Las reformas en la India no van a suceder de la noche a la mañana. De hecho, son un proceso más que un evento puntual. Abbas Owainati, economista de productos multiactivos de Old Mutual Global Investors, explica por qué es razonable mantener cierto grado de cautela respecto a los altos precios que tienen los activos de la India actualmente.
Si hablamos de la visión de consenso de la mayoría de los inversores sobre los mercados emergentes solemos oír cosas como: “China corre el riesgo de un aterrizaje forzoso, la economía de Rusia sigue en recesión debido a las sanciones, Brasil está atascada en la estanflación mientras India es claramente el ganador».
La India tiene un par de cosas a su favor después de todo, al menos un líder modernizador como es el primer ministro Narendra Modi y se beneficia de los precios de las materias primas, dada su enorme posición como importador neto de petróleo. Owainati cree que esta confianza se ha reflejado en el rally de su mercado de renta variable.
“Se está poniendo mucha atención en la mejora del déficit presupuestario y del balance por cuenta corriente. Esto se debe a una combinación de menores precios del petróleo y la puesta en marcha de un arancel sobre el oro que ha ayudado a sanar el déficit por cuenta corriente, mientras que la eliminación de los subsidios al diesel ha mejorado el déficit presupuestario del gobierno”, explica.
Modi ha sido afortunado, cree el economista del Old Mutual, porque esta medida ha coincidido con una espectacular caída de los precios del petróleo. De otra manera, hubiera sido mucho más difícil de implementar. Si los precios de las materias primas se normalizan ahora, el bolsillo del consumidor indio podría sufrir, lo que dificultaría las ambiciosas perspectivas de crecimiento del país.
“A pesar de la arrolladora victoria de Modi el año pasado, aún carece de mayoría en la cámara alta, lo que impide la aprobación de las leyes clave. Esto ha supuesto que las reformas se hayan retrasado”, recuerda Owainati. El gobierno ha intentado superar este bloqueo mediante decretos ejecutivos. Sin embargo, con una vida útil de seis meses, los inversores empiezan a preguntarse si estos cambios son permanentemente alcanzables. Además, parece que Modi podría haber perdido algo de popularidad. En las recientes elecciones de Delhi un partido anti-corrupción ganó la friolera de 67 de 70 escaños de la asamblea, lo que marca el fin de la luna de miel del BJP, el partido de Modi.
Para el experto de la firma, la burocracia sigue siendo uno de los temas clave en India. Hay unos 300.000 millones de dólares en proyectos estancados, mientras que las rigurosas leyes laborales obstaculizan negocios. Las empresas con más de 100 trabajadores necesitan permiso del gobierno para crecer o reducir personal, por lo que muchas optan por seguir siendo pequeñas. Las grandes compañías contratan a trabajadores temporales para evitar esto también. “No es ninguna sorpresa que la India ocupe el puesto 142 en el mundo en «facilidad para hacer negocios», según el Banco Mundial. ¡Esta entre Uzbekistán y los territorios palestinos!”, dice Owainati.
Señales de debilidad
En este punto, el economista de productos multiactivos de Old Mutual Global Investors explica que la oficina estadística de la India corre el riesgo de que los inversores comiencen a considerarla como a China, a la que en los últimos tiempo perciben como una «fijadora de datos». A finales de enero se publicó que la economía India creció más rápido que China. Una nueva metodología y un cambio en el año base de la sierra arrojó que la economía creció un 7,5% interanual en el cuarto trimestre de 2014, una desaceleración con respecto al 8,2% del trimestre anterior. Para poner las cosas en perspectiva, la anterior serie de datos revelaba un crecimiento interanual del 5,3%. Esto pone de manifiesto en parte lo difícil que es para calcular el PIB con exactitud, pero el período coincidió también con empresas que tratan de mejora sus ingresos y sus inversiones, bancos asistiendo a un repunte de la morosidad, una ralentización del crecimiento del crédito y los exportadores reportando crecimientos negativos. “Todos son señales de que la economía se está debilitando, no fortaleciendo”, estima.
La demografía de la India si parece tener un futuro brillante. Aproximadamente la mitad de su población de 1.250 millones de personas es menor de 25 años. Sin embargo, “casi el 70% de su población en edad de trabajar no tiene educación más allá de la escuela primaria. El nuevo presupuesto ofrece alguna esperanza. El gobierno planea aumentar el gasto en un 25%, orientado sobre todo a inversiones en infraestructuras y el desarrollo de vías férreas. El presupuesto también prevé un mayor aumento en el gasto de salud, educación y seguridad social”, explica Owainati.
Por el contrario, vemos que con el aumento de los precios de las materias primas y de los salarios, India podría tener menos poder de maniobra fiscal de cara al futuro, lo que significa que las recientes mejoras de déficit podría ser un espejismo. En un reciente almuerzo con un ex subdirector del Banco de la Reserva de la India quedó claro que la evolución de las reformas del gobierno será gradual en lugar de una gran explosión.
“Hemos aprendido denuestros amigos europeos que los políticos no corren hacia sus objetivos de reformas si no que caminan. Por eso tal vez sea apropiado adoptar una aproximación cautelosa en lugar de emoción desmedida hacia los precios de los activos de la India, especialmente teniendo en cuenta las valoraciones a las que cotizan”, concluye.