La economía global continúa ralentizándose, debilitada por distintos factores como el exceso de deuda, la transformación demográfica, y los conflictos comerciales. Pese a ello, Aberdeen Standard Investments no cree que vaya a producirse una recesión el próximo año. Eso sí, su jefe de renta fija global, Craig MacDonald, advierte de que 2020 va a ser “más complicado” y, por ende, con “mayor volatilidad”.
“Atravesamos una etapa peculiar: contamos con una economía sólida, pero está debilitada”, señala en un evento de la gestora celebrado en Madrid. En ese sentido, apunta que uno de los principales problemas es que “hay demasiada deuda en el mundo” y, de hecho, se encuentra en niveles similares a los de 2007, solo que distribuida en lugares diferentes.
Asimismo, advierte de la influencia de la baja inflación y de la transformación demográfica, que, incluso en China, donde está mejorando, “pronto empezará a ser un problema”. Todo ello se refleja en la evolución del índice de gestores de compras (PMI), que experimenta una ralentización que ha comenzado a extenderse al sector servicios. “El comercio global es importante, pero los servicios son los que mueven la economía”, advierte MacDonald.
Mientras, el otro factor principal que afecta a los mercados son las tensiones comerciales. “No es solo la guerra entre China y Estados Unidos, Japón y la Eurozona también afrontan conflictos, lo que está produciendo una disrupción en los patrones comerciales”, destaca. Por ese motivo, ASI infrapondera los dos sectores con más exposición a esta circunstancia: el automovilístico y el tecnológico.
Aunque considera que va a producirse un “enfriamiento” de las tensiones y que posiblemente las dos grandes potencias terminen alcanzando un acuerdo, advierte de que estos conflictos no van a desparecer y, por ende, seguirán perjudicando a la confianza de inversores y consumidores y al comportamiento de las empresas. “Durante los próximos 5 o 10 años, las tensiones comerciales seguirán ejerciendo presión sobre los mercados”.
Al abordar la situación en el Reino Unido, donde ASI tiene una fuerte presencia, MacDonald admite no tener “ni una pista de lo que va a pasar” y cree que la probabilidad de que se produzca un Brexit duro es del 50%. Pero, aunque finalmente saliera adelante esta opción, afirma que los bancos británicos no se verán afectados porque se mantienen fuertes, por lo que son una buena opción para invertir a largo plazo y evitar riesgos.
En cuanto a la política monetaria, MacDonald cree que la Fed va a reducir los tipos de interés en dos ocasiones más este año. Mientras, el BCE “ya ha hablado y ha anunciado que reactivará la compra de activos, pero está en un aprieto porque no puede hacer mucho más”.
Ante el regreso de un nuevo programa de expansión cuantitativa (QE), la gestora apuesta por la compra de bonos corporativos europeos, aumentar la exposición a bonos con calificación BBB y extender la duración de los spreads, ya que espera que estos se contraigan cuando arranque el programa de compras del BCE.
Con 200.000 millones de euros en activos de renta fija bajo gestión, ASI sigue un proceso bottom-up que trata de abordar todos los aspectos a la hora de analizar un producto o una empresa para asumir el menor riesgo posible y seleccionar las mejores oportunidades a nivel global. Así es como han logrado rendir por encima del índice de referencia de forma consistente.
En ese sentido, su European Corporate Bond Fund ha registrado un rendimiento del 8,27% en lo que va de año y un 5,01% de media desde su lanzamiento en octubre de 2003 (0,87 puntos más que el índice de referencia). Por sectores, sobrepondera el inmobiliario y los servicios públicos e infrapondera la automoción, los bancos senior europeos y los bienes de consumo.
Mientras, la rentabilidad del Global Corporate Bond Fund ha sido del 12,68% en lo que va de año y del 6,01% desde sus inicios, en julio de 2011, frente al 5,30% del índice en ese mismo periodo. En esta estrategia, ASI sobrepondera el crédito europeo e infrapondera el estadounidense, aunque, según MacDonald, han comenzado a aumentar el peso de este último gracias a que hay ciertas señales de que las corporaciones de EE.UU. están vendiendo deuda.
Por último, el SRI European Corporate Bond Fund ha obtenido un 8,55% hasta septiembre y un 4,40% desde su lanzamiento en noviembre de 2012, 0,74 puntos más que el índice. Esta estrategia se basa en un proceso de inversión responsable que apuesta por el diálogo con las empresas para descubrir cómo abordan los riesgos desde el punto de vista de los factores ASG y excluye a aquellas con actitudes controvertidas que no cumplen con los criterios de la gestora.