Tras alcanzar el capital inicial impuesto en el lanzamiento de su último fondo, Azvalor Managers, la gestora española ha decidido bajar el mínimo de inversión a 5.000 euros, frente a los 40.000 euros anteriores y a 500 euros para los menores de 23 años. Además, al igual que con la cartera ibérica y la de blue chips, la gestora replicará tanto Azvalor Managers como Azvalor ULTRA en Luxemburgo para captar a los inversores institucionales.
Así lo anunció el equipo de la firma durante la 4ª Conferencia con inversores, celebrada ayer en Madrid. Como novedad, Michael Alsalem, responsable de la oficina en Londres, formará a partir de ahora parte del comité de inversiones.
La apuesta por las materias primas
Las materias primas siguen siendo la gran apuesta de Azvalor para los próximos años en su cartera internacional, a la que otorgan un potencial del 114%. De hecho, en opinión de Álvaro Guzmán de Lázaro, CEO y codirector de inversiones de Azvalor, «con la incertidumbre actual, lo que más protege el patrimonio del inversor son las materias primas».
Para argumentarlo, Guzmán de Lázaro ha explicado que la rentabilidad que esperan para esta clase de activo, que es el corazón de su cartera internacional, se situará en el 7% anual durante los próximos diez años. «Las materias primas están en un punto bajo respecto a la bolsa y nuestra cartera estaría tres veces más barata que la bolsa», afirma.
Eso sí, admiten que no se trata de la cartera ideal sino de una cartera muy concentrada en un sector determinado, lo que podría tener consecuencias en el caso de un escenario de recesión en la economía. «Hay incertidumbre y siempre las ha habido, pero nuestras carteras ya están descontando que las cosas no van a ir bien, tienen mucho pesimismo incorporado. Aun así, añadimos más filtros», añade Fernando Bernad, socio fundador de la gestora.
En concreto, las mineras de oro, que pesan un 17% de la cartera, constituyen un sector muy castigado que ha caído un 17% desde sus máximos de 2011. «Es un sector que ahora mismo no quiere nadie e incluso los grandes fondos de inversión lo consideran no invertible. Esto ha provocado un importante proceso de ajuste, cierre de minas y ajuste de plantillas».
El oro, históricamente, ha experimentado tres episodios de infravaloración y actualmente, según ha explicado Bernard, nos encontraríamos en el cuarto. «Tenemos un deseo unánime de generar inflación para salir de la trampa de liquidez que nos hemos montado y el oro en este contexto es una opción de inversión muy interesante», añade. Azvalor invierte en oro a través de la minera Buenaventura que «solo con su participación en la mina de Río Verde justifica su valor bursátil».
Otra de las materias primas con mayor peso en la cartera internacional de Azvalor, un 17%, es el petróleo. Según Bernard, «hay un pesimismo instalado sobre el petróleo que es exagerado». El cobre, «sinónimo de crecimiento económico, urbanización y electrificación», representa el 12%. «El cobre lleva creciendo a un ritmo del 4% en los últimos 200 años y China va a seguir consumiendo mucho cobre en los próximos. Sin embargo, lo más importante son los miles de personas que potencialmente van a demandar más como India», añaden.
La cartera de materias primas se completa con el uranio, que representa el 10% de la cartera y el carbón, que representa un 9%. En este último activo, su principal inversión es Consol Energy, «la mejor minera de EE.UU., cuya producción ha crecido, pese a que a nivel mundial está cayendo al mismo ritmo o más que la demanda.
Durante la conferencia con inversores, Azvalor ha destacado que su objetivo es batir al mercado, algo que solo consiguen el 6% de los gestores. «La mayoría de los gestores no bate al mercado porque no se juega nada, nosotros nos jugamos la piel con ustedes», ha dicho Guzmán de Lázaro a sus inversores. “Un 80% de las carteras actuales lo componen compañías que, siendo buenas, han caído una media del 50% desde sus valores máximos de cotización, una circunstancia que nos permite ver con optimismo su previsible comportamiento en el futuro”, ha añadido Bernard.