Pese a que los datos económicos de Estados Unidos confirman la fortaleza de la recuperación y el repunte de la inflación interna, persisten las divergencias entre los bancos centrales del mundo.
Casi todas la gestoras anticipan otras dos subidas de 25 puntos básicos en 2017 por parte de la Reserva Federal, aunque en general las previsiones aún no integran el posible impacto de la política fiscal de Trump, por lo que la Fed podría reaccionar ante cualquier cambio significativo si fuera necesario.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón (BoJ) continúan ampliando sus balances. El BCE prevé mantener su programa de compra de activos al menos hasta finales de 2017. Tras la rueda de prensa de ayer de Mario Draghi, Giordano Lombardo es CIO del Grupo Pioneer Investments, espera algo de tapering, es decir, reducción progresiva de las compras de activos, a partir de enero de 2018 y, quizás, un leve incremento del tipo de interés de la facilidad de depósito, actualmente negativo, a finales de ese año o en 2019, siempre y cuando las variables económicas y políticas continúen evolucionando adecuadamente.
Para el CIO de Pioneer, es probable que el siguiente paso del BCE consista en modificar sus comunicaciones para transmitir una actitud algo menos acomodaticia. Un resultado electoral propicio en Francia podría actuar como catalizador de este cambio, que los mercados descuentan para junio.
En el Reino Unido, la inflación del índice de precios al consumo (IPC) ha superado el objetivo, principalmente como consecuencia de la depreciación de la libra, recuerda la gestora.
“Aunque no podemos descartar una subida de tipos, creemos que el Banco de Inglaterra esperará a ver cómo evolucionan las dinámicas salariales y la inflación por el lado del consumo en los próximos meses”, explica Lombardo.
Por su parte, el Banco de Japón no parece tener problema en continuar con su actual programa de expansión cuantitativa y cualitativa, con el que ahora también se propone mantener los tipos de interés de los bonos del gobierno japonés (JGB) a diez años en niveles cercanos al 0%.
Estrategia de inversión
En este contexto monetario internacional, Pioneer Investments cree que la acentuación de la curva de inflación estadounidense, que ahora mismo es prácticamente plana, sería más coherente con el enfoque gradual de la política de la Fed.
“Si los datos de inflación se estabilizan o repuntan, es razonable esperar que la curva de swaps sobre inflación empiece a incorporar algo de prima de riesgo, más elevada en el tramo largo”, explica el CIO de la firma.
“Pero si, por el contrario, el IPC se desacelera (por ejemplo, a consecuencia de los efectos de base negativos provocados por la caída de los precios del petróleo), creemos que el tramo corto de la curva de inflación caería, lo que también incrementaría su inclinación”, añade.
En sus estrategias, Pioneer se decanta además por losbonos europeos y japoneses ligados a la inflación, dado el respaldo que ofrecen las políticas monetarias del BCE y del BoJ.
“No pensamos que la positivación de la curva de tipos nominales estadounidenses siga resultando particularmente atractiva, puesto que parece que la implementación de la política fiscal será más lenta de lo que se pensaba inicialmente, lo que ejercerá menos presión sobre el tramo largo. Consideramos que el shatz alemán a dos años está extremadamente caro: la mejora continua de las condiciones económicas, junto con unos tipos de interés negativos, hacen que este segmento de mercado resulte poco atractivo”, concluye”.