De acuerdo con Dan Draper, director general de Invesco PowerShares, 2017 ha sido un año trascendental en muchos aspectos, marcado por la nueva administración estadounidense, las elecciones generales en Francia, Austria y Japón, el polémico movimiento independista en Cataluña y la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte. En este año hemos visto una sincronización del crecimiento económico en los países desarrollados, hasta el punto de que registran tasas de crecimiento casi idénticas. Para Draper, “el crecimiento y el momento han marcado el ritmo del comportamiento de los factores de inversión durante gran parte de 2017, y, en ambos casos, los segmentos de pequeñas y medianas empresas han registrado resultados particularmente buenos”.
De cara a 2018, considera que las perspectivas parecen ser buenas para los factores de value y small caps, que tienden a comportarse bien cuando el dólar está débil y mejora el crecimiento económico. Si bien el dólar estadounidense cayó durante gran parte de 2017 y no empezó su recuperación hasta el cuarto trimestre, y a pesar de que su PIB crece a buen ritmo, en Invesco consideran que “el estancamiento de la agenda económica, combinado con la recuperación de la economía mundial, ha permitido la convergencia de los tipos de interés de todo el mundo con respecto a los de Estados Unidos, lo que presiona a la divisa”. Esperan que el dólar cotice en un rango estrecho en 2018 y que se vea levemente presionado a la baja, especialmente si las tasas de crecimiento de Europa superan a las de Estados Unidos. El directivo advierte de que aún es pronto para saber qué efecto podría tener el plan fiscal de Trump, pero menciona que una posibilidad sería “el aumento de la inversión de capital, el ‘eslabón perdido’ de la recuperación posterior a la crisis”.
En su opinión y dado el rally alcista en renta variable, le “parece razonable que los inversores mantengan algún tipo de exposición al factor de baja volatilidad para mitigar el riesgo bajista que supondría la subida de los tipos de interés para la renta variable. Por el contrario, unos tipos de interés más altos podrían resultar positivos para el factor value, sobre todo si los títulos financieros, que normalmente se consideran value, se viesen beneficiados por la ampliación de los márgenes financieros”.
En renta fija, Draper espera tipos de interés más altos y la continuación del aplanamiento de la curva de tipos, por lo que “en el tramo largo de la curva, encontramos áreas de valor en deuda gubernamental denominada en dólares y algunos bonos municipales”.
Atentos a los mercados emergentes y Europa
Según el especialista, los precios de las materias primas seguirán aumentando en 2018, “lo que podría resultar beneficiosos para las carteras basadas en factores con exposición a los mercados emergentes”.
Mientras que en Europa ve oportunidades en ciertos mercados, considerando que “en general, los múltiplos de beneficios resultan más favorables que en Estados Unidos, lo que podría resultar ventajoso para las estrategias de valor en la eurozona. Aunque el BCE ha adoptado una postura algo más acomodaticia en sus últimas reuniones, el crecimiento económico y el empleo en Europa está en la línea, o incluso, podría superar, los parámetros de crecimiento de Estados Unidos. Creemos que esto puede mejorar el atractivo de los activos europeos y representar una razón de peso para incluir factores de value, crecimiento o small caps en las carteras con posiciones en Europa».