Según el último informe de iShares BlackRock, los ETPs a escala global captaron un volumen de inversión de 13.900 millones de dólares, dado que los inversores se enfrentaron a una mayor volatilidad de mercado y al descenso de las previsiones de crecimiento global. Las turbulencias en las plazas bursátiles mundiales llevaron a muchos a buscar activos refugio, por ejemplo en los ETPs de deuda gubernamental de países desarrollados, destacando aquellos sobre renta fija gubernamental estadounidense que se anotaron unas entradas netas por valor de 9.100 millones de dólares. Se trata de la tercera cifra más importante de inversión mensual en ETPs de esta clase de activos en los últimos cinco años y se acerca a la cota máxima histórica de inversión anual de 14.400 millones de dólares, registrada en 2009.
Las previsiones de estímulos por parte del Banco de Japón y del BCE impulsaron las inversiones en fondos cotizados de renta variable japonesa y europea, que ascendieron a 5.200 y a 2.400 millones de dólares, respectivamente.
Los inversores en ETPs de renta variable estadounidense retiraron 11.200 millones de dólares de este tipo de productos, reduciendo así su exposición a segmentos con beta elevada y sensibles al ciclo económico, concretamente los productos cotizados centrados en valores de pequeña y mediana capitalización (-3.400 millones de dólares) y en sectores cíclicos (-3.500 millones de dólares). A pesar de ello, las salidas de capital en lo que va de año han sido inferiores a las registradas en enero de 2015, mes en el que los fondos cotizados de renta variable estadounidense registraron unas salidas por valor de 18.400 millones de dólares. Los productos de mínima volatilidad generaron una inversión de 1.300 millones de dólares, impulsada principalmente por la demanda de los inversores de renta variable estadounidense.
En Europa, los comentarios procedentes del Banco Central Europeo derivaron en un volumen de inversión de 1.800 millones de dólares en el conjunto de productos cotizados de renta variable europea. Los fondos cotizados de renta variable británica captaron 821 millones de dólares. Los inversores priorizaron los productos de renta fija gubernamental en un ajuste táctico de aversión al riesgo. Esta categoría registró una inversión de 1.400 millones de dólares. No obstante, esta cifra se vio parcialmente empañada por las salidas de capital en el segmento de la deuda corporativa (-663 millones de dólares).
Los fondos cotizados de materias primas se anotaron un volumen de inversión de 4.300 millones de dólares, su mejor mes desde febrero de 2015. Las entradas de capitales se vieron impulsadas por la demanda de productos petrolíferos y auríferos, y ambas categorías lograron volúmenes de inversión por valor de 2.800 y 1.900 millones de dólares, respectivamente.
“La inversión registrada en enero de 2016 superó incluso las cifras de 2015, puesto que los inversores recurrieron a los ETPs para materializar sus opiniones de inversión en un contexto de mercado turbulento. Las múltiples incertidumbres a las que hemos asistido a lo largo del mes -desde el desplome de los precios del crudo hasta un panorama de menor crecimiento económico internacional- llevaron a los inversores de todo el mundo a reducir parte del riesgo de sus carteras y a priorizar los activos refugio. Se produjeron notables salidas de los productos cotizados de renta variable estadounidense, por valor de 11.000 millones de dólares, frente a unas entradas de capital por valor de 26.000 millones registradas sólo en diciembre de 2015″, enumera Ursula Marchioni, directora de estrategia de iShares para la región EMEA en BlackRock.
Curiosamente, añade, «la inversión a escala global en productos cotizados de materias primas sugiere que algunos inversores piensan que los precios de la energía podrían haber llegado demasiado lejos, y este tipo de productos ha registrado su mejor mes en términos de inversión desde febrero de 2015. Los ETPs de oro y de títulos energéticos lideraron la inversión en este segmento”.
“A pesar de la notable volatilidad presente en los mercados de renta variable, no todos los activos de riesgo sufrieron salidas. Esta tendencia fue especialmente relevante en Europa, donde la renta variable fue la clase de activo más popular del mes en la región. Los productos cotizados europeos registraron un volumen de inversión de 3.000 millones de dólares. Esta demanda se vio impulsada por las pistas facilitadas por el Banco Central Europeo acerca de nuevos estímulos monetarios, lo que fomentó el optimismo acerca del panorama económico de la región entre los inversores”, explicó Aitor Jauregui, responsable de desarrollo de negocio de BlackRock para España.