Los flujos en el mercado europeo de ETFs repuntaron moderadamente en junio de 2016, alcanzando los 3.500 millones de euros. Sin embargo, desde principios de año, los flujos de entrada ascienden a 14.100 millones, en comparación con los 33.800 millones registrados durante la primera mitad de 2015. Es decir, se han reducido a menos de la mitad, si bien los activos crecen: el volumen gestionado se situó en los 454.000 millones, lo que supone un incremento del 1% con respecto a la cifra de finales de 2015, e incluye un impacto limitado de mercado, según los datos de Lyxor.
Los ETFs sobre Smart Beta, renta variable de EE.UU. y deuda corporativa europea acumularon considerables flujos de entrada, lo que refleja la cautela de los inversores en un entorno que se revela todavía muy incierto tras el resultado del referéndum en el Reino Unido.
En junio, los ETFs de renta variable se anotaron flujos positivos por valor de 2.100 millones tras cuatro meses consecutivos de salidas de capitales. Los flujos todavía se sitúan en terreno negativo desde principios de año (salen 3.300 millones). Tras cuatro meses de salidas de capital, los flujos en ETFs de renta variable europea repuntaron hasta alcanzar los 639 millones, tras la apuesta de los inversores por productos sobre renta variable Smart Beta debido a la gran incertidumbre que rodea el impacto del Brexit. Durante la primera mitad del año, los flujos en ETFs de renta variable europea siguen manteniendo el signo negativo (salen 7.100 millones).
Las malas noticias en el plano económico siguieron haciendo mella en los ETFs de renta variable asiática, que acumularon unas salidas de capitales de 425 millones, y un total de 3.800 millones desde principios de año. Por otro lado, los ETFs de renta variable estadounidense prosiguieron su senda alcista hasta alcanzar los 888 millones, y un total de 3.000 millones desde principios de año. Los flujos en los mercados emergentes pasaron a terreno negativo en junio, tras cuatro meses de cifras en positivo, puesto que los inversores dieron la espalda a los activos de riesgo para centrarse en los activos refugio. Además, los índices globales continuaron registrando entradas de capitales, mientras que los ETFs de un solo país siguieron acusando salidas de capitales, en concreto los ETFs sobre China.
Los ETFs sobre Smart Beta experimentaron un volumen de entradas sin precedentes en junio: 1.200 millones, por lo que la cifra de entradas desde principios de año se eleva a 4.400 millones, es decir, un dato que ya supera los 4.100 millones registrados a lo largo de 2015. Las estrategias de mínima volatilidad y de asignación basada en factores –o factor allocation- continuaron anotándose flujos de entrada sostenidos por valor de 507 millones y 619 millones, respectivamente, en una coyuntura en la que los inversores buscan mitigar el riesgo. Cabe destacar que, dentro de las estrategias de asignación basada en factores, tanto los productos multifactoriales como los monofactoriales han atraído un considerable interés.
Los flujos de entrada en ETFs de renta fija, por su parte, siguieron ralentizándose hasta registrar 1.300 millones de euros. Estas entradas en renta fija se concentraron principalmente en ETFs de deuda corporativa con calificación de grado de inversión (1.400 millones). La deuda europea investment grade se siguió beneficiando del respaldo propiciado por el anuncio del programa de compras de activos del BCE que se inició en junio.
También se reanudaron los flujos de salida en la deuda pública de los mercados desarrollados, que ascendieron a 848 millones, sobre todo en deuda pública europea. Por su parte, la deuda pública estadounidense siguió experimentando flujos de entrada sostenidos por valor de 314 millones como consecuencia de la tendencia de huida hacia la calidad. Se siguieron registrando entradas en ETFs de deuda pública de mercados emergentes (439 millones), que siguieron beneficiándose de un atractivo repunte en los rendimientos. Cabe reseñar que los ETFs ligados a inflación continuaron registrando un cierto volumen de flujos de entrada (313 millones), concentrados principalmente en ETFs estadounidenses por el aumento de las expectativas de inflación en el extranjero.
Los flujos relativos a materias primas experimentaron una desaceleración hasta alcanzar los 169 millones, y se concentraron esencialmente sobre metales preciosos, porque los inversores prefieren los valores seguros.