El Impuesto de Transacciones Financieras (ITF), también conocido como Tasa Tobin, lleva poco más de dos años en vigor, plazo suficiente como para poder realizar una valoración sobre el impacto en los valores afectados. La CNMV ha publicado un estudio al respecto que desvela conclusiones relevantes. El organismo reconoce que la introducción de un ITF, sin ser desconocido para el inversor, ya que Francia e Italia son pioneros en este impuesto, “genera costes y beneficios para la sociedad en su conjunto, cuya valoración compete al ámbito de la política económica”.
Pero, en lo que al mercado respecta, la CNMV observa que los efectos negativos del impuesto sobre la contratación de acciones españolas en los mercados secundarios han sido limitados en términos absolutos y “con un alcance temporal relativamente corto”.
Asimismo, el estudio desvela que el impuesto provocó dos efectos contrapuestos: por un lado, la negociación de las acciones españolas gravadas disminuyó tras la introducción del impuesto pero, al mismo tiempo, por otro lado, los mercados organizados recuperaron una pequeña parte de la negociación de esas acciones que se realizaba en mercados over the counter (OTC). Es decir, se desplazó parte de la negociación OTC a mercados secundarios MiFID.
La volatilidad, si bien aumentó en el corto plazo, tendió a disminuir en el largo. Este parámetro se midió a través del estudio de las horquillas bid-ask y de la ratio Amihud. En el caso de las compañías de mayor capitalización, esta la ratio habría aumentado de forma leve en términos absolutos, mientras que “parece que no se vieron afectadas las horquillas bid-ask de las empresas de mayor capitalización”.
Sí parece que hubo un mayor efecto entre las compañías con una capitalización cercana a los 1.000 millones de euros (límite de aplicación del impuesto), ya que el estudio observa que las horquillas bid-ask y la ratio de Amihud “podrían haber aumentado en el corto plazo (ventana de 40 sesiones), sin que se observen efectos en el medio y el largo plazo”.
Otro efecto colateral del impuesto viene derivado de su diseño, de tal manera que podría haber reducido los incentivos de algunos inversores a mantener sus inversiones a largo plazo, “ya que la base imponible se calcula a partir de las adquisiciones netas de acciones realizadas en el día”.