Las perspectivas de mercado de Amundi para el segundo semestre de 2021 esbozan un período de transición de narrativas que requerirá de la búsqueda de soluciones alternativas para generar rendimientos en un contexto diferente al de las últimas décadas. La gestora francesa apunta que el cambio de paradigma vendrá marcado por la vuelta a un escenario inflacionista similar al vivido en los años 70, aunque ahora las opciones para hacerle frente son más limitadas, y el probable estallido de burbujas, principalmente la tecnológica. Ante este panorama, Amundi sugiere estrategias relativas de acciones versus bonos en el corto plazo, y la inclusión de activos alternativos y bonos de mercados emergentes.
«Se está produciendo un cambio de régimen caracterizado por expectativas de inflación al alza y correlaciones positivas entre la renta variable y la renta fija, así como una rotación hacia el segmento value en renta variable. Al final, nos encontraremos en un entorno de mercado definido por subidas en los tipos de interés y la inflación, y, en particular, una mayor volatilidad sobre todos estos factores (…) Estamos en una fase avanzada de esta transición”, apuntó Pascal Blanqué, Director de Inversiones de Amundi (CIO), durante la presentación de las perspectivas de la gestora como antesala del Amundi World Investment Forum.
“Todas las casillas que nos dirigen a la inflación están marcadas”
En conversación con Jean-Jacques Barbéris, Director de Clientes Institucionales y Corporativos & ESG de Amundi, Pascal Blanqué expresó que el concepto de inflación como evento temporal, postura que defienden los bancos centrales, es demasiado “evasivo”. Según el CIO de Amundi, “hay un deseo de inflación” y los bancos centrales permitirán que esta se desarrolle. “Es la primera vez en tres décadas que existe ese deseo generalizado y las herramientas para crearla”, apuntó.
De acuerdo con Pascal Blanqué, “todas las casillas que nos dirigen a la inflación están marcadas”. En este sentido, refirió las dinámicas relacionadas con la demanda – principalmente, la interrupción de la cadena de suministros y el aumento de los precios de los alimentos – y aquellas ligadas al aumento de los salarios, que “se unen a la fiesta” en la trayectoria del crecimiento.
El CIO de Amundi también señaló que, paradójicamente, las expectativas de potencial inflación no se han traducido en mayores tipos reales, sino todo lo contrario. “Este es un aspecto muy importante,” puntualizó Pascal Blanqué, “porque subyace al crecimiento de los activos de riesgo y a la subida de las [empresas] tecnológicas”.
Gamificación de las inversiones y el posible estallido de burbujas
A la pregunta de si podrían surgir burbujas en el horizonte, empujadas en parte por el aumento de inversores minoristas atraídos por la facilidad con la que ahora se puede operar en el mercado de valores, el CIO de Amundi fue cauto en su valoración: “debemos ser humildes cuando hablamos sobre burbujas porque éstas solo suelen reconocerse una vez han estallado”.
De acuerdo con Pascal Blanqué, las valoraciones ofrecen parte de la respuesta a este asunto. “Las valoraciones relativas nos dicen que la renta variable es más atractiva que la renta fija. En mi opinión, sin embargo, las valoraciones tanto de la renta fija como de la renta variable se encuentran bastante tensionadas”. Según el CIO de Amundi, sí que es cierto que se está produciendo una aceleración de la velocidad del dinero y un exceso de liquidez en varios segmentos al abrigo de la digitalización, la gamificación y la democratización de las inversiones.
Pascal Blanqué expresó que no ve indicios de una burbuja en los mercados de crédito similar a la vivida en 2008. Sin embargo, encuentra señales claras de este fenómeno en el sector tecnológico: “la cuestión no es si estallará, sino cuándo lo hará”. Sobre el Bitcoin y otras criptomonedas, expresó: “voy a ser directo y contundente: es una farsa”
Batalla de narrativas: inflación, renta variable y política monetaria
Según el CIO de Amundi, en los próximos seis meses comenzarán a evidenciarse “batallas de narrativas” en el mercado, es decir, entre las dinámicas actuales y aquellas (nuevas) representaciones que podrían nacer.
La primera batalla de narrativas se producirá en la esfera del crecimiento y la inflación, entre un discurso basado en el estancamiento secular o un escenario inflacionista similar a los años 70. Aunque la primera narrativa parece estar bien asentada, “la dominante será aquella del retorno a los años 70”, apuntó Pascal Blanqué.
En el campo de la renta variable, la batalla se planteará entre el estancamiento secular o un retorno a los ‘Felices años 20’. De acuerdo con el CIO de Amundi, la segunda solo se justificaría si las compañías tecnológicas tuviesen la capacidad de aumentar sus beneficios gracias a un incremento de su productividad. “Dudo mucho que esto sea posible”, señaló Pascal Blanqué.
La tercera batalla se disputará en el terreno de la política monetaria, entre quienes opinan que los bancos centrales podrán mantener una postura acomodaticia permanente sin efectos adversos y aquellos que prevén que estas instituciones perderán en algún momento el control de la situación. El CIO de Amundi se decanta por la segunda opción ante una nueva realidad definida por un “deseo de inflación” y la prevalencia de la esfera fiscal en los mandatos de los bancos centrales. Según Pascal Blanqué, las instituciones monetarias “no actuarán” hasta que el mercado mande señalas claras en forma de prismas de riesgo al alza.
Recomendaciones para la asignación de activos
Las recomendaciones de Amundi para la asignación de activos parten del supuesto de que, en el escenario actual, tanto la renta variable como la renta fija están caras en términos absolutos. Según la gestora, el único valor atractivo por el momento es el relativo.
La renta variable ofrece mejores perspectivas a corto plazo que la renta fija; a largo plazo, sin embargo, la exposición a los tipos de interés podría perjudicar a las acciones. En el caso de los bonos, la gestora los encuentra caros a corto plazo e indica que la mayoría de índices mundiales muestran duraciones largas y rendimiento bajos, por lo que será necesario desarrollar estrategias que logren mitigar el riesgo relacionado con la duración de estas opciones.
En un contexto marcado por el aumento de las perspectivas de inflación y la consecuente reorganización de la correlación entre acciones y bonos, que pasará a ser positiva, Amundi invita a repensar la clásica composición de cartera. “En nuestra opinión, la 60/40 es una cosa del pasado. Una trampa, probablemente”, expresó Pascal Blanqué.
Los bonos no seguirán siendo el diversificador dominante, sin embargo, “no significa que estén muertos”, según el CIO de Amundi. La gestora francesa recomienda reducir el peso de estos productos en cartera, que deberán permanecer como una opción ligada a la búsqueda de liquidez, aumentar la proporción de acciones y buscar una mayor diversificación no regida por los patrones de la asignación tradicional. En este sentido, se decanta por añadir activos reales, instrumentos alternativos y activos de mayor rendimiento; por ejemplo, bonos emergentes, en particular de China, “un componente básico en cualquier cartera internacional”, concluyó Pascal Blanqué.