación habían reducido las expectativas de inflación incluso cuando los mercados laborales finalmente comenzaron a endurecerse. El efecto fue tanto aplanar como bajar la curva de Phillips. La crisis del COVID-19 ha abierto un agujero en la inflación, y cualquier presión inflacionaria que haya existido en la economía global se ha filtrado. Harán falta algunos años para que la mayoría de los bancos centrales alcancen sus objetivos”.