En opinión de Stephen Cohen, responsable de iShares e inversiones indexadas para la región EMEA en BlackRock, ha llegado el momento de dejar atrás el término “gestión pasiva”. Considerando su actual éxito, y tras 20 años desde que iShares (parte de BlackRock) lanzara su primer ETFs al mercado, Cohen defiende el papel de los ETFs como “pilar central” de la cartera.
En su opinión ya no tiene mucho sentido el debate que la gestión activa y la gestión pasiva como dos estilos enfrentados. “Este planteamiento asume, falsamente, que el inversor tiene que elegir entre uno de los dos tipos de gestión. La palabra pasivo, que a menudo se utiliza indistintamente con la inversión en índices, proyecta una imagen que no refleja la forma en que los inversores usan los ETFs y los fondos indexados”, afirma.
En este sentido defiende que los ETFs se están convirtiendo en “una herramienta integral” para poner en práctica sus decisiones activas de inversión, incluso para aquellos gestores que se centran en lograr alfa. También, considera que se han convertido en una opción para momentos de crisis, pese a que ha sido una de las principales críticas que se le ha hecho a este vehículo de inversión.
“Los ETFs han pasado otra prueba en estas últimas semanas. En medio de la mayor volatilidad del mercado que hemos visto desde 2008, los productos funcionaron exactamente como están diseñados. En la renta fija en particular, a medida que los mercados de bonos subyacentes se volvían más volátiles y difíciles de negociar, los inversores recurrieron a los ETFs para reequilibrar las tenencias, cubrir las carteras y gestionar el riesgo. Los compradores y vendedores pudieron realizar transacciones a través del mercado secundario de ETFs a precios en tiempo real, accediendo a la liquidez cuando más la necesitaban. Mirando hacia atrás en los últimos 20 años, cada vez que hemos experimentado la volatilidad del mercado, el número de nuevos usuarios de ETFs ha aumentado. Creo que la experiencia durante esta crisis acelerará la adopción de ETFs en todo el mundo”, argumenta.
De cara a una mayor adopción de los ETFs por parte de los inversores, Cohen considera que MiFID II ha sido positivo ya que la normativa ha puesto el acento en la transparencia y la información sobre los costes en torno a los vehículos de inversión. Según afirma, MiFID II “ha catalizado un impulso para la eficiencia de costes dentro de las carteras, lo que en última instancia va a beneficiar a los ETFs, tal como hemos visto en Estados Unidos. Además ahora, los inversores europeos pueden ver ahora los volúmenes reales y la liquidez de que disponen en el mercado de ETFs, que está atrayendo a nuevos usuarios tanto en Europa como en Asia y América Latina. El cambio no se produce de la noche a la mañana, pero MiFID ciertamente ha sentado las bases para el crecimiento futuro”.
Teniendo esto en cuenta, el responsable de iShares e inversiones indexadas para la región EMEA en BlackRock estima que el mercado de ETFs tiene mucho margen de crecimiento. “Hay 5 billones de dólares en ETFs a nivel mundial, y más de 800.000 millones de dólares en ETFs europeos, sin mencionar los fondos indexados. Estas cifras pueden subir y bajar en la actual volatilidad del mercado, pero la trayectoria a largo plazo no ha cambiado. Por el contexto, los ETFs siguen representando sólo una pequeña parte de los mercados: el 10% del total de los activos de renta variable, y menos del 2% para los bonos”, concluye