Según la encuesta a gestores de Bank of America correspondiente al mes de noviembre, el debate sobre si el aumento de la inflación es transitorio o permanente continúa. La mayoría de los encuestados reconoce que la inflación es un riesgo claro, pero solo un 35% cree que es permanente frente al 61% que considera que es algo transitorio. ¿Cómo lo ven las gestoras?
En términos generales, coinciden en que es temporal pero sus matizaciones son interesantes. Por ejemplo, Stéphane Déo, responsable de Estrategias de Mercados en Ostrum AM (firma afiliada a Natixis IM), advierte de que, en este debate, no se supone olvidar que los niveles actuales de inflación ya crean fuertes distorsiones. “Ciertamente, los niveles son razonables comparados con los años setenta y ochenta. Pero todo es temporal, la inflación de los años setenta también fue temporal, solo duró dos décadas. El problema está en otro lugar y hacer una negación bien intencionada de las cifras actuales de inflación no parece ni mucho menos algo adecuado”, señala Déo.
En su opinión, el análisis actual de los precios de producción industrial es perturbador, pues sube con rapidez y los incrementos de los precios solo se pueden compensar parcialmente. “Esto sugiere que la variación de los márgenes empresariales podría ser negativa en los próximos meses. No todos los sectores se ven afectados de igual manera. Por ejemplo, el sector de alimentación y bebidas es uno de los que sufren un impacto significativo cuando suben los precios industriales, mientras que, en contraste, el sector del lujo, por ejemplo, tiene más poder de fijación de precios (…). Los actuales niveles de inflación pueden, en definitiva, desencadenar una significativa rotación en los mercados bursátiles. El mercado no ha valorado la situación en toda su dimensión de momento, la temporada de resultados ha sido muy positiva, alimentando la euforia; pero una vez que estos resultados sean digeridos, las proyecciones para final de año y el próximo ejercicio pueden ser una píldora más amarga de tragar”, resume el experto de Ostrum AM.
Sobre estas consecuencias, Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments, considera que no tendrá efectos permanentes. “La inflación de octubre resultó ser más alta de lo previsto, y no se debe solo a que los precios de los bienes sufran un embotellamiento de la oferta. La inflación de los servicios también está aumentando, y algunos factores importantes de impulso de los costes, como los salarios y los precios de la vivienda (un factor clave de la inflación de los alojamientos, que representa el 40% del índice de precios al consumo básico), se están fortaleciendo”, explica.
Aunque sí reconoce que las encuestas muestran que el aumento de los precios está afectando cada vez más a la confianza de los consumidores. Según Zanghieri, los mercados están valorando estas dificultades, y la volatilidad de los precios de los bonos sigue siendo muy superior a la de las acciones. “La probable mayor volatilidad de la inflación no ayudará. Seguimos pensando que los mercados están valorando de forma demasiado agresiva un movimiento de tipos y esperamos que la primera subida de tipos se produzca en diciembre de 2022, pero los riesgos se inclinan claramente hacia un movimiento más temprano, especialmente si la inflación resulta atascada una vez que se alivien los cuellos de botella de la oferta, no antes de la primavera de 2022”, añade.
En los debates de los gestores de carteras de BlackRock en su Foro de Perspectivas para 2022 de la semana pasada concluyeron que la inflación se está viendo acelerada por las atípicas perturbaciones de la oferta vinculadas a la reactivación de la economía. “Esperamos que estos desequilibrios se resuelvan a lo largo del próximo año, pero creemos que la inflación será persistente y se estabilizará en un nivel más elevado que el registrado antes de la pandemia.
En contra del consenso del mercado, Allianz GI considera que solo una parte del repunte de la inflación es transitoria. “Parte del reciente aumento es un subproducto de la fuerte recuperación económica de la recuperación económica post COVID-19, impulsada por un estímulo monetario y fiscal sin precedentes, una demanda reprimida persistente y el aumento de los precios de las materias primas. El repunte de la inflación también se ha visto amplificado por varios factores extraordinarios y temporales, como los efectos de base, los efectos fiscales y los cuellos de botella de la oferta”, explica Stefan Hofrichter, Head of Global Economics & Strategy de Allianz GI.
Para Hofrichter hay fuerzas cíclicas y estructurales que podrían conducir a un aumento más persistente de la inflación de bienes y servicios en el futuro. “Creemos que este aumento podría ser notablemente mayor de lo que los mercados financieros y muchos inversores prevén actualmente. Nosotros esperamos que la inflación alcance regularmente y al menos temporalmente los objetivos de los bancos centrales”, añade.
Una reflexión similar hace Ralph Elder, director general de BNY Mellon Investment Management para Iberia y Latam, quien también considera que el actual nivel de inflación tiene factores transitorios y permanentes. “De cara a 2022, el pico de inflación que tenemos ahora mismo bajará porque los factores más transitorios, como los cuellos de botella y la activación de la demanda tras la reapertura de las economías, se suavizarán. En cambio, hay otros factores más persistentes que no, lo que nos llevará a un entorno con la inflación algo más elevada de lo que estábamos acostumbrados a ver los últimos años”, apunta Elder.
Por su parte, Olivier de Berranger, director de gestión de activos en La Financière de l’Echiquier (LFDE), se muestra más tajante: “La inflación ha llegado para quedarse y las autoridades tanto políticas como monetarias carecen de extintor. La inflación no se deja controlar fácilmente, ni al alza ni a la baja, ya que la economía no es una mecánica simple. Es más bien un organismo dotado de sus propias dinámicas sobre el que no se puede actuar con un simple giro del grifo monetario. En resumidas cuentas, un organismo político en su sentido pleno, y no solo una cuestión de política monetaria”.
Según Amundi, la inflación resultará “permanente e incierta”, impulsada por la escasez de suministros y la escasez generalizada. “La desincronización de las tendencias de crecimiento e inflación regresa con fuerza, y la globalización se verá afectada. Además, los bancos centrales aceptarán ir por detrás de la curva, dada su desatención benigna a la narrativa inflacionista. Los principales elementos a considerar en la construcción de carteras serán: rendimiento, riesgo de liquidez y exposición al crecimiento y riesgo de inflación”, señala la gestora en sus perspectivas anuales de inversión con la vista puesta ya en 2022.
Preparando las carteras
En un entorno así, desde BlackRock se muestran más partidarios de la renta variable, ya que esperan que los rendimientos respondan a la inflación de forma más moderada que en el pasado. “Esto debería mantener bajos los rendimientos reales, lo que sería positivo para la renta variable”, indican.
En este sentido, los experto de la gestora de fondos Federated Hermes se muestran algo escépticos sobre el papel de la renta variable como cobertura y añaden: “A medida que volvamos a un entorno de mayor inflación y los bancos centrales se vuelvan más agresivos, los inversores tendrán que vigilar de cerca sus correlaciones, ya que los refugios seguros pueden no ser tan seguros como creen”.
Por último, WidomTree señala a las materias primas como la clase de activo que más se puede beneficiar de la inflación. “Creemos que el actual entorno de inflación elevada será positivo para las materias primas. El hecho de que el mercado siga sorprendiéndose por la inflación indica que algo falta en las expectativas del mercado. Las materias primas se encuentran en una posición privilegiada para protegerse de la inflación inesperada. Las materias primas tienen la beta de inflación más fuerte de todas las principales clases de activos. Además, esta beta con la inflación es incluso mayor que la beta esperada. Si los motores de la inflación actual son inesperados, las materias primas son el lugar al que acudir”, indican en su informe mensual.