Alexandre Silveiro, socio y CIO de AZ Quest Investimentos, filial brasileña del Grupo Azimut, estará visitando a principios de esta semana a los principales fondos de pensiones, family offices y algunas de las Administradoras Generales de Fondos en Chile. En la opinión de Silveiro, estos inversores institucionales, con horizontes de inversión en el largo plazo, están en las mejores condiciones para anticipar algunos de los repuntes del mercado de renta variable brasileña antes de que las condiciones macroeconómicas mejoren.
La propuesta de Alexandre es un fondo de renta variable brasileña con formato UCITS que se está lanzando bajo la marca Azimut en Luxemburgo. La estrategia se basa en el fondo de pequeña y mediana capitalización de AZ Quest, pero con la posibilidad de agregar algunas empresas de gran capitalización si hay valor. El fondo tiene por objetivo superar el rendimiento de su índice de referencia, el MSCI Brazil 10/40, con una filosofía de preservación del capital, orientada a la gestión del riesgo y la búsqueda de asimetrías. La cartera se compone normalmente de entre 20 y 25 títulos, y se centra en el análisis fundamental, tanto a nivel macroeconómico como a nivel corporativo.
“Creemos que para invertir con éxito en una economía que ha cambiado tanto como la brasileña, es necesario combinar un fuerte análisis bottom-up, para seleccionar las empresas correctas, con un sólido análisis top-down, para identificar los principales temas globales de inversión y predecir adecuadamente cómo estas tendencias afectaran a los diferentes sectores”, comenta Silveiro. “Las ideas de inversión se originan en el nivel de análisis corporativo, a través del análisis de campo de las compañías, análisis de sectores y utilización de diferentes modelos de valuación. El escenario macroeconómico sirve como telón de fondo, añadiendo valor al proceso”.
Visión macroeconómica de Brasil
Brasil vuelve a ponerse manos a la obra, después de finalizar el proceso de destitución de la anterior presidenta Dilma Rousseff. Un proceso que duró cerca de nueve meses y que a principio de año parecía imposible que fuera llevarse a cabo.
Para Alexandre, desde el año 2009, Brasil ha realizado una serie de grandes errores en política económica. “Una serie increíble de decisiones erróneas fueron desestabilizando el funcionamiento de varios sectores de la economía, haciendo ineficiente el sistema de control del objetivo de inflación e incrementando la deuda del país. Este proceso llegó a su cumbre con la pérdida del grado de inversión y el comienzo de una gran recesión. Además, desde 2009, el rendimiento del mercado de acciones, medido en dólares, ha sido de lejos el peor dentro del grupo de mercados emergentes. Esto fue causado por las continuas revisiones a la baja del crecimiento del PIB que llevó a ajustes negativos en los beneficios netos de las empresas cotizadas”
Hasta marzo de este año, el escenario base para los inversores permanecía sin cambio: un deterioro de los fundamentales con la amenaza extrema de llegar a una crisis similar a la de Venezuela. El proceso de destitución, que comenzó el pasado diciembre, junto con la calidad de nuevo equipo económico sirvieron para crear confianza y que los inversores comenzaran a pensar que lo peor ya había pasado.
“La recuperación de los mercados financieros que se ha visto hasta agosto de 2016 (el índice Ibovespa con un alza del 33% en términos reales y un 62% en términos de dólares y el real brasileño apreciándose un 16% frente al euro y un 18% frente al dólar), refleja la desestimación gradual del peor escenario catastrofista. Ahora, es natural esperar una reducción de la volatilidad en el mercado de capitales, seguido de un estrechamiento en las diferencias existentes entre los diferentes escenarios para el país”.
Para Alexandre, la recuperación económica puede dividirse en dos fases, la primera, que acaba de completarse con una sacudida en el escenario político, y una segunda, que será concluida una vez el Congreso apruebe las medidas de reforma. “En nuestra opinión, los mercados han incorporado solamente la primera fase de la reforma, por lo que podría haber potencial para la apreciación en la moneda y en el mercado de renta variable”.
Por primera vez en cinco años, existe una reversión en la tendencia de las revisiones de los estimados de los beneficios netos y del crecimiento del PIB, pasando a ser repuntes al alza donde solo había recortes. Sin embargo, el consenso de los próximos años incorpora unas expectativas contenidas de crecimiento. La encuesta periódica de crecimiento del Banco Central continúa mostrando al país en una modesta senda expansionista, con la predicción del PIB real situada cerca del 2% para 2018 y 2019. Esta puede ser modificada si el plan del gobierno, cuya agenda política se centra en la aprobación de las reformas del sistema de seguridad social, mejora de las cuentas públicas y una mayor flexibilidad de las leyes laborales son implementadas con éxito.
El nuevo presidente Michel Temer y su gobierno ha presentado al Congreso la aprobación de un cambio en la Constitución que puede introducir límites en el incremento del gasto público ligado a la inflación del año anterior y un borrador de ley sobre la flexibilidad de las empresas privadas para contratar a la totalidad de sus trabajadores como externos. También han anunciado una reforma del sistema de seguridad social para fijar la edad mínima de retiro en los 65 años para hombres y mujeres, la privatización de aeropuertos, concesiones de bienes públicos, de la extracción de petróleo y de empresas públicas, todo ello, representaría unos 50.000 millones de reales para el año 2017.
“La inflación anual, que se situaba cerca del 10,7% en 2015, se desaceleró significativamente en 2016, y debería finalizar el año cerca del 7,3%. El estimado para 2017 es que se sitúe por debajo del 5,2%. Aunque el banco central ha mantenido la referencia de la tasa Selic por debajo del 14,25%, sin cambios desde hace un año, los comunicados con carácter “dovish” que ha realizado en sus recientes reuniones nos hace considerar que es probable que haya comenzado un ciclo de reducción de tipos de interés, comenzando en octubre y noviembre”.
Por último, Alexandre recuerda que incluso aunque el PIB haya registrado una nueva contracción en el segundo semestre del año, con un -0,6%, siendo la sexta contracción consecutiva, las últimas noticias económicas muestran algunos signos de recuperación, tales como los bienes de capital y las inversiones (un 0,4% trimestral, la primera señal de crecimiento desde 2013). También incluye una mejora en la producción industrial, las exportaciones y las actividades en real estate. “Obviamente, las señales de recuperación siguen siendo débiles, pero parece que lo peor ya ha pasado”.