La inversión en ETFs tuvo un buen comienzo de año. En enero de 2024, los inversores asignaron 75.300 millones de euros a fondos cotizados globales, de los cuales 46.600 correspondieron a renta variable y 24.200 a renta fija, según señala Amundi en informe mensual.
La gestora explica que los grandes fondos mixtos -índices de renta variable estadounidense- ganaron 9.900 millones de euros, mientras que los grandes fondos de growth -acciones estadounidenses de growth- también sumaron 8.700 millones de euros. “Los inversores asignaron 4.000 millones de euros a índices tecnológicos, lo que indica la continua popularidad de las siete magníficas empresas de IT”, destacan. Por su parte, el mercado estadounidense de ETFs sigue dominando, como demuestran unas entradas de 48.600 millones de euros, mientras que el mercado europeo de ETF UCITS reunió 20.200 millones de euros en todas las clases de activos.
Flujos en Europa
Si nos centramos en los flujos europeos, destaca que los ETFs UCITS de renta variable ganaron 12.700 millones de euros en enero, lo que representa el 63% de las entradas totales del mercado. “Las estrategias de renta variable estadounidense siguieron siendo populares entre los inversores, atrayendo entradas por valor de 6.800 millones de euros. Además, los índices globales de mercados desarrollados captaron 4.200 millones de euros. Esto confirma la tendencia observada en los últimos meses”, apuntan desde Amundi.
Sin embargo, matizan que desde una perspectiva geográfica, los inversores retiraron 700 millones de euros de los índices europeos, “lo que refleja el sentimiento general de los inversores de positividad hacia EE.UU. y negatividad hacia Europa, donde el repunte probablemente se vea afectado por la evolución de la actividad económica y las comunicaciones del BCE”.
Según el informe de la gestora, también se produjo una retirada de 300 millones de euros de mercados emergentes, “que puede atribuirse principalmente a que los inversores retiraron dinero de China al tiempo que realizaban adiciones a otras estrategias de mercados emergentes”, añaden.
Destacan que como reflejo de las tendencias globales, los inversores destinaron 1.100 millones de euros en ETF del sector de IT. En concreto, los siete magníficos valores tecnológicos siguen rindiendo bien a pesar de que las valoraciones parecen muy ajustadas. Sobre otros sectores indican: “Los inversores colocaron 600 millones de euros en valores del sector sanitario. Este sector actúa como estrategia defensiva en el sentido de que las empresas sanitarias pueden mantener sus márgenes y su poder de fijación de precios y, por tanto, son menos sensibles al ciclo económico subyacente”.
Por último, los inversores añadieron otros 200 millones de euros a estrategias de igual ponderación, lo que indica que algunos están preocupados por el hecho de que los índices de capitalización bursátil estén demasiado concentrados en un puñado de valores. Por su parte, los ETF ESG de renta variable de los UCITS europeos recaudaron 1.200 millones de euros este mes, lo que refleja la misma tendencia geográfica descrita anteriormente.
Respecto a la renta fija, el informe de Amundi indica que los inversores europeos añadieron 7.600 millones de euros a los activos de renta fija, con la deuda corporativa investment grade ganando 3.200 millones de euros y la deuda pública sumando 1.500 millones de euros. “La mayor parte de la asignación a la categoría de investment grade se destinó a la deuda corporativa denominada en euros, con estas estrategias ganando 3.000 millones de euros. Dentro de este universo de inversión, los inversores se decantaron por los ETFs de todos los vencimientos”, apunta el documento.
En cuanto a la deuda corporativa denominada en EE.UU., los inversores privilegiaron la duración a corto plazo. Además, la mayor parte de los 1.500 millones de euros invertidos en bonos soberanos se destinó a bonos estadounidenses a corto plazo (1.400 millones de euros), mientras que los inversores retiraron 500 millones de euros de deuda pública estadounidense a largo plazo.
“En el cuarto trimestre del año pasado, los inversores se volcaron en la deuda estadounidense a largo plazo creyendo que la Reserva Federal bajaría pronto los tipos, lo que generaría plusvalías. Ahora que las perspectivas de los tipos de interés ya no son tan claras, los inversores han comprado bonos a corto plazo por si estos recortes se producen más tarde de lo previsto, dado que la inflación está resultando más resistente de lo esperado”, destacan desde Amundi.
Por último, los ETF ESG de renta fija de los UCITS europeos recaudaron 1.300 millones de euros este mes.