La traspasabilidad fiscal de los ETFs que cotizan fuera de la bolsa española, que ya es una realidad en España tanto legal como operativa –plataformas como Allfunds o Inversis ya lo permiten-, está llevando a las gestoras a dar los pasos necesarios para que los inversores españoles puedan moverse entre ETFs, o entre éstos y fondos tradicionales, sin pagar peaje fiscal.
Recientemente Lyxor ETF comunicó a la CNMV el número de partícipes de los compartimentos de sus sicavs, como cumplimiento de uno de los requisitos exigidos para que el régimen de diferimiento fiscal del que pueden beneficiarse los inversores entre en funcionamiento.
Entre el listado de fondos se encuentran los que replican los principales índices y más grandes en términos de activos bajo gestión, como S&P 500, Euro Stoxx 50, MSCI World, MSCI Emerging Markets o Floating Rate Note Euro 0-7Y.
De las 179 clases de activos registradas en España, entre los cuales se encuentran fondos de derecho francés FCP y compartimentos de tres sicavs (Multi Units France, Multi Units Luxembourg, Lyxor Index Fund), 77 compartimentos son elegibles para comunicar un número mayor a 500 partícipes, requisito para esa traspasabilidad.
“Nuestro principal objetivo es que el ETF se considere como una opción más para los servicios de gestión discrecional de carteras que ofrecen las principales entidades financieras a sus clientes de banca personal y banca privada y que hasta ahora no era posible por no poder aprovecharse del diferimiento fiscal que sí gozan muchos de los fondos de inversión”, comenta Juan San Pío, responsable de Société Générale para Lyxor ETF en Iberia y LATAM.
“Un ETF es un fondo de inversión a todos los efectos, por lo que lo lógico es que disfruten de las mismas ventajas como los instrumentos de inversión a medio y largo plazo que son. Respecto a los particulares, pueden beneficiarse de le eficiencia en costes de estos productos a través de los fondos perfilados que ofrecen las gestoras de fondos locales y que además realizan el trabajo más importante de todos, que es la decisión de una asignación de activos eficiente, que varía con el tiempo y por lo que se considera necesario delegar esa función a los profesionales de la gestión de activos”, añade San Pío.