2022 promete ser un año de transición. Ahora que pasamos el ecuador del primer trimestre, las gestoras apuran para presentar sus perspectivas más actualizadas para los próximos meses. En todos sus documentos hay tres palabras clave que se repiten: inflación, política monetaria y China. Y lo más significativo es que estos factores, que marcarán los mercados este año, tienen en común que transitan hacia una nueva realidad llevando a las principales economías a nuevos retos.
“Es probable que 2022 se caracterice por ser un año de normalización muy parecido a lo que ocurrió en 2004 y 2010, en el que las políticas monetarias y fiscales empiezan a ser menos favorables al crecimiento mundial. Se espera que los responsables de las políticas se endurezcan tras dos años de medidas de apoyo muy laxas, pero es probable que la pérdida de impulso del crecimiento en medio de las crecientes presiones inflacionistas limite a los bancos centrales. La posibilidad de que se produzcan errores en la política y los cambios en la percepción del mercado son aspectos que hay que vigilar”, apuntan desde Eastspring Investments.
Según explica Fernando Fernández-Bravo, responsable de Ventas Institucional de Invesco, volveremos a tener ciclos más normalizados y de crecimiento, gracias a que el efecto de las política monetarias sigue ejerciendo un viento a favor. Para la gestora el punto de partida es claro: “Tras una drástica evolución de las políticas monetaria y fiscal en 2021 y 2021, se dan las condiciones para que 2022 sea un año de transición según las políticas y las economías avancen hacia una situación de mayor normalidad. Sin embargo, persisten problemas que quizá definan el entorno económico y del mercado, como la continuidad de la disrupción en la cadena de suministro y un aumento de la demanda que amenaza con mantener la inflación alta en las diferentes economías. Para 2022, nuestra perspectiva se centra en la inflación y cómo los mercados y los responsables de política podrían reaccionar a ella”.
Pero, ¿en qué punto del ciclo estamos? En opinión de Fernández-Bravo, aunque su hipótesis de referencia no es negativa, cree que la economía mundial podría parecerse a una ralentización de mediados de ciclo. “Creemos que la disrupción ocasionada por la pandemia ha alterado significativamente el análisis tradicional del ciclo económico. Vemos que la senda que encaramos es de transición, caracterizada por un periodo de crecimiento continuado, pero con una tasa de variación en retroceso según las economías digieran las extraordinarias medidas de política tomadas por la pandemia. 2022 parece que será un año de transición en que las economías regresarán a tasas de crecimiento estructurales”.
“Creemos que 2022 será un año en el que el crecimiento mundial volverá a ser sólido, aunque es probable que a principios de año se experimente cierta debilidad debido a la variante ómicron. La inflación debería alcanzar su punto álgido a mediados de año, pero en nuestra opinión es probable que se mantenga por encima de los objetivos de los bancos centrales durante todo el año, con lo que los precios seguirán centrando las preocupaciones de inversores y autoridades. También será un año de endurecimiento sincronizado de la política monetaria y de nuevos y rápidos avances en la transición energética”, añade Ben Way, jefe de Grupo de Macquarie Asset Management.
Perspectivas de crecimiento
Sin embargo, desde Carmignac hablan de una ralentización que no será excesiva y según sus estimaciones, el ritmo de crecimiento de la economía mundial debería desacelerarse del 5,5% en 2021 al 4,2% este año. A corto plazo, el primer semestre del año debería ser testigo de una brusca desaceleración impulsada por la variante ómicron, los elevados precios de la energía y el impacto del endurecimiento monetario en los mercados emergentes y las economías anglosajonas. Por lo que la gestora espera que la economía mundial se recupere a partir de la segunda mitad del año gracias a las políticas de estímulo adoptadas por China.
“A corto plazo, la zona euro seguirá acusando los elevados precios de la energía vinculados al enfrentamiento entre Rusia y la OTAN, así como su dependencia de las cadenas de suministro mundiales. Pero una vez que estos obstáculos desaparezcan, Europa debería poder beneficiarse de una posible y total recuperación de su mercado laboral gracias a un impulso presupuestario positivo”, señala Raphaël Gallardo, economista jefe de Carmignac.
Según Invesco, tras unos programas fiscales ingentes y una política monetaria muy acomodaticia, las economías se ralentizarán desde sus elevadas tasas de crecimiento posteriores a la pandemia para registrar un ritmo más normal.
“Creemos que tanto Estados Unidos como la zona euro podrían crecer a un 5%, mientras que China tendrá un comportamiento opuesto a los países desarrollados, es decir: el país se centrará en proporcionar estímulos y apoyos a la economía, mientras el resto de países tienden a retirarlo. Para China, auguramos que el crecimiento se moderará iniciado el primer semestre de 2022, a lo que seguirá un repunte impulsado en parte por el respaldo oficial”, añade Fernández-Bravo.
Sobre Estados Unidos, Carmignac considera que está entrando de lleno en modo de sobrecalentamiento en el primer trimestre, incluso antes de lo que estimaban, debido a que la ola por la variante ómicron del coronavirus está deprimiendo todavía más la oferta de trabajo. “El crecimiento trimestral debería quedar reducido a la mitad, hasta el 2,4%, a finales de año, debido a las restricciones laborales y a la moderación de la demanda final (inflación elevada, orientación presupuestaria negativa y exceso de existencias de bienes duraderos). Ante el riesgo de que las expectativas de inflación queden desmontadas, la Fed no tiene más remedio que indicar un ciclo de endurecimiento monetario rápido en una economía en desaceleración”, señaló la gestora durante la presentación de sus perspectivas a finales de enero.
Por último, el equipo de expertos de Lombard Odier, analiza China y advierte de que es probable que este año se lleven a cabo ajustes pragmáticos en la política macroeconómica. Según apuntan, el reto del gigante asiático es que la economía no se desvíe en exceso del objetivo declarado de duplicar la renta per cápita de aquí a 2035.
“Mientras el crecimiento repunta después de un tercer trimestre excepcionalmente desfavorable, la agitación que rodea a los promotores inmobiliarios sigue lastrando la confianza de los compradores de viviendas y la inversión inmobiliaria. Prevemos que las autoridades, conscientes de la amenaza, relajen ligeramente la regulación del sector y lo apoyen a través de la política fiscal y monetaria”, afirman en su documento de previsiones.
La firma ha rebajado moderadamente la expectativa de crecimiento de China para 2022 al 5% para reflejar la incertidumbre reinante en el cuatro trimestre de 2021. Según indican, “estimamos que el crecimiento trimestral se acelerará con respecto al tercer trimestre del año y alcanzará un ritmo más respetable hasta mediados de 2022, respaldado por una mejor visibilidad de las políticas y una mayor normalización de la movilidad interna. Aunque la inflación de los precios de producción ha sido bastante elevada, no creemos que se produzca una aceleración paralela de los precios al consumo. Esta combinación relativamente benigna de crecimiento e inflación debería crear un margen significativo para que los responsables políticos consideren la posibilidad de introducir medidas de apoyo anticíclicas intermitentes”.
Gobiernos y bancos centrales
Tal y como destacan desde JP Morgan AM, desde el inicio de esta pandemia los gobiernos han puesto en marcha planes de gasto que mantendrán el apoyo a sus economías, mientras los bancos centrales retiran sus estímulos. “Mientras se eliminan los subsidios de desempleo y otras formas de estímulo a corto plazo, se incrementa el gasto en infraestructuras, sobre todo para facilitar la transición a las tecnologías de baja emisión de carbono. Esta perspectiva de apoyo a la política gubernamental puede verse cuestionada por una serie de acontecimientos políticos en 2022”, advierten.
Quiénes sí retirarán su apoyo serán los bancos centrales. Sobre ello, el documento de perspectivas de JP Morgan AM explica que el principal riesgo para los mercados es que los bancos centrales empiecen a preocuparse por la creciente presión inflacionista y pisen el freno. Sin embargo, la gestora lo ve poco probable.
“A lo largo de 2021, los bancos centrales han dejado muy claro que no están dispuestos a correr ningún riesgo con la recuperación. Estratégicamente, preferirían equivocarse por haber apretado demasiado tarde, que demasiado pronto. Ya en 2013, la Fed creó un brote de volatilidad en los mercados en lo que se conoció como el taper tantrum. La cuestión ahora es si los mercados se enfrentan a una situación similar cuando las compras de activos cesen en 2022. Nuestra principal expectativa es que los mercados lo evitarán”, señalan.
En este sentido, desde Eastspring Investments no creen que el tapering tenga un impacto tan grande en los inversores de bonos. “Se han estado preparando para la normalización de la política desde finales de 2020, en contraste con 2013, cuando el anuncio inesperado dio lugar al taper tantrum. Pero lo más importante es que los mercados emergentes se encuentran hoy en una posición más fuerte. Países como la India e Indonesia presentan superávits en su balanza de pagos en lugar de déficits, y los bonos de los mercados emergentes en su conjunto ofrecen un mayor rendimiento frente a los bonos del Tesoro de EE.UU. en comparación con 2013”, destacan en sus reflexiones para este año.
A vueltas con la inflación
Por último, lo que hagan las economías mundiales los próximos diez meses no se puede entender sin tener presente la inflación y su evolución. Los mercados empezaron con nerviosismo en 2022, reflejando la postura cada vez más restrictiva de la Reserva Federal con respecto a la inflación. En este contexto, la inflación se convierte en la variable clave. En nuestro escenario base, a partir de la primavera la inflación empezará a bajar y la Fed podrá suavizar su postura”, reconoce Eurizon en sus perspectivas mensuales.
Ahora bien, las gestoras advierten ciertas divergencias. Mientras los primeros datos de inflación sorprenden a la alza en Europa, Estados Unidos o Reino Unido, lo hacen a la baja en algunos mercados emergentes. “La inflación está empezando a sorprender a la baja en varios mercados emergentes, sobre todo en China e India. La inflación en China se ha desplomado hasta el +1,5% interanual, frente al 2,3% interanual del mes anterior, y ha sorprendido negativamente en dos décimas. El índice de precios al productor (IPP) chino sigue siendo elevado, con un 10,3% interanual, pero también en este caso se situó un porcentaje completo por debajo de las expectativas, mientras que el IPP estadounidense y el índice de precios de importación también se situaron ligeramente por debajo de las expectativas. Esto podría marcar el comienzo de tiempos mejores por fin, si la onda Omicron no conspira contra la normalización una vez más”, explica Geraldine Sundstrom, gestora de carteras de PIMCO.
Para Peter van der Welle, estratega de Robeco, el problema de la inflación ha repuntado por la escasez de suministros que siguió al fin de los confinamientos por el COVID-19 y al dispararse el precio de la energía, provocando una considerable merma en el poder adquisitivo de empresas y consumidores.
“La primera amenaza es que pensamos que los riesgos de inflación seguirán sesgados al alza algunos meses más, aunque prevemos que después se reduzcan significativamente. Los mercados financieros se están dando cuenta de que la Fed ha decido combatir la inflación, y descuentan cinco subidas de tipos en 2022 para afrontar esos riesgos inflacionistas”, explica Van der Welle.
En su opinión, aunque ello podría generar turbulencias, piensa que los mercados asumirán después que la inflación se desacelera, al menos en las partes cíclicas de la economía. “La prima de riesgo de la inflación, la compensación que los inversores exigen para protegerse de una inflación imprevista, ha remitido últimamente. La inflación ha acaparado la atención durante el último año, pero esa señal de los mercados de bonos nos indica que el mercado puede sobreponerse”, concluye el experto.