Ya se ha iniciado la transición política en Argentina, con la primera reunión, este lunes, entre el vencedor de las elecciones del domingo, el peronista Alberto Fernández, y el presidente Mauricio Macri. El Banco Central instauró nuevos controles cambiarios para evitar turbulencias como las ocurridas despues de la primarias.
Pero “el cepo” (como lo llaman los argentinos) fue más duro de lo esperado: el límite oficial mensual para adquirir dólares pasó de 10.000 a 200 dólares para las operaciones en las cuentas bancarias, y a 100 dólares si se trata de efectivo.
Por otro lado, los Fondos Comunes de Inversión volvieron a sufrir importantes rescates el pasado viernes, último día hábil antes los comicios. Según informa Julián Yosovitch para el Cronista, el patrimonio de los fondos en pesos cayó, tanto solo el viernes, en 25.000 millones de pesos. Según los analistas de Puente, al cierre del viernes el tipo de cambio mayorista cerró en 60 pesos por dólar y el tipo de cambio implícito por operaciones de compraventa de títulos soberanos denominados en dólares cerró en 80,62, con lo cual la brecha quedó el viernes en 34,4%; el nivel máximo posterior a las PASO (elecciones internas).
En opinión de Axel Christensen, estratega de inversiones para América Latina de BlackRock, “dado que los precios actuales de los activos reflejan una perspectiva sombría, los inversores podrían encontrar oportunidades rentables si la nueva administración se muestra más pragmática”.
“Como los resultados fueron más ajustados de lo esperado, lo que también se reflejó en la composición del Congreso, los precios de los activos podrían reaccionar a una moderación de las políticas de Fernández, ya que el presidente tendrá que negociar con la oposición para cualquier negociación legislativa importante «, añade Christensen.
Por su lado, Lucas Gardiner, director de Portfolio Personal Inversiones (PPI), la presencia de un Congreso dividido y con peso para Cambiemos es un punto favorable para el mercado.
“Lógicamente, y con ya un presidente electo, se comienzan a acelerar los tiempos respecto a la necesidad de definiciones de política concreta. La campaña, era la campaña. Ahora en los próximo poco más de 40 días, y en la denominada transición, se le comenzará a exigir a Fernández el equipo que lo acompañará y las políticas económicas, financieras y monetarias que implementará. En las primeras definiciones que aparecen, no parece haber mucha sorpresa, y se apunta a un equipo para la transición en cabeza de Cecilia Todesca, Matías Kulfas, Guillermo Nielsen, José Ignacio De Mendiguren y Mercedes Marcó del Pont. Igual no se habla de cargos finales aún. Cafiero (Santiago), en tanto, tendría sí asegurada la jefatura de Gabinete”, señala Gardiner.
En relación con la enorme deuda de Argentina, todas las fuentes coinciden en que el país va hacia una reestructuración.
Steven Backes, gestor de Capital Group, destacó que como analista de inversiones con una visión a largo plazo no es pesimista.: “Creo que actualmente Argentina tiene un problema de liquidez, más que un problema de solvencia; por lo tanto, debería poder cumplir con sus obligaciones para con los titulares de bonos modificando el perfil de vencimiento de alguna deuda local”.
“Argentina puso en marcha un plan restructuración de su deuda acompañado de controles del capital, lo que ensombrece la senda de la recuperación que el país había emprendido hace unos años”, opina por su parte Xavier Hovasse, responsable de renta variable emergente de Carmignac.
En adelante, las perspectivas de crecimiento dependerán “en gran medida de su política interna, de la dirección del dólar estadounidense y de las negociaciones con el FMI y los titulares de deuda internacionales. El principal desafío para el país será recuperar la confianza de los inversores y atraer capital extranjero en los próximos años”.
Empieza ahora un nuevo paréntesis hasta el 10 de diciembre, cuando Fernández asuma el cargo, que estará marcado por el éxito o no en devolver confianza a los inversores.