La Fed anunció este miércoles que duplicará la reducción de sus compras mensuales de bonos del Tesoro con el fin de controlar el aumento de la inflación y allanar el camino para lograr un alza en las tasas de interés para 2022.
De esta manera, el banco central reducirá sus compras mensuales de bonos del Tesoro en 20.000 millones de dólares (desde los 10.000 millones implementados desde noviembre) y en 10.000 millones de dólares (desde los 5.000 millones) su adquisición de activos respaldados por hipotecas (MBS, por sus siglas en inglés). Estas cifras resultan en una reducción de las compras mensuales que pasará desde los 15.000 millones del mes pasado a los 30.000 millones de dólares.
Si esta política se mantiene tal como fue anunciada este miércoles, los estímulos se retirarían para marzo de 2022.
El comunicado emitido por la autoridad monetaria, conocido tras finalizar la reunión del FOMC de diciembre, también incluye las nuevas proyecciones económicas para EE.UU. en la que los funcionarios prevén que la inflación seguirá siendo del 2,6% el próximo año, frente al 2,2% previsto en septiembre, y que la tasa de desempleo bajará al 3,5%.
Como resultado, la mediana de las autoridades de la Fed proyectaron que la tasa de interés de referencia a un día tendría que aumentar desde su actual nivel cercano a cero a 0,9% para finales del 2022, con alzas que continuarán en 2023 a un 1,6% y en 2024 a un 2,1%, para tratar de llevar la inflación de nuevo al objetivo del banco central del 2%.
La Fed aclaró que las eventuales subidas de las tasas dependerán únicamente de la trayectoria del mercado laboral.
«Dado que la inflación ha superado el 2% durante algún tiempo, el Comité espera que sea apropiado mantener» las actuales tasas de interés cercanas a cero hasta que los mercados laborales hayan regresado al pleno empleo, reza el comunicado que da pie a la “normalización” de la política monetaria del banco central tras casi dos años de medidas para paliar los efectos económicos de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.
A pesar de que la nueva variante Ómicron ha añadido incertidumbre sobre el curso de la economía, la Fed espera que el crecimiento económico sea de un 4% próximo año, lo que genera un aumento sobre las proyecciones de un 3,8% de septiembre.
Luego de la reunión, el presidente de la Fed, Jerome Powell dio una declaración a la prensa donde asintió que ya no es necesario «el creciente respaldo» con la compra de activos.
«La economía ya no necesita cantidades cada vez mayores de apoyo de política monetaria», aseguró.