Los fondos pasivos ocuparán alrededor de una cuarta parte del total de la industria de los fondos de inversión en 2025. Este tipo de fondos está impulsado por el crecimiento de los ETFs, que cuentan con una gran demanda de inversores institucionales y minoristas, explica Moddy’s Investors Service en el último informe publicado por la entidad financiera.
Moody’s espera que el sector más amplio de fondos pasivos, incluyendo fondos tracker, crezca, del 14%, registrado a finales del año 2017 al 22% del total de activos bajo gestión, según el escenario base de Moddy’, y al 27% en un escenario más rápido. En ambos escenarios, la cuota de los ETFs se incrementaría del 6’2% alcanzado a finales del año pasado hasta cerca del 11% y del 14%, respectivamente.
Los gestores de activos con capacidad pasiva, como BlackRock, Inc, DWS y Lyxor, se beneficiarán de esta fase de crecimiento y continuarán aumentando su cuota de mercado. «Los ETFs se convertirán en una parte fundamental de las carteras de inversores institucionales en los próximos cinco cinco y diez años debido a su flexibilidad, liquidez y costes competitivos» indicó Marina Cremonese, analista vicepresidente y analista senior de Moody’s. «Los inversores institucionales pueden utilizarlos para ajustes tácticos, como herramienta de cobertura y diversificación y, cada vez más, como un componente de una solución de inversión más amplia», añadió Cremonese.
Hasta el momento, la compensación de venta al por menor de ETFs ha sido mucho más débil en Europa que en Estados Unidos. Una de las principales razones es la diferencia de compensación que en los bancos europeos, los cuales dominan la distribución de fondos, han dado prioridad a sus propios productos relativamente costosos. El crecimiento de la contribución definida de las pensiones se espera que vaya a más por el interés de los inversores minoristas en Europa.
Las reglas de la MIFID II de la Unión Europea, que se introdujeron en enero de 2018, proporcionan una mejor visibilidad que las tarifas cobradas por los fondos activos, en los que se pagan comisiones a los asesores financieros. Esta hecho impulsa a los inversores minoristas hacia fondos pasivos más baratos, entre los que se incluyen los ETF. Estos llegan a ser más fácilmente disponibles y accesibles a través de plataformas de inversión y robo-asesores.