El universo de los vehículos de inversión continúa creciendo al calor de la ingeniería financiera. La innovación en el segmento de los ETFs ha dado un paso más en el mercado norteamericano y en breve los inversores contarán con un nuevo tipo de fondo cotizado, los ETF “single-stock” o ETFs de un solo valor. Sin embargo, desde la SEC han querido recordar que se trata de un producto “arriesgado para los inversores y potencialmente también para los mercados”.
Caroline A. Crenshaw, comisaria de la SEC, ha señalado que estas ofertas de nueva creación proporcionan una exposición apalancada, inversa o de otro tipo de complejidad a un solo valor en lugar de la típica cartera de múltiples valores más diversificados. “Aunque ya he expresado mi preocupación por los ETFs apalancados, me preocupa que estos ETFs de una sola acción supongan otro riesgo, quizá mayor, para los inversores y los mercados”, ha indicado en su último artículo publicado en el blog de la autoridad norteamericana.
Según la comisaria, la norma que permite a los ETFs que cumplan con los criterios para salir al mercado sin obtener primero un permiso, lo que se llama “una orden de exención”, no contempla esta clase de vehículos; lo que podría generar cierta desprotección de cara al inversor e incluso ser potencialmente peligroso para la estabilidad de los mercados.
“En ninguna parte de la Norma 6c-11 se habla de los ETFs de una sola acción; no hay ninguna indicación de que la norma contemple esos productos. Sin embargo, los ETFs de una sola acción están saliendo al mercado bajo los auspicios de esa norma. Y, además de presentar un alto nivel de riesgo en virtud de su exposición apalancada e inversa a una sola acción, estos ETFs se reequilibran diariamente, como la mayoría de los ETFs apalancados e inversos existentes. El reajuste diario y los efectos de la capitalización pueden hacer que los rendimientos difieran considerablemente del rendimiento de, en este caso, una acción subyacente, especialmente si estos productos se mantienen durante varios días o más”, añade.
En otras palabras, los rendimientos de los inversores durante un periodo de tiempo más largo podrían ser significativamente menores de lo que esperarían basándose en el rendimiento de la acción subyacente. En su opinión, es probable que estos efectos sean especialmente pronunciados en los mercados volátiles. “Como el Comisario Lee y yo señalamos anteriormente, además de presentar importantes problemas de protección del inversor, en períodos de tensión o volatilidad del mercado, los productos apalancados e inversos pueden actuar de forma inesperada y contribuir potencialmente a riesgos sistémicos más amplios”, recuerda Crenshaw.
Debido a las características de estos productos y a los riesgos que conllevan, advierte de que es probable que para un profesional de la inversión sea difícil acabar recomendando un producto de este tipo a un inversor minorista y, al mismo tiempo, cumplir sus obligaciones fiduciarias o sus obligaciones en virtud de la normativa sobre el mejor interés. Según explica, aunque los inversores pueden obtener exposiciones similares al alza y a la baja de un valor de renta variable mediante el uso de opciones y otros derivados, “es probable que los ETFs de una sola acción sean especialmente accesibles y convenientes para los inversores minoristas autodirigidos, en particular”.
Ante estos nuevos retos, la comisaria considera que se necesita un “enfoque global y coherente” para la revisión de los productos complejos negociados en bolsa. En este sentido, da un tirón de orejas a la propia SEC al recordar que, pese a las reiteradas peticiones, todavía no se ha actualizado el marco normativo para abordar mejor los riesgos que estos productos plantean a los inversores y a los mercados.
“Con respecto a los fondos cotizados de una sola acción en particular, me decepciona que la Comisión no haya utilizado hasta ahora las herramientas que tiene, como la elaboración de normas en virtud de la Ley de Sociedades de Inversión de 1940 y/o la Ley de Intercambio de Valores de 1934, para abordar la cuestión de si estos productos son apropiados en el interés público y coherentes con la protección de los inversores. Animo encarecidamente a mis colegas a que consideren la posibilidad de legislar en este caso”, ha afirmado e invitado así a cambiar esta situación.
Crenshaw ha querido aclarar que no se trata de un ataque a los ETFs, sino de garantizar que los inversores entienden bien sus particulares características. “La llegada y proliferación de estos productos en el mercado subraya la importancia de abordar los problemas de protección del inversor y los riesgos de mercado que pueden entrañar estos y otros productos cotizados”, concluye.