Indexa acaba de publicar sus resultados del año pasado y destaca cómo sus rentabilidades han superado a los índices de referencia… en seis puntos. “Nuestra previsión a largo plazo es ganarle 3,2% a la media de los fondos de renta fija mixta internacional y de renta variable mixta internacional a largo plazo”, dice Unai Ansejo, su fundador y co CEO. Pero ¿cómo es posible que las carteras indexadas, que se basan en productos indexados que siguen precisamente a índices, saquen tanto margen a los benchmarks?
En la entidad explican las razones. En primer lugar, destacan la importancia de tener menores costes directos. “Los costes visibles para los inversores pueden explicar en torno a 1,55 puntos de rentabilidad adicional de Indexa por encima del benchmark”.
En segundo término, hablan de menos conflictos de interés y costes ocultos: “A diferencia de los bancos, Indexa es independiente y no cobra retrocesiones de nadie, tampoco tiene que generar negocio para otras entidades de un grupo. Según estimaciones de Indexa, eliminar estos conflictos de interés y alinearse con sus clientes explicaría en torno a 0,75 puntos de rentabilidad adicional para Indexa”, explican.
En tercer lugar, por los reajustes automáticos: según los estudios académicos los reajustes automáticos de carteras añaden de media un 0,4% de rentabilidad anual.
Además, por el alfa negativo y sesgo por comportamiento de los gestores de los fondos de gestión activa y mayor diversificación e indexación global de Indexa: “Los fondos de gestión activa sufren la presión del mercado y tienden a reducir el riesgo cuando el mercado ha bajado y aumentarlo cuando ha subido. Este sesgo por comportamiento, junto con las malas decisiones de inversión en palabras del fundador de Indexa, explican en torno a 1,10 puntos de rentabilidad adicional de Indexa en el largo plazo”.
Estas estimaciones son aproximadas, pero son las principales razones, dice. Unai Ansejo explica que en 2016 han podido explicar incluso más de lo esperado, dado que el consenso de inversión a principios año ha estado especialmente errado. “De forma general se recomendaba infraponderar la renta variable americana y de países emergentes, así como los bonos en general, mientras que se recomendaba sobreponderar la renta variable Europea. La realidad ha sido justo la contraria, por ello la búsqueda de alfa ha penalizado especialmente a los fondos de gestión activa el año pasado».
“En 2016 nuestras carteras globalmente diversificadas han tenido una mayor rentabilidad que las carteras sobre-expuestas a España y Europa. Esta diversificación global es la principal razón del resto de la diferencia con el benchmark y podría explicar en torno a cuatro puntos de rentabilidad adicional de Indexa en 2016”. No obstante, de nuevo hay que recordar que podría haber sido una diferencia negativa si la bolsa europea hubiera dado más rentabilidad que las bolsas globales en 2016.