Si la semana pasada le tocaba al Banco Central Europeo (BCE), ahora es la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) la que se enfrenta a su última reunión de 2020. Según indican los analistas, no es probable que anuncie una ampliación de sus programas de compras, pero sí se espera que dé un mensaje claro de hacia dónde cree se dirigen las cosas.
Las actas de noviembre revelaron que la Fed está analizando la posibilidad de aumentar el estímulo monetaria con mayores compras de deudas para apoyar la recuperación económica tras el impacto que ha supuesto la pandemia del COVID-19, pero todo dependerá de su visión sobre la evolución de la economía y la pandemia.
En este sentido, los analistas de Bank of America explican que las claves de la reunión de hoy y mañana son que la Fed ofrezca una orientación cualitativa sobre su programa QE, vinculando las compras de activos a sus objetivos de inflación; y las previsiones económicas que comparta sobre la economía estadounidense.
“La reunión de diciembre debería proporcionar un nuevo lenguaje en torno al QE, así que toda la atención estará puesta en este cambio que esperamos sobre sus política y programa de compras. Creemos que ni las condiciones económicas ni financieras son lo suficientemente graves como para justificar una flexibilización adicional de la política en este momento. Esperamos que el FOC dé una nueva orientación cualitativa basada en los resultados para la compra de activos. También esperamos que la declaración revisada vincule el ritmo y la composición de las compras de activos de la Fed con la consecución de una mayor inflación. Esto permitirá a la institución monetaria utilizar el QE como una palanca macro y reforzar la orientación futura de los bajos tipos de interés, para lograr una mayor inflación sostenida”, señala en su último informe.
Esta visión es la opinión generalizada de qué esperar de esta última reunión. Es decir, la previsión es que haya algo más orientado sobre el futuro, pero sin grandes cambios. Una opinión que también comparte Christian Scherrmann, economista para Estados Unidos de DWS. Según su visión no habrá cambios sustanciales, sin embargo, las actas de la reunión de noviembre dan fuertes indicios de que los participantes están deseosos de proporcionar más claridad sobre el futuro de la política monetaria.
“Quieren proporcionar una orientación más clara sobre el ritmo y la duración de las compras de activos a gran escala y el nivel de los tipos de interés. Esto se podría lograr estableciendo de forma verbal altos estándares en el curso de la recuperación económica y la sanación del mercado laboral, el requisito para cualquier tipo de reducción, que no esperaríamos antes de 2022. Por lo tanto, no esperamos un cambio significativo de la trayectoria proyectada de la tasa de los fondos federales en la próxima actualización de su Resumen de Proyecciones Económicas”, explica Scherrmann.
El experto de DWS añade que la propia Fed espera que el gobierno estadounidense haga más y también tome medidas para apoyar la economía. “Han expresado reiteradamente su llamamiento a un mayor estímulo fiscal, ya que la política monetaria por sí sola no puede apoyar plenamente la recuperación. Basándose en las actuales negociaciones en curso en Washington, un acuerdo de último minuto después de la reunión del FOMC de diciembre parece factible pero no es seguro. Seguimos siendo cautelosamente optimistas”.
Sin embargo, Scherrmann considera que las actuales condiciones financieras deberían implicar que la Fed tampoco está bajo una gran presión para aumentar significativamente el tamaño de sus compras de activos ni para extender su vencimiento. “Una gran lección que nos deja 2020 es que la Reserva Federal interviene en función de las circunstancias, no como lo dicta el calendario de reuniones. Por lo tanto, esperamos que la Fed mantenga su postura flexible, probablemente haciendo hincapié en la necesidad de otra ronda de estímulo fiscal, al tiempo que señala los riesgos a corto plazo para las perspectivas económicas”, añade.
Algunos analistas apuntan que la Fed reiterará su apoyo a la economía ante la desaceleración de la actividad en Estados Unidos. “El acta de su reunión del 5 de noviembre no reveló ningún detalle claro sobre las medidas futuras. Los inversores esperan más apoyo mediante cambios en los parámetros del programa de compra de activos, incluida una extensión del vencimiento medio de los activos para respaldar el mercado inmobiliario.Creemos que la Fed debería fortalecer su orientación a futuro condicionando su programa de compra de activos al logro de sus objetivos de empleo e inflación”, explica Franck Dixmier, Director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
Expectativas sobre la reunión
Sobre qué esperar y qué no esperar de esta reunión, François Rimeu, estratega senior de La Française AM, apunta: «Esperamos que se extienda el vencimiento promedio de las compras de bonos en curso. Esta es una decisión difícil. De hecho, varios presidentes de bancos regionales han cuestionado recientemente la necesidad de tomar más medidas para apoyar la economía. No esperamos que el FOMC vincule el fin de las compras de activos a ningún tipo de evento o momento. Algunos miembros desearían indicar que el alivio cuantitativo no está aquí para siempre, pero creemos que esperarán a que haya más claridad en el frente fiscal y respecto al virus antes de hacerlo».
En opinión de Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, la Fed necesita abordar la inclinación de la curva de rendimiento, por lo que podría ser tema a tratar en la conferencia de prensa. “Entendemos que el rebote de los precios de los commodities, incluidos los precios del petróleo, está provocando algunos temores de inflación. También vemos la lógica de que algunos precios de los bienes estén bajo presión alcista debido a la fuerte demanda. Sin embargo, creemos que estos no son signos de una reflación de base amplia de la economía estadounidense, y observamos que hay muchos sectores que se enfrentan a la erosión del poder de fijación de precios. Dada la aceleración de las infecciones por coronavirus y la ralentización del crecimiento del empleo visible en el informe del mercado laboral de noviembre, esperamos una fuerte señal de la Reserva Federal para limitar la subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense», sostiene Bonzon.
Por último, Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, señala que «todas las miradas están ahora en Norteamérica», no solo por la reunión de la Fed sino porque “es más que probable aprobación de un nuevo paquete de estímulos, por casi un billón de dólares». Respecto a la reunión de la Fed de hoy y mañana, comenta que “no se esperan importantes novedades» ya que, «aunque los últimos datos macroeconómicos publicados sugieren una cierta desaceleración en la recuperación de la economía estadounidense, todo apunta a que el crecimiento, en general, se mantiene sólido». Del Pozo señala que buena «prueba de ello son los indicadores avanzados (ISM), que siguen sugiriendo actividad económica en términos positivos». Sin embargo, advierte que «preocupa la creación de empleo. En ese sentido, habrá que esperar un poco para ver cómo comienza la macro americana el año y las primeras medidas del nuevo presidente» ya que, «en función de eso, la Fed adaptará las nuevas medidas monetarias».
Sobre el apoyo que previsiblemente dará el gobierno estadounidense, Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, apunta que la actual segunda ola de la pandemia hace que la continuación del apoyo fiscal de emergencia sea aún más necesaria. «La semana pasada el Presidente Trump firmó una extensión de 7 días de gastos, pero el progreso en el plan de estímulos sigue siendo difícil de alcanzar. El proyecto de ley bipartidista de 900.000 millones de dólares ha sido respaldado por el presidente electo Biden y los líderes demócratas del Congreso, pero el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, quiere añadir una legislación que otorga inmunidad a las empresas contra futuros litigios de sus empleados relacionados con el COVID, lo cual es rechazado por los demócratas. Para confundir aún más las cosas, el actual Secretario del Tesoro, Mnuchin, apoyó un versión del paquete de estímulo que no incluye la continuación del desempleo de emergencia federal beneficios – una línea roja para los demócratas. Seguimos convencidos de que se llegará a un acuerdo, ya que el impacto de la segunda oleada de la pandemia en la economía se está haciendo más manifiesto – las peticiones de subsidios de desempleo de la semana pasada salieron otra vez peor de lo esperado. Sin embargo, puede que tengamos que esperar al principio del próximo año”.
Más sobre bancos centrales
La Fed compartirá titulares estos días con el BCE que, según recuerdan los analistas de BancaMarch, hoy anunciará sí amplía el veto a la banca para repartir dividendos. “Tras la prohibición impuesta por el supervisor bancario a raíz de la pandemia, la expectativa es que el BCE elimine el veto, al menos parcialmente, para repartir dividendos. Esta restauración se haría de forma estricta, con un pay-out -porcentaje del beneficio destinado al pago de dividendos- que se situaría entre el 10% y 20%, sensiblemente inferior al que acostumbra a pagar la banca española”, apuntan.
Según indican, esta decisión llegará solo unos días después de conocer la del Banco de Inglaterra, que ha levantado el veto imponiendo unas restricciones que supondrían un pay-out de hasta el 25%. Las entidades, que consideran clave el pago del dividendo para mantener su base accionarial, esperaban repartir 8.000 millones de euros este año frente a los 7.300 millones distribuidos en 2019, hasta que la llegada de la pandemia provocó la suspensión del dividendo por parte del supervisor.