La popularidad de los ETFs equiponderados está en alza, con entradas en estrategias de este tipo que alcanzaron flujos netos de 15.200 millones de dólares en 2024, un 289% más que los 3.900 millones de dólares de 2023, según datos de Bloomberg recogidos por JPMorgan Asset Management. Sin embargo, según un análisis de esta firma, dados los niveles extremos de concentración de los índices en el mercado bursátil estadounidense, “es fundamental que los inversores comprendan plenamente los riesgos que entraña el paso de un enfoque basado en la capitalización bursátil a otro fundamentado en la ponderación equitativa, en particular cuando también tienen a su disposición opciones activas de ETFs”.
Divergencias en los rendimientos
A diferencia del enfoque más tradicional de ponderar las acciones en función de la capitalización bursátil de cada empresa, los índices equiponderados asignan a cada acción el mismo peso en un índice. En consecuencia, los ETFs de igual ponderación conceden la misma importancia a todas las compañías cotizadas en las que invierten, independientemente de su tamaño. Por lo tanto, mantienen posiciones infraponderadas en empresas grandes y sobreponderadas en nombres más pequeños en relación con sus equivalentes ponderados por capitalización bursátil.
“No obstante, dado que las versiones de capitalización bursátil e igual ponderación del S&P 500 tienen exactamente los mismos componentes, históricamente los rendimientos de ambos índices han estado muy correlacionados”, según refleja el análisis de JP Morgan AM. Más recientemente, sin embargo, esta relación se ha roto a medida que el rendimiento del S&P 500 ponderado por la capitalización bursátil se ha visto dominado por los Siete Magníficos. Este puñado de valores representa actualmente alrededor de una tercera parte del S&P 500 ponderado por capitalización bursátil, pero en el índice ponderado por partes iguales, en el que cada uno de los 500 valores recibe un peso de sólo el 0,2%, la asignación resultante a los Siete Magníficos es de sólo el 1,4%.
El perfil de riesgo cada vez más sesgado de los dos índices de referencia está dando lugar a una diferenciación mucho mayor de los rendimientos. El informe recoge que la fuerte rotación del mercado en julio de 2024, por ejemplo, “contribuyó a que el S&P 500 equiponderado registrara su mes más fuerte en tres años en comparación con su equivalente de capitalización bursátil. Al mismo tiempo, la tradicional correlación de rentabilidad entre los dos índices alcanzó su nivel más bajo jamás registrado”.
La ampliación de los mercados de renta variable de Estados Unidos favorece un enfoque activo
El estudio plantea la posibilidad de que las tendencias de los beneficios empresariales que han venido impulsando el mercado de renta variable estadounidense estén empezando a cambiar, “con una dinámica de beneficios que apunta cada vez más hacia una tendencia de ampliación de los beneficios y los resultados”.
De tal manera, que “es probable que las cifras de crecimiento de los beneficios de todo el año 2024 sigan mostrando una disparidad significativa entre los valores de gran capitalización y el resto, pero los resultados trimestrales más recientes sugieren que los beneficios estadounidenses se están distribuyendo gradualmente de forma más uniforme en todo el mercado”.
La cuestión, apunta la firma, para los inversores es cómo pueden posicionar mejor sus carteras para aprovechar estas tendencias de beneficios. Una forma de hacerlo es invertir en ETFs equiponderados, “que pueden ofrecer diversificación al reducir la concentración en valores de gran capitalización”. Sin embargo, este tipo de estrategias “también introducen un importante riesgo activo sin tener en cuenta las distintas perspectivas de las diferentes empresas”.
En cambio, la asignación a ETFs activos, que permiten a las carteras reflejar decisiones de asignación estratégicas basadas en los fundamentales de las empresas y las condiciones del mercado, podría conducir a resultados más óptimos. Los ETFs activos pueden ofrecer una exposición adaptada a sectores y estilos, y potencialmente generar una rentabilidad superior a largo plazo, “al tiempo que permiten a los inversores alinear mejor la exposición de sus carteras con sus objetivos de riesgo y rentabilidad”, tal y como recoge el estudio.
Invertir activamente en renta variable estadounidense con ETFs
El alfa activo puede desempeñar un papel especialmente crítico en las carteras de renta variable cuando la dirección futura del mercado bursátil es incierta y se espera un rendimiento más diferenciado a nivel de valores. En la actualidad, ante la perspectiva de una ampliación de los rendimientos en el mercado de renta variable estadounidense, las estrategias activas pueden ayudar a los inversores a acceder a oportunidades más allá de los valores más grandes.