La inversión sostenible avanza a grandes pasos en el campo de la gestión pasiva. Según el informe Reshaping Sustainable Investing, publicado por BlackRock, los activos de fondos indexados sostenibles superarán los 1,2 billones de dólares en 2030.
Según defiende la gestora, la inversión sostenible se está convirtiendo en la propuesta de valor para un nicho de inversores que a menudo se “consideraba caro” y que estaba muy centrado en mantener sus valores y que no estaba tan interesado en el desempeño de la inversión, no por encima de esos valores. En sentido, BlackRock considera que la inversión indexada está ayudando a cambiar esta percepción gracias a que aporta “valor, elección y acceso a todos los inversores”.
El informe apunta que la aquella primera generación de estrategias indexadas sostenibles solo estaba disponible para los inversores instituciones, pero que hoy los ETFs permiten a todos acceder a una inversión que tiene en cuenta los criterios ESG. “Creemos que muchos inversores están listos para rotar fuera de los fondos tradicionales y sostenibles, e ir hacia ETFs y fondos indexados a índices de ESG”, apunta el documento. Los activos gestionados por vehículos indexados se duplicaron en 2019, lo marca una clara tendencia.
El informe apunta que 2019 marcó un punto de inflexión en la adopción a nivel global de ETFs sostenibles y fondos indexados. “Los flujos se triplicaron y alcanzaron la cifra récord de 55.000 millones de dólares, elevando los activos sostenibles en ETFs y fondos indexados hasta los 220.000 millones de dólares. Una tendencia que se ha mantenido al inicio de 2020”, apunta en sus conclusiones.
Esta tendencia tan positiva permitiría que, en 2030, los activos de fondos indexados sostenibles superarán los 1,2 billones de dólares. Ahora bien, ¿qué impulsará está tendencia para alcanzar esta previsión? En este sentido, BlackRock identifica cuatro “fuerzas” impulsoras. La primera de ellas es el reconocimiento de que la sostenibilidad influye en el riesgo y el rendimiento. Es decir, que los gestores e inversores tendrán cada vez más presente que el análisis centrado en los criterios ESG arroja luz sobre los riesgos y oportunidades del mercado.
En segundo lugar, la gestora destaca como elemento que va a impulsar la industria el tener acceso a mejores datos permite hacer mejores índices. El informe de BlackRock sostiene que incluir la información ESG en los índices es un desafío porque aún son unos datos “dispersos”. Pero la tendencia hacia estandarizar la información ESG hará más sencillo su incorporación a la hora de construir los índices.
El tercer factor que señala es que el modelo indexado reducirá el coste del acceso a la inversión ESG. En este sentido, BlackRock considera que el menor coste de la gestión pasiva hará más sostenible los costes que supone en análisis y la inclusión de los criterios ESG en la inversión.
Y por último, BlackRock ve claro que los inversores entienden los fondos indexados como una posibilidad de tener una cartera sostenible. La gestora defiende que los ETFs permitirán la democratización de la inversión sostenible. “Hoy en día, los índices de sostenibilidad permiten a los inversores de todo el mundo seleccionar ciertos sectores o empresas en los que no quieren invertir. O bien permiten a los inversores mejorar las puntuaciones de ESG a nivel de fondos y carteras, optimizando al mismo tiempo la capacidad de rastrear los puntos de referencia tradicionales. Los índices pueden dar acceso a clases de activos emergentes, por ejemplo, los bonos verdes, que financian proyectos sostenibles específicos o temas sostenibles seleccionados, como la energía limpia. Y también pueden dar a los inversores acceso a las empresas con las calificaciones más altas de ESG”, defienden en su informe.