Desde mayo de 2015 y por primera vez en Europa, el número de productos cotizados de réplica física supera a los de réplica sintética, según los datos de Morningstar. En concreto, actualmente existen unos 844 ETP físicos en las bolsas europeas frente a unos 780 sintéticos.
Según la firma de análisis, se trata de una tendencia que se retroalimenta: los inversores los demandan más, lo que empuja a los emisores a lanzar productos cotizados con esta forma de réplica, o incluso a transformar parte de sus gamas de réplica sintética en física (como han hecho, por ejemplo db x-trackers, de Deutsche Bank, o Lyxor). Y además, los asesores financieros también los promocionan más, porque son más sencillos de entender para el cliente.
«La fuerte preferencia de los inversores hacia los productos de replicación física remonta al menos a tres años atrás, indica José García Zárate, analista de ETFs de Morningstar, y la tendencia parece bastante clara para el futuro, aunque existen casos de algunos instrumentos sintético que siguen siendo muy populares».
Esas preferencias se basan en las reticencias que los inversores pueden tener sobre el modelo basado en swaps (sintético) frente al basado en el préstamo de valores (físico), aunque las autoridades europeas advierten de que ambos modelos de réplica tienen sus riesgos. De hecho, los analistas de Morningstar publicaron publicado un amplio análisis sobre los dos métodos y llegaron a la conclusión de que no hay de por sí una réplica mejor o menos arriesgada: en el primer caso está el riesgo de contrapate del derivado, y en el segundo, el de préstamo de valores y tracking error frente al índice. Por eso las autoridades insisten en que lo importante es la transparencia.