Desde un entorno geopolítico tenso hasta una desaceleración global: los principales riesgos sistémicos en el panorama de inversiones actual son imposibles de ignorar. AllianceBernstein considera que dichos riesgos contribuirán a la persistencia de rendimientos bajos y negativos, así como a episodios de volatilidad en 2020. Con las rentabilidades de los bonos cerca de mínimos históricos, ¿pueden los mercados de renta fija generar retornos sólidos sin obligar a los inversores a asumir demasiado riesgo?
Evaluación de las amenazas sistémicas
Las políticas populistas y las tensiones geopolíticas están en aumento. En un reciente artículo, los directores de renta fija de la gestora, Scott DiMaggio y Gershon Distenfeld, advierten de que el conflicto armado no es el único riesgo. “La guerra comercial ha dañado el comercio mundial, haciendo que la confianza empresarial se debilite y que la producción manufacturera disminuya”, afirman. Las economías sensibles al comercio -como México y la zona euro- son las más perjudicadas, “mientras que, irónicamente, China y Estados Unidos han sufrido menos daños”.
Washington y Pekín han ido avanzado hacia un acuerdo comercial desde finales del año pasado, pero el progreso puede revertirse con un solo tuit presidencial. En cuanto a si el resultado de las elecciones estadounidenses resolvería la volatilidad generada por el impulso populista, AllianceBernstein no cree que sea posible. “Ambas alas del espectro político estadounidense apoyan un giro hacia el proteccionismo comercial, mientras que el centro sigue siendo escéptico. Además, el auge del populismo es global, como lo demuestra la desordenada saga Brexit”, advierte.
No es casualidad que la economía mundial se enfrente ahora a un año difícil y puede entrar en un período prolongado de crecimiento más lento que incremente la vulnerabilidad global a las perturbaciones adversas. Mientras, es posible que los bancos centrales impulsen una mayor relajación monetaria, pero será difícil que sea efectiva en un momento en el que los tipos de interés en gran parte del mundo ya están a cero o en negativo. “Y el estímulo fiscal agresivo parece estar fuera de la mesa, por ahora”, añade.
El panorama no es del todo sombrío
Tal y como muestra la curva de rendimiento estadounidense, el mercado cree que el riesgo de una recesión en ese país ha disminuido, a lo que se une que sus consumidores continúan gastando, y el mercado laboral sigue siendo saludable.
Además, China se ha fijado como objetivo una tasa de crecimiento del PIB real del 6% para 2020. “El cumplimiento de este objetivo requerirá una continua aceleración de la flexibilización de las políticas en respuesta a las presiones internas y externas”, asegura AllianceBernstein, que espera que el estímulo chino se extienda a los activos de los mercados desarrollados y emergentes, contribuyendo así a estabilizar la economía mundial en 2020.
Desenterrar oportunidades
En consecuencia, es probable que el rendimiento de los bonos se mantenga bajo durante un tiempo y que la volatilidad siga elevada. Sin embargo, la gestora cree que los inversores todavía pueden obtener un rendimiento decente en sus estrategias de renta fija.
Los bonos japoneses a 10 años, por ejemplo, arrancaron los últimos tres años con un rendimiento cercano a cero, y 11 de los últimos 12 años con un rendimiento inferior al 1%; pero las rentabilidades anuales medias en ese periodo superaron el 2%. Asimismo, la caída de las rentabilidades en Europa ha provocado una apreciación saludable de los precios. El Bloomberg Barclays Euro–Aggregate Treasury Index arrancó 2019 con un 0,74%, pero obtuvo una rentabilidad anual del 6,77%.
Para AllianceBernstein, también es importante «mantener la duración», es decir, estar expuesto al riesgo de que las tasas de interés suban o bajen. “En los períodos de turbulencia en los mercados, la duración de los bonos gubernamentales sirve para compensar la volatilidad de la renta variable y el crédito”.
Sin embargo, considera que, además de los bonos gubernamentales, los inversores deberían apostar por sectores sensibles al crédito que ofrezcan una combinación atractiva de rentabilidad, calidad y potencial de protección a la baja. En ese sentido, destaca dos: los activos titulizados estadounidenses respaldados por hipotecas y la deuda bancaria europea subordinada.
En su opinión, los activos titulizados han resistido los altibajos de la guerra comercial mejor que el crédito estadounidense de alto rendimiento y tienen una baja correlación con otros sectores de renta fija y otras clases de activos. “Los CMBS (títulos respaldados por hipotecas comerciales) pueden aumentar los ingresos de la cartera, ya que ofrecen un repunte saludable del rendimiento en comparación con los bonos corporativos”, apunta.
Asimismo, la entidad señala que los inversores deberían considerar los títulos respaldados por hipotecas residenciales (RMBS) que emiten las empresas patrocinadas por el Gobierno Fannie Mae y Freddie Mac, ya que “se benefician de un mercado inmobiliario estadounidense todavía sólido”.
También cree que los inversores pueden impulsar el potencial de rentabilidad sin asumir demasiado riesgo apostando por la deuda bancaria europea subordinada. “Al contar con una estructura de capital menor, los bonos subordinados emitidos por bancos con grado de inversión ofrecen rendimientos similares a los valores de grado especulativo”, destaca.
A esto se une que los bancos de mercados desarrollados gozan hoy de buena salud, lo que genera una buena compensación riesgo-retorno. Además, la deuda bancaria europea es especialmente atractiva porque las entidades financieras de la región se encuentran en una fase más temprana del ciclo de crédito que sus homólogas estadounidenses.