Tras el derrumbe registrado en la economía durante 2018 se avizoran mejores perspectivas para el corriente año, indica el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano en su último informe. Sin embargo, advierte que es probable que la recuperación permanezca limitada al agro y el turismo, y no se extienda al conjunto de la economía.
“La cosecha será superior a la del año pasado, castigada por la sequía. Según los pronósticos de la Bolsa de Comercio de Rosario, la soja excedería en 17 millones de toneladas a la campaña anterior, con un 50% de aumento en el volúmen. En el caso del maíz se espera un incremento de 6 millones de toneladas. Ello implica una mayor demanda de maquinaria agrícola, fertilizantes y otros insumos para la campaña 2019/2020. También significa un mayor volumen de exportaciones”, explica Víctor Beker, director del CENE.
“El tipo de cambio revirtió también la balanza de turismo, a favor del receptivo y en detrimento del emisivo. Ya en noviembre y diciembre de 2018, el saldo pasó a ser positivo, mientras que hasta entonces venía siendo crónicamente negativo. Ello impactará positivamente sobre actividades ligadas como la hotelería y la gastronomía”, continúa el economista.
“La normalización de la economía brasileña, en tanto, debería repercutir en un alza en las exportaciones con tal destino, particularmente las de la industria automotriz. En cambio, no se avizoran mejoras para el resto de la industria manufacturera y de la construcción”, señala el director del CENE.
Cabe destacar que la comparación se beneficiará de la aguda caída del año pasado. De hecho, el Estimador Mensual de Actividad Económica del INDEC retrocedió un 2,6%, en comparación con 2017. El derrumbe estuvo liderado por la producción de motos, equipos de informática, televisión, comunicaciones y componentes electrónicos, aparatos de uso doméstico, asfaltos, muebles y colchones, productos textiles y vehículos, junto con la construcción. “El uso de la capacidad instalada bajó 13% entre diciembre de 2018 e igual mes del año anterior”, puntualiza Beker.
Pérdida de poder adquisitivo
Por otro lado, el índice de salarios totales -que abarca el empleo registrado y el no registrado- creció un 28% entre noviembre de 2018 e igual mes de 2017, bastante por debajo del índice de precios al consumidor a nivel nacional, que registró un incremento de 47,6%, comparando diciembre de 2018 con igual mes de 2017.
“Los mayores aumentos se registraron en el transporte, con 66,8%, y las comunicaciones, con 55,3%, poniendo en evidencia el rol de los aumentos tarifarios. Por su parte, el índice de precios al por mayor arrojó un alza del 73,5%, liderada por el 104,8% de los productos importados, reflejando el impacto de la devaluación del peso producto del salto de 105% en la cotización del dólar”, completa el titular del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la UB.