Las estrategias equilibradas de bonos están diseñadas para proporcionar protección en las caídas, participación en las subidas e ingresos eficientes. Pero, con los rendimientos de los bonos gubernamentales en mínimos históricos, ¿todavía pueden cumplir sus objetivos? AllianceBernstein cree que sí.
“Las estrategias equilibradas combinan activos sensibles a los tipos de interés con activos de crédito en una única cartera. Este enfoque puede ayudar a los gestores a controlar la interacción entre el riesgo de los tipos y el riesgo crediticio, y a tomar mejores decisiones cuando cambia el entorno”, asegura la gestora en un artículo.
Así, los rendimientos sólidos de un lado de la cartera pueden ayudar a compensar la debilidad del otro, que fue lo que ocurrió cuando los mercados registraron ventas masivas en marzo. Mientras que los rendimientos de algunos activos generadores de ingresos (como la deuda emergente y los activos titulizados) cayeron más del 20%, el Bloomberg Barclays US Intermediate Treasury Index registró un impulso en los rendimientos mensuales por encima del 5%. En las estrategias equilibradas de bonos, las posiciones del Tesoro ayudaron a mitigar la caída más generalizada.
La correlación negativa es clave
Pero existen temores a que la relación entre los activos de mitigación de riesgos y los de búsqueda de rentabilidad se haya roto con el estrés extremo de la pandemia. Según AllianceBernstein, si la correlación entre los bonos del Tesoro y el high yield se ha vuelto positiva, los beneficios de protección frente a las caídas del enfoque equilibrado podrían verse limitados.
En su análisis, dividió los datos de correlación entre el rendimiento de las letras del Tesoro estadounidense a 10 años y los diferenciales del high yield en días en los que se estrecharon (un entorno risk-on) y días en los que los se ampliaron (un entorno risk-off) en períodos de seis meses.
En los entornos de disposición al riesgo, las correlaciones aumentaron. Cuando el high yield funcionó bien, también lo hizo el Tesoro. “Esto tiene sentido porque la Fed y otros bancos centrales se han comprometido a mantener los tipos bajos y han articulado numerosos programas para impulsar la confianza de los inversores y la liquidez”, señala.
Sin embargo, cuando los diferenciales del high yield se ampliaron y los activos de riesgo disminuyeron, las correlaciones permanecieron negativas. En otras palabras, los bonos gubernamentales siguieron compensando a los activos de riesgo cuando más se necesitaba la protección, permitiendo que las estrategias equilibradas mitigaran la caída.
Los bajos rendimientos no perjudican
A pesar de la tranquilidad sobre las correlaciones negativas, algunos inversores temen que los bajos rendimientos de hoy en día limiten la protección frente a las caídas en el futuro. “Les preocupa que, con los bancos centrales anclando los tipos a mínimos históricos, los bonos soberanos tengan menos margen para repuntar durante los períodos de riesgo y que los rendimientos se reduzcan proporcionalmente, un temor especialmente prevalente en EE.UU.”, asegura AllianceBernstein.
Sin embargo, la experiencia fuera de EE.UU. muestra que los bajos rendimientos no se traducen necesariamente en bajas rentabilidades. Japón tiene un largo historial de rendimientos extremadamente bajos: durante 11 de los últimos 12 años, el rendimiento del bono japonés a 10 años fue menor al 1%. Mientras, los retornos anuales durante el mismo período promediaron más del doble, raramente coincidiendo con los niveles de rendimiento inicial.
“Esta dinámica ha permitido que los enfoques equilibrados ofrezcan una protección a la baja durante períodos de gran estrés de mercado y de rendimientos bajos o negativos”, destaca la gestora.
Ingresos eficientes
A pesar de las ventajas de mantener los bonos gubernamentales como amortiguador, algunos inversores centrados en los ingresos pueden verse tentados a renunciar a la exposición al riesgo de los tipos de interés en el entorno actual de bajo rendimiento. En este caso, considera que la alternativa más “razonable a primera vista” a una estrategia de bonos equilibrada es una cartera de crédito con grado de inversión.
Puede construirse una cartera de deuda corporativa con grado de inversión de EE.UU. que tenga aproximadamente la misma calidad que una cartera equilibrada construida de manera sencilla, compuesta por un 50% de bonos del Tesoro y un 50% de high yield estadounidense.
Pero ahí terminan las similitudes: “Cuando comparamos el rendimiento medio de la cartera corporativa (2,2% a principios de junio) con el de la equilibrada simple (3,4%), vemos que esta última proporciona ingresos significativamente más altos, y lo serían aún más si diversificáramos en sectores de mayor rendimiento”, asegura AllianceBernstein.
Más allá de un enfoque estático
Asimismo, hace hincapié en que la gestión activa puede aumentar los ingresos aún más, así como mejorar potencialmente la protección frente a las caídas y/o la participación en las subidas. “Los gestores pueden y deben ir más allá de las asignaciones fijas construidas de forma simple, diversificando su exposición crediticia en sectores de mayor rendimiento, capitalizando las relaciones a lo largo de la curva de rendimientos e inclinando la estructura hacia los tipos o hacia el crédito, dependiendo del entorno del mercado”, afirma.
Por último, recomienda evitar concentrarse en un solo emisor o en un solo bono, dado el incierto entorno actual. “Y sea selectivo; los fundamentos importan”, añade.
Con todo, lejos de romperse, las estrategias equilibradas de bonos pueden cumplir sus objetivos en entornos volátiles y de bajo rendimiento. “De hecho, para los inversores centrados en los ingresos que buscan transitar por los desafiantes mercados de hoy en día, estas estrategias seguirán desempeñando un papel importante en la asignación de activos”, sentencia la gestora.